2) Mate...

233 21 0
                                    


La alarma sonó como lo hacía aproximadamente desde hace cinco años atrás a las seis y media de la mañana. Aiden la oyó, se levantó de golpe olvidando por completo la conversación de ayer.

—¡¡Theo, Theo!!— samaquea a su hermano— Despiértate tenemos entrenamiento- le dijo pero el chico seguía sumiso en los brazos de Morfología.

—¡¡THEODORE MORGAN!!—gritó en su oído haciendo que se levantara y parara encima de la cama en posición de ataque.

— ¿¡Que mierda te pasa!?- le pregunto al darse cuenta que era solamente su hermano y no una batalla con personas.

— EN-TRE-NA-MIEN-TOS – hablo deletreando las silabas formadas.

—Aiden ya se acabaron, ¿no recuerdas la conversación de ayer?- como si de un torbellino se tratase, llegaron los recuerdos de la noche anterior que pudo olvidar en las pocas horas de sueño que tuvo, cambiando la expresión de su rostro por una mueca de horror– Me has jodido el sueño.

—Lo siento- comentó apenado– No lo recordaba...Theo yo no quiero que ninguno se vaya, no soportaría alejarme de ti.

Theodore sintió su corazón romper al oír tales frases, por lo que decidió ir abrazarlo, al hacerlo sus pies se enredaron con las sabanas cayendo encima de su hermano, tirados en el suelo.

Ambos se perdían en sus miradas, uno veía en la mirada del otro un azul profundo como el mar en los atardeceres luego de acabar el ocaso, el otro veía un cielo cubierto por un gris claro en las épocas de otoño. Sus frentes pegadas, los brazos de Theo uno a cada lado de la cabeza de Aiden y los brazos de este reposaban en la cintura del pelirrojo.

Con la respiración entrecortada, seguían mirándose y de sus labios fueron pronunciadas cuatro letras formando una palabra...

—Mate- se sorprendieron por lo dicho e hicieron lo que sus mentes o mejor dicho lo que sus corazones les pedían. Besarse, juntaron sus labios resistiéndose en cederle el paso al otro y como arte de magia se dieron permiso a la misma vez, creando una batalla de lenguas que ninguno quería perder. Sus labios empezaron encajar a la perfección cuando dejaron de pelear para solo entregarse a que el uno y el otro desgastaran sus labios. Terminaron separándose por la falta de aire.

—Eres...mi...mate- susurró Theo jadeando- Todo este tiempo te he tenido frente a mí.

—Mi jodido mate- por instinto sube una mano y acaricia su mejilla derecha, el chico de mirada azulada cierra los ojos disfrutando del cálido toque que le es proporcionado.

— Se siente bien... ¿Por qué se hace presente recién?- hizo una pregunta que ninguno de ellos podía responder, pero si una mujer conocida.

— No lo sé Theo- respondió dudando, una idea llego haciendo aparecer una hermosa sonrisa en su rostro pálido – Si somos mates ninguno se ira, haremos la competencia, quien gane será el alpha y quien pierda su Luna o mejor dicho su Luno.

Ninguno se daba cuenta que ese descubrimiento traía consecuencias que cambiarían sus vidas.

— Tienes razón Aiden- se levantaron del suelo y chocaron puños sonriendo alegremente- Tenemos que decirle a mamá y papá.

—Si vamos- salieron de la habitación agarrados de la mano, no sin antes Theodore robándole un beso a Aiden, este se sonrojo.

¿Como puede ser mi mate?, se preguntaba Theo.

La habitación de sus padres quedaba en el segundo piso y la de ellos también, solo que por ahora están en la planta baja, dado que su habitación la están remodelando puesto la quemaron hace dos semanas atrás. Subían las escaleras sin imaginar que sus padres no estaban en su recamara, sino en el despacho en la planta de abajo.

Lado OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora