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SAMANTA: ELEGIDA EN TINIEBLAS.
— ¿Samanta, ya casi estas lista? —. Me parecía que era la voz de mi padre, siempre solía decir eso antes de que me fuera a la escuela, pero no, esta vez era mi madre.
Las cosas en mi cuarto eran tan sombrías. Todo estaba tan triste sin su presencia.
Todas las cosas estaban como él las había dejado, desde el collar con el dije del "ángel guardián" sobre el alhajero hasta la envoltura del último dulce que había comido.
No le podía llorar más, todo tenía que ser tan rápido. Mis nuevas obligaciones como Dahmpir... Las almas que eran mi responsabilidad.
No comprendía como mi padre había renunciado a sus poderes, como es que decidió vivir tanto tiempo como mortal.
Cóatl hablaba del amuleto, el "ángel guardián", decía que con él mi padre se había apoderado de un cuerpo nuevo para siempre, un cuerpo con poderes psíquicos, para poder seguir con su empresa. Pero me horrorizaba el saber que el rostro que conocía de mi padre no era el verdadero.
— Samanta ya es muy tarde apúrate —. Mi madre grito haciéndome reaccionar.
Me apresure a cambiar. Me enfunde el uniforme. Baje de inmediato las escaleras. Entre en la cocina y tome apresuradamente mi termo con café, que consumiría rumbo a la escuela. Cóatl esperaba afuera en el jardín.
— ¡Apúrate niña!—. Me tomo del brazo y me hizo avanzar a su ritmo. Cóatl siempre era como una segunda madre para mí, era muy apreciada por la familia y siempre estaba ahí cuando más la necesitábamos. De su morral sustrajo un libro —. Toma, tiene que estar terminado antes de llegar a la escuela.
Ahora leía más rápido, comenzamos con libros pequeños, pero ahora podía leer más de 100 páginas en menos de 10 minutos, que era el trayecto de mi casa a la escuela.
Cóatl me ayudo a desarrollar mis poderes. Mis habilidades eran maravillosas, me permitían leer los pensamientos de los demás, saber cuando alguien frecuentaba a un vampiro e incluso podía identificarlos a ellos... o ¿acaso me volvía loca y solo creía tener esos poderes?
Sí, al parecer yo me estaba creyendo todas las cosas que me decían y la sugestión me hacía ser más hábil.
— Listo. La página 215, párrafo 2, línea 3, habla de la importancia de nuestra especie en el folklore Rumano; la 420, línea 34 explica la etimología de la palabra Dahmpir y finalmente, me parece que es la página 499 en la última línea comienza la descripción de los "Chamanes Exorcistas" y algunos de sus ritos, después de esas páginas solo son leyendas que se han pasado de generación en generación que a mi parecer no tienen mucha relevancia —. Cóatl me miro atónita, no creía nada de lo que le había dicho.
— Veamos —. Después de examinar por algunos segundos el libro, y encontrar las páginas y líneas indicadas, prosiguió —. Bien vas progresando —. Miro su diminuto reloj de pulsera —. Y mira te quedan 5 minutos para disfrutar tú café.
Caminamos un poco más a prisa, pues la verdad es que ya era muy tarde. Cóatl me dejo en la puerta de la escuela y se retiro de inmediato.
Entre prácticamente corriendo, la campana sonó y yo aun no entraba en el salón. En el fondo del pasillo se encontraba Esteban rodeado por varias chicas, que le pedían a gritos un autógrafo o una foto. Esteban estaba demasiado distraído como para atender a las chicas.
— ¿Por qué me hizo esto? —. Pude leer de sus pensamientos. No le tome mucha importancia pues tal vez alguna de sus chicas lo había dejado y por eso se sentía tan triste, así que le perdí interés y lo olvide.
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Vampyris
VampirosSamanta es una chica acongojada por la muerte de su padre, su vida da un giro de 360 grados al descubrir que es un Damphir y las obligaciones que ello conlleva.