- Cada vez va mas en aumento la inseguridad en Gotham- leia en voz alta Rachel con un tono preocupado.
Se encontraba en la mesa del muy amplio comedor leyendo el diario con un camison y bata abierta, su oscuro cabello estaba algo desordenado como recien levantada. Frente a ella Bruce Wayne bebia un sorbo de te, el ya tenia puesto el pantalon de su traje color negro y una camisa blanca.
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- Lamentablemente no puedo hacer nada contra ello- dijo algo molesto.
Hacia unos meses habia algo de tension cuando sacaban esos temas. El crimen en Gotham, como bien habia leido Rachel, aumentaba abismalmente. De hecho habia aparecido un tal Joker que estaba atormentando a la ciudad con delitos desde asaltos hasta algunos crimenes a unos mafiosos.
Bruce Wayne habia dejado de ser Batman hacia casi un año, su amor por Rachel lo habia empujado a abandonar su doble identidad para solo dedicarse a su multimillonaria empresa.
Al ser deatruida la mansion Wayne, Bruce y Rachel fueron a vivir a un lujoso piso en el centro de Gotham. Su amor seguia intacto, al igual que desde que eran niños. Pero en el ultimo tiempo algunas cosas estaban algo tirantes, una de las razones era la ya mencionada (Bruce queria, en un punto, volver a ser Batman para combatir el crimen) pero otra, era una jovencita que ahora vivia junto a ellos, Mia Frusciante.
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Mia era la hija del Millonario George Frusciante, un gran amigo del padre de Bruce que ya tenia ochentayseis años. La madre de Mia por el contrario era muy joven, tenia un poco mas de treinta y obviamente se habia casado con George por dinero.
George y su esposa habian decidido ir a vivir a Las Bahamas, pero Mia estaba empecinada en terminar su secundario en Gotham. Bruce Wayne acepto hospedar en su casa a Mia, por el respeto que su padre le tenia al padre de ella.
Mia no le caia bien a Rachel y viceversa. En cambio la joven se mostraba muy cariñosa con Bruce y el solia tratarla como una niña. Cosa que enloquecia a su mujer.
-Buenos dias- dijo Mia apareciendo por la puerta del comedor.
La pelinegra llevaba ya su uniforme de colegio, que era una muy corta pollera negra a tablas, camisa blanca y zapatos negros. Su cabello estaba lacio y bien largo.
-Hola mia ¿Como amaneciste?- pregunto el hombre.
- Muy bien, papi- dijo ella , le puso un beso fuerte en su mejilla y se quedo parada a su lado.
- El no es tu "papi"- irrumpio nerviosa Rachel- tu "papi" te dejo aqui y se fue a las Bahamas. Sera porque ya no te soportaba, mocosa insolente.
A Bruce casi se le cae la taza de te y Mia quedo algo boquiabierta.
- ¿Como puedes decir eso, Rachel?- dijo Bruce molesto- Vamos Mia, te llevare al colegio.
Antes de salir mia hizo una pequeña sonrisa burlona a donde estaba Rachel sin que Bruce la vea.
Ya estaban en el Lamborghini del empresario.
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- Disculpa a Rachel- dijo el- Esta algo nerviosa ultimamente.
- Esta bien- dijo ella- por suerte te tengo a ti, Bruce. En un punto es verdad lo que dijo- agacho la mirada.
- Claro que no. Tu padre te ama pero ya es grande y queria ir al caribe con tu madre. No es algo malo.
Mia hizo silencio y cambio de tema.
- ¿Cuando vuelve Alfred?- pregunto la chica.
- en tres semanas se acaban sus vacaciones- contesto el.
Llegaron al colegio.
- Te recogere a las seis Mia- dijo Bruce.
Mia cruzo sus largas y voluptuosas piernas muy sensualmente y Bruce le dedico una atenta mirada.
- Adios, papi- dijo ella aprovechando y abrazandolo, le toco sus fuertes y grandes brazos.
Salio del auto y se dirigio a donde estaba su amiga Eugenia.
Bruce se quedo viendola unos segundos algo confundido. Nunca habia visto que Mia era tan grande, tan mujer. En su mente siempre habia quedado como una niñita pequeña. Pero ya no lo era. Intento disipar su pensamiento y se concentro en conducir hasta el edificio Wayne.
