-¡Eliott!¡Despierta!-escucho la voz de un hombre que me llama-¡Hijo vamos!¡Arriba!
Al abrir los ojos me doy cuenta de que es mi padre.
-¡Ven campeón!¡Esto te encantará!-dice ayudándome a levantarme.
El me pasa un chaleco y una bufanda, yo medio dormido me la pongo sin hacer berrinches, caminamos hasta la entrada de la casa donde de la ventana nos entrega una hermosa imagen; afuera estaba nevando, todo teñido de blanco como quien espolvorea azúcar glas sobre los campos, yo estaba fascinado.
-Y eso no es lo mejor-dice abrazandome-Ven.
Cuando salimos hay un pino enorme adornado con nieve, en la punta tenía lo que parece ser una estrella tallada; estamos cerca de navidad y a mi padre le encanta, todos los años me sorprende con algo, al parecer este año fue con este hermoso árbol, siempre jugamos a las guerras de nieve y hacemos muñecos también, o ángeles de nieve; siempre somos mi padre y yo, nadie más.
Hemos vivido en esta casa desde que tengo memoria, mi madre fallecio cuando yo era un bebé, sé que juntos construyeron esta casa y los admiro mucho por eso, cuando mi madre fallecio nos quedamos solos con mi padre, pero se ella esta siempre conmigo, la voy a ver de vez en cuando, ya que está su lápida unos metros más allá sur de la casa, ahí le cuento como me va cuando mi padre me enseña, le conté que papá me enseñara a leer y a escribir, el dice que eso es importante para el futuro; como soy educado en casa no conozco a otros niños, pero no me siento solo porque se que estoy con mi padre, él es genial, como un superhombre, puede hacer crecer toda clase de árboles y flores, algo que yo no puedo hacer, pero él me dijo que cuando sea más grande podré hacer crecer todas las bayas que quiera; como tengo a penas tres años no puedo hacer casi nada por mi solo; una vez intente tallar algo para mi padre, pero termine cortandome los dedos o la vez que intente subir al árbol a sacar unas manzanas y me caí, si al parecer soy bastante travieso, pero lo hago con buena intención.
-¿En que piensas campeón?
-En nada, ¡el árbol esta precioso!
-Me alegra que te haya gustado, ven preparé chocolate caliente-dice mientras me toma de la mano-después podremos salir a jugar, primero tenemos que comer algo.
Si bien mi padre puede hacer crecer muchas platas pero no puede hacer crecer animales, así que tenemos una vaca y unos cuantos cerditos; cuando llegamos a la mesa mi padre me sirve una taza de chocolate.
-Te tengo otra sorpresa, ayer me encontré con cierto señor de barba blanca que me dijo que has sido un buen niño y como adelanto me paso estas-dice parándose para tomar una enorme caja y dejarla sobre la mesa.
Yo me asome a ver que había en su interior, eran muchas esferas de colores, pero..
-¿Qué son Papá?
El hace una pequeña risa antes de contestar:
-Son adornos para decorar el árbol.
-¡Enserio!
-Claro, terminemos el chocolate y vamos ¿Te parece?
-¡Si, vámos!
Termino en un trago mi chocolate y salgo corriendo, pero tropiezo en la entrada de la casa,cuando abro los ojos veo la tumba de mi madre,~¿Qué es esto?~,giro a mi derecha y veo a mi padre en el piso con un charco de sangre a su alrededor.
-¡Ahhhh!-grito en cuanto veo que la sangre llega hasta mis manos-¡Ahhhh!
Me siento de golpe y despierto,~fue una pesadilla~, Matt sigue dormido, miro por la ventana para darme cuenta que aún es de noche,~¿Cuánto dormí?~; me levanto lentamente y voy a la cocina por un vaso de agua.
-Vaya, si fue una pesadilla horrible, estoy todo mojado-digo sacandome la camiseta para colgarla afuera en un árbol; me siento un momento en el pasto con el vaso en la mano- Madre,¿Estaré haciendo lo correcto?
Me terminó mi vaso y respiro un poco de aire puro; me levanto para tomar mi camiseta, darle una ultima mirada a la luna y entrar a la cabaña, dejo el vaso en el fregadero y camino hasta la habitación, durante el camino paso a ver a Mia que duerme plácidamente, ~No puedo mentir, ella se ha convertido en una mujer hermosa~, continuó con mi trayecto hasta llegar a la habitación y acostarme, miro el techo un segundo antes de taparme la cara con uno de mis brazos,~No me puedo retractar~.-Papá,¿Porque me arreglas tanto?
-Porque hoy vienen una amiga de tu padre y traerá a su hija para que se conozcan.
-¿Una niña?¡Enserio!
~Alfin conoceré a otro niño~.
-Me preguntó si le gustará hacer tortas de lodo como a mi-digo desordenado el cabello de mi padre mientras el me arregla la polera dentro del pantalón, haciendo que el ría.
-No hagas eso campeón, ella es una niña y es casi dos años más pequeña que tu, apenas debe caminar bien, se tierno con ella ¿Sí?-dice acariciando mi mejilla-Quizás te pueda llegar a gustar, debe ser tan linda como su madre.
Yo me puse rojo como tomate ,el se dio cuenta e hizo una pequeña risa; siempre imagine que me gustaría una niña y me daría cuenta de inmediato, tal y como le sucedió a mi papá con mi mamá.
-Listo, te ves muy guapo campeón-dice levantándome el pulgar en señal de aprobación.
Por la forma en que mi padre habla de su amiga se nota que le tiene cariño, nose cuan lejos vivan pero estoy ansioso de que lleguen.
Los minutos pasaban y yo seguia sentado esperando a que llegarán, cuando de pronto siento voces al otro lado de la puerta, emocionado me levanto y abro la puerta rápidamente, veo a una mujer alta morena de cabello negro junto a un señor un poco más claro que ella con el cabello negro también, iban de la mano; ella se acercó a mi y me acarició la mejilla.
-Tu debes ser el hijo de Alan, no me cabe duda, tienes esa misma mirada segura en tus ojos-dice acariciando mi mejilla.
Yo quede embobado, será porque no había visto una mujer, pero ella es hermosa, tiene los ojos rojos pero no cualquier rojo, es uno muy intenso, ~siento que puede ver a través de mi~.
-¿Cómo te llamas pequeño?-escucho que me dice, entonces puedo volver a pestañar y contestarle.
-Me...me...Eliott- Es lo único que logró decir de lo nervioso que estaba, su sonrisa no ayuda mucho.
-Que lindo nombre para un lindo muchacho-dice sonriendome-Mi nombre es Anna, soy amiga de tu padre-dice estirando el brazo para llamar a alguien.
De pronto detrás del señor aparece una pequeña niña, llevaba puesto un vestido blanco que combinaba con su gran sombrero, tenia un pequeño osito en sus brazos.
-Y ella es Mía-decia acariciandole la mejilla-Prometeme que no serás tan rudo con ella y que la cuidarás ¿Sí?
Cuando terminó de decirme eso me sonrió y me miró con sus ojos como fuego, yo estaba pasmado así que solo asentí tímidamente.
-Muy bien, Mia el es Elliot-dice mientras ella se acerca hacia mí-No seas tímida, bueno diviértanse.
Ella se levanta y se va donde mi padre, pero no puedo dejar de mirarla, me pregunto si mi madre habrá sido igual de hermosa.
-Ehhh...ol...ola-oigo una débil voz que me saca de mis pensamientos, cuando me giro me doy cuenta de que es Mia la que me habla; al verla así de sonrojada no puedo evitar reír a lo que ella responde poniéndose aún más roja.
-Hola Mia, vamos a jugar ¿Quieres?-digo tomandola de la mano y sonriendole.
-¡Sí!-dice apretando mi mano mientras deja su gorro en el piso.
Jugamos toda la tarde hasta que nos fuimos a dormir, la conversación tomo más tiempo de lo debido así que durmieron en nuestra casa, ellos tres en nuestra habitación y nosotros en la sala de estar; no recuerdo el momento en que nos acostamos con mi papá, yo estaba tan cansado que no me di cuenta cuando me dormí.
Al otro día se marcharon con la promesa de que nos veríamos pronto, Mia derramó unas cuantas lágrimas pero nada que un abrazo no pueda solucionar, ví una vez más los ojos de Anna para guardarlos por siempre en mi memoria, después de eso almorzamos con mi padre, seguimos nuestra vida normal hasta que...
-Campeón tengo que hablar algo serio contigo.
-¿Qué ocurre?-digo sentandome a su lado, el da un suspiro antes de hablar.
-Me ausentare por un tiempo-dice mirandome a los ojos.
-¿Nos vamos de viaje?
-No Eliott, sólo yo me iré.
-¡Que!¿osea que me dejarás solo?
-Eliott tranquilo, no estarás solo vendrá una amiga de Anna a cuidarte-dice tomandome de los brazos para que me calmara-jamás te dejaría solo, por mi no iría pero tengo que-de pronto lágrimas salen de sus ojos y me abraza-Te amo Eliott, eres lo mas importante que tengo en mi vida, jamás te dejaría solo sabiendo que no estarías bien, pero eres un niño fuerte-dice separándose un poco para acariciarme la barbilla- No será por mucho tiempo, prometo volver pronto y traerte un recuerdo.
-¿Por cuanto te irás?-digo con lágrimas en los ojos.
-A lo más por una semana.
-¿Cuándo?
-Diez días más, primero necesito construir una habitación para que duerma la señora con su hijo, tu dormirás en nuestra habitación, esa es tuya no quiero que nadie te la quite ¿Sí?-dice poniendo sus manos en mis hombros para mirarme a los ojos; no había notado lo verde que son los ojos de mi padre,~¿serán los míos así?~.
Después de eso nos dedicamos a construir y ordenar la casa, teníamos una semana para terminar todo así que pusimos manos a la obra; hasta que llegó el día por el atardecer...
Estaba ayudando a mi padre a regar los árboles de frutas y algunas plantas que había hecho crecer, lo suficiente para alimentarnos por una semana, cuando en eso aparece a lo lejos la silueta de una mujer junto a un pequeño niño, ambos tomados de la mano.
-¡Ya llegaron!-grite dejando la regadera en el piso para correr a tomarle la mano a mi padre.
-Tranquilo campeón,ven-dice tomandome en brazos.
Juntos caminamos hasta la puerta donde nos encontraríamos con mi "niñera"; cuando llegamos hasta ellos mi padre me dejo en el piso para ayudar a la señora a llevar sus cosas hasta la casa; una vez adentro nos presentamos.
-Hola mi nombre es Berta y el es mi hijo Marcus, mucho gusto en conocerlos-dijo de forma muy cortes; la señora era de baja estatura en comparación a mi padre, era blanca de cabello negro con rulos y tenía una parada muy autoritaria, su hijo no era muy parecido a ella, lo único que tenían en común era que ambos tenían el cabello rizado.
-Encantado, mi nombre es Alan soy el padre de Eliott, es un alivio que este aquí, les enseñaré su habitación-dice mi padre marchándose con la señora dejandome solo con Marcus, el tenía una mirada de muy pocos amigos, intente ignorar eso para comenzar una conversación.
-Hola Marcus, soy El....
-Ya se quien eres, eres la razón por la que tuve que dejar mi casa y mis amigos-dice metiendo las manos en los bolsillos.
-Lo siento, no fue mi intención.
-Sólo eres un idiota, tenemos la misma edad ¿cierto?, yo tengo 7 y ¿Tu?
-Yo Ehhh tengo 6 años.
-¡Ha! Soy mayor que tu así que tendrás que hacerme caso en todo y seremos amigos, ¿Quieres?
Yo no podía negarme a tener un amigo, es la primera vez que veo a un niño mayor que yo, hacer lo que me diga no será mayor problema, ~mi primer amigo~.
-¡Esta bien!-le dije sonriendo.
Mi padre se irá mañana así que hoy hizo una cena excelente, había de todo, durante la tarde fuimos a cazar un pato, así que la cena fue de pato relleno y para el postre helado de fresas; la señora Berta se encargó de lavar los platos mientras yo ayudaba a mi padre a empacar.
-Papi no me dijiste donde ibas.
-Sólo voy a ayudar a Anna con algo, no tomará muchos días-dice echando unas cosas en una mochila-además no podría estar tanto tiempo lejos de ti campeón-dice esto último segundos antes de lanzarse sobre mi para hacerme cosquillas; yo rompo en risas al mismo tiempo que intentó sacarmelo de encima, cuando nos cansamos el se recuesta a mi lado, quedando los dos mirando al techo.
-Te extrañare demasiado, Campeón.
Yo me giro y lo abrazo, el responde inmediatamente, nos quedamos así hasta que el cansancio de apodera de mi y me dejo llevar por el sueño.
-Te amo mi campeón-Fue lo último que escuche antes de dormir.
Al otro día mi padre me despertó para que tomáramos desayuno, sólo éramos los dos, la señora Berta y Marcus aún seguían dormidos, eran las 5 de la mañana, mi padre partiría su viaje en una hora más, los nervios me consumían,~No quiero que se vaya~, lo abrazaba cada vez que podía hasta que en la pieza.
-Elliot tengo algo para ti-dice abriendo el cajón de su mesita de noche.
Yo corro y me siento en la cama frente a él; cuando me ve hace una pequeña risa y se acerca.
-Es un pequeño reloj de bolsillo que me dio tu madre, en su interior hay una foto de nosotros- cuando dice eso abre el reloj y puedo ver la fotografía de mi madre-Quiero que lo conserves y lo lleves contigo a donde vayas.
Yo no podía contestar era la primera vez que veía una foto de mi madre.
-Ella, ella es mi mamá-dije con lágrimas en los ojos-Es hermosa.
Si que lo era, tenia una sonrisa encantadora, su cabello era castaño oscuro y su piel era de un moreno claro, al parecer estaban jugando porque mi madre se reía mientras mi padre la abrazaba, se veían muy felices; el reloj en si no era muy llamativo, era de metal en forma de hoja tenía encima tallada la figura de la hoja con un pequeño corazón en medio, al parecer era de plata.
-¿Es para mí?-dije mirando a mi padre con la esperanza de que así lo fuera.
-Es todo tuyo campeón, cuidalo-dice abrazandome-Ya debo irme, Eliott prométeme que vas a estar bien, no pelearás con Marcus, cuando vuelva podemos ir a visitar a Anna y a Mia ¿Te parece?
-¿Ir a su casa?¡Me encantaría!-levanto la vista para verlo y descubro que tiene lágrimas en los ojos.
-Serás un gran hombre Eliott, eres lo más hermoso y lo mejor que me ha pasado en la vida, siempre estaré contigo mi campeón, te amo-dice rompiendo en lágrimas mientras me abraza fuertemente.
-Eres el mejor papá del mundo, también te amo y te extrañaré papi.
Nos quedamos así por unos minutos, nunca voy a olvidar su aroma, a hierbas y tierra mojada, el ha hecho todo por mi, es justo que le haga saber que estaré bien para que su viaje sea tranquilo.
-Te prometo que me portare bien, soy un niño fuerte tu lo dijiste, no te fallare papi-dije dándole la más grande de mis sonrisas, haciendo que el conteste con una pequeña risilla, se limpia los ojos antes de hablar.
-Yo se que si, en el fondo del patio esta el arbusto de bayas, para que comas pero no tantas, lo deje bien escondido, estoy seguro de que lo encontrarás con facilidad.
Yo quede fascinado, esas bayas son mis favoritas, se me olvidaba yo también tengo un regalo para el.
-Papi espérame-digo corriendo hasta un pequeño frasco de madera donde guardo mis lápices, ahí saco una pequeña pulsera que hice para el-Cierra los ojos-digo a lo que el obedece al instante; yo le pongo la pulsera delicadamente y cuando lo logro le doy la indicación para que abra los ojos-Listo, es para que no te sientas solo en el viaje ¿Te gustó?
-Esta muy linda campeón, gracias-dice dándome un beso en la cabeza para volver a abrazarme- Ya ahora si debo irme.
El se levanta de la cama y nos dirigimos a la puerta principal, nos despedimos una vez más hasta que el se va, desapareciendo en el amanecer; lo que yo no sabía era que junto con la despedida de mi padre vendría el final de mi felicidad, al comienzo fue normal, no tenía problemas con la señora Berta o con Marcus, pero con el pasar de los días íbamos teniendo diferencias de opiniones con Marcus, las peleas incrementaron y la señora Berta creyó que mandandome a hacer las cosas en la casa entendería que eso no esta bien, no me molesta a lavar los platos o limpiar la casa, estaba bien con eso hasta que un día; ya habían pasado 5 días desde que se fue mi padre, no habíamos tenido noticias de él.
-Leliott eres un idiota, sólo tenias que tender la cama y ni eso sabes hacer bien-me gritaba Marcus mientras intentaba tender su cama.
-Lo estoy haciendo bien, déjame tranquilo.
-Cuando aprendas a diferenciar entre la perfección y una arruga te dejaré en paz LE-LI-OTT- me decía en tono de burla.
-Listo, me voy-dije comenzando a caminar, cuando de pronto siento una enorme punzada en el pecho, como si algo nuevo naciera dentro de mi, después de eso vino el negro y me desmaye.
Cuando desperté algo había cambiado en mi, me sentía con más fuerza, como si fuera otra persona pero al mismo tiempo tenía unas ganas enormes de llorar, de pronto me invadio la tristeza, no sabía porque pero de un momento a otro estaba rompiendo en llantos, no sabia porque lloraba, en lo único que pensaba era en la imagen de mi padre.
Como vivíamos lejos de la ciudad en el campo no teníamos ningún aparato eléctrico, la señora Berta siempre me reclamaba el hecho de no tener televisión ya que a falta de esta se la pasaba durmiendo todo el día; era una de las muchas tardes donde yo me quedaba bajo un manzano mientras comía un puñado de Las vayas de mi padre, cuando las termine deseaba comer más, tenia mis manos sobre la tierra cuando de pronto cerca de esta comienza a brotar unas pequeñas hojas, ~¿Qué es esto?~,había visto a mi padre hacerlo un millón de veces pero no sabía que yo también podía; me quede un momento con las manos en el piso para que el arbusto creciera y poder comer las bayas, sentía las vibraciones de la tierra, como el agua llegaba a las raíces de los árboles, era inquietante pero tranquilizador a la vez, disfrute cada momento hasta ese el arbusto se convirtió en un hermoso y muy saludable arbusto de bayas, rápidamente las saque para comer.
-¡Puaaajj! Están ácidas, no son como las de mi padre-dije escupiendo las bayas.
-¿Qué estás haciendo Leliott?-dice Marcus apareciendo de repente.
No tenía ganas de pelear, ni mucho menos de aguantarlo.
-Déjame en paz Marcus.
-¿Estas jugando con tierra?¿Igual que los niños?
-Estoy ocupado ahora déjame tranquilo-le digo dando medio giro para comenzar a caminar.
-¡Hay!¡No he terminado contigo!-dice tomandome del brazo para obligarme a voltear-¿Te crees mucho?
Yo me quite el brazo de encima y seguí caminando.
-No tengo tiempo para tus niñerias-le dije bastante enojado.
-¡Soy mayor que tu!¡Tienes que obedecerme en todo!-dice lanzandome un golpe que me manda al piso-¡No está tu papito para que te defienda!
~No tengo porque aguantarlo, es un idiota, quiero que se vaya, extraño a mi papá~.
-¡TE DIJE QUE ME DEJARÁS EN PAZ!- le grito esto último con las manos en el piso, cuando de pronto un enorme muro de tierra se levanta en frente de mi, haciendo que Marcus cayera de espaldas y se lastimara el brazo, intente salir corriendo pero una mano me tomó fuertemente del brazo, cuando volteo era la señora Berta que me miraba furiosa, tomó en brazos a Marcus y nos llevaba a los dos a la casa, a él lo dejo sobre mi cama y a mi me llevo detrás de la casa, donde me dio la paliza de mi vida.
-¿¡Cómo te atreves a hacerle eso a mi hijo!? ¡maldito mocoso!-me decía cada vez que me golpeaba, en la cara, el estómago y el pecho, siguió golpeandome hasta quedar inconciente, no me golpeó tan fuerte para dejarme un daño severo, sabía exactamente donde golpearme.
Desperté durante la noche en el mismo lugar donde había quedado, detrás de la casa lleno de lodo y sangre, me dolia demasiado el cuerpo, me quede un momento para reponerme, me sentía mareado y muy cansado, intentó mentalizar donde dejo mi padre el botiquín de primeros,~esta en mi habitacion~, me levantó con ayuda de un taburete que tenía mi padre para sentarse a tallar, camino por la casa que esta completamente en silencio, las luces apagadas, fui como pude al baño, entre, cerré la puerta y me vi al espejo, era un espejo roto que encontramos con mi padre una vez que fuimos a caminar; mire mi reflejo, tenía la cara completamente hinchada, sangre corría por el costado de mi boca, ~al parecer me rompió el labio~, tenía el ojo negro por los golpes, me ví el estómago estaba todo morado por los moratones, me duele todo.
Me lave la cara para quitarme un poco la mezcla de sangre y tierra, al verme así ta sucio mejor cerré la llave y me metí bajo la manguera, me quede ahí hasta que el agua fría entumeció mi cuerpo, fui a mi habitación pero los encontré a ambos durmiendo en mi cama, era obvio esta ya no será mi habitacion, salgo y saco ropa que del tendedero para cambiarme,~creo que hoy dormire afuera~, tome una manta de la habitación de ellos y fui a dormir afuera, debajo de un árbol de naranjas, lejos de la casa, lejos de todo.
Me recosté debajo del árbol mirando las estrellas, hasta quedarme dormido; sin darme cuenta mis heridas se fueron curando muy rápido, al día siguiente no me quedaban más que unos pocos moretones, la herida del labio había sanado y mis ojos habían tomado su color natural, me levante tome una manzana y me dirigí a la casa, cuando llegue lo único que recibí fueron retos y más golpes; las cosas siguieron así, yo me encargada de todo, cocinar, lavar la ropa, tender las camas, pasaron las semanas, ya se cumplia más de dos meses y mi padre no volvía, no sabía nada de él, de a poco comencé a perder las esperanzas, cada vez que peleaba con Marcus recibía una nueva paliza, entonces el árbol de naranjos se volvió mi escapatoria, durante las noches me iba a dormir con una manta y una almohada que escondía entre los arbustos, aún no podía lograr llegar que las bayas tomarán el mismo sabor que el de mi padre,~mi padre, como lo extraño~.
-Han pasado más de un mes desde que te fuiste-digo abriendo el reloj que me dio- Me siento tan solo sin ustedes.
Vuelvo a mirar una vez más el cielo que me acompaña al igual que todos los días, hoy no recibí muchos golpes de parte de Berta, por ahora me tranquilizó y me quedo dormido con el reloj en la mano.
-¿¡Qué es esto Leliott!?-escucho una voz a lo lejos.
Cuando abro los ojos me doy cuenta de que es Marcus con el reloj de mi madre en la mano.
-¡Suelta eso mocoso!
-¡Hey! Tranquilo, el único mocoso aquí eres tu-dice abriendo el reloj para ver su interior-¡Ohh! Son tus padres, que tiernos, sabes el otro día me dijo mi mamá que tu papá esta muerto, se mató al saber que tenía que soportar a un mocoso como tu.
-¡Cállate!¡eso no es verdad!
-¿Porque crees que no ha vuelto?, se aburrió de tus niñerias, tú y tu padre son un par de bichos raros por eso lo mataron, ahora vendrán por ti-decía agitando el reloj.
-Entregarme el reloj-dije conteniendo la furia.
-Quitamelo, LE-LI-OTT- dice en tono de burla mientras sigue agitando el reloj.
Cegado por el odio que le tengo a esta hijo de puta, salte y lo golpeó en la cara, él se hace para atrás y me devuelve el golpe, lanzandome lejos de su alcance, de pronto abre el reloj y sostiene cada tapa con una mano.
-Si te acercas lo parto en dos-dice en tono desafiante.
-Marcus, entregarme mi reloj-la tensión se podía cortar con un cuchillo, ambos nos mirábamos de manera desafiante-¡Dame el reloj Marcus!-digo moviéndome cuando de pronto.
-Muy lento, Leliott-dice dejando caer mi reloj roto al piso.
Corro hasta el reloj y lo levanto en mis manos, estaba totalmente roto en dos, pero afortunadamente la foto de mis padres estaba intacta,~Esto es lo único que me quedaba de mis padres~, levantó la vista con lágrimas en los ojos y lo veo, parado mirandome mientras se ríe.
-¿Qué pasó Leliott?¿Estas enojado?-decía mientras volvía a reír, ~odio esa risa, lo odio a él~.
-¡Puedes morirte! ¡maldito hijo de puta!-grito cuando pongo las manos en el piso, entonces salen ramas del piso que lo estrangulan.
-¡Ahhhh!¡MAMÁ!- grita, se que soy yo el que provoca esto pero no puedo parar, lo odio demasiado-¡SUELTAME FENÓMENO!¡ME ESTAS ROMPIENDO EL BRAZO!
Yo sólo veía la imagen delante de mi, la venganza que alguna vez imagine estaba pasando delante de mis ojos, los odio con todas mis fuerzas a él y a su madre, he sufrido bastante por su culpa, ahora es su turno.
-¡Dios mío!¡Suelta a mi hijo!¡mocoso!
Cuando vi que se acercaba levante un muro de tierra delante de ella, seguí observando como Marcus se ponia morado por la falta de oxígeno.
-¡ELIOTT LO SIENTO!¡POR FAVOR SUELTAME!
-No me interesan tus disculpas, sólo quiero ver que sufras una parte de lo he sufrido yo.
De pronto siento un golpe que me tira directo al piso haciendo que las ramas dejen de estrangular a Marcus, ahora solo esta atrapado en ellas.
-¡Bajalo si no quieres que te mate con este palo!-grita Berta con un palo en la mano.
Yo hago caso omiso de su presencia, la herida que me dejo con el palo se cura al instante frente a sus ojos.
-¿¡Qué demonios eres!?-dice levantando el palo para golpearme una vez más.
-Esa misma pregunta me hago yo cuando te veo, ¡Vieja de mierda!-le digo mientras detengo el palo sobre mi cabeza, se lo quito y lo hago a un lado,~¿de dónde saqué esta fuerza?~, con Marcus atrapado en mis ramas solo me queda deshacerme de esta mujer, pongo mis manos en el piso e imagino como me des haré de ella, ~Maldita mujer no hace nada más que llorar~, entonces recuerdo los golpes que me dio por casi un mes, los malos tratos y el abuso.
-¡Hey tu!¡Alto ahí!-grita una voz a lo lejos.
Cuando volteo a ver veo que es un grupo de hombres en traje,~vienen por mí~; tome mi reloj y corrí lo más rápido que pude, ellos venían tras de mí, hasta que dentro pronto veo el bosque, ~se que puedo perder los ahí~, me escondo entre los arbustos y me quedo en silencio, ellos corren de un lado para otro buscándome, a medida que pasaban las horas fui cambiando de escondite para perderlos hasta que cayo la noche, cuando veo que ya no hay señales de ellos salgo y voy al único lugar donde me sentiría bien en estos momentos, ~la tumba de mi madre~, voy sigilosamente observando a mi alrededor hasta que llegó a su tumba, hay flores secas y tiene hojas sobre ella, la limpio y hago crecer flores nuevas a su alrededor, mi padre decía que le gustaban los claveles blancos así que lleno el alrededor de aquellas flores, no puedo ver muy bien, así que tomó la foto de mis padres y la llevo a mi pecho, me hago bolita junto a su tumba y rompo en llanto.
-¿Por qué me dejaron?, estoy tan solo, los extraño demasiado-decía mientras lloraba.
Seguí llorando hasta que el sueño y el cansancio se apoderaron de mi.
Al otro día cuando desperté tenía una manta encima y a mi lado había una bandeja con un vaso de leche y unas galletas, ~¿Quién habrá sido?~, me seco las lágrimas que aún quedan en mis ojos y me como el desayuno, ahora si puedo ver el estado en que está mi reloj,~creo que esto no se puede reparar con sólo madera~.
-Ya se me ocurrirá algo-digo poniéndome de pie-A pesar de tener 6 años comprendí que la vida no es fácil, no puedo simplemente dejarme llevar por la pena; tengo que enfrentar mis problemas,¿No? Madre-digo esto en cuclillas frente a su tumba-Ahora tengo que volver y pedir disculpas lo que hice no estuvo bien, si esos hombres me llevan con ellos, bueno será mejor que quedarme aquí con esa mujer, adiós madre, lo más probable es que no vuelva, te amo a ti y a mi padre, se que siempre estarán conmigo-digo poniéndome de pie- Adiós madre.
Comienzo mi camino devuelta a la casa, ~nose como enfrentare esto~, lo más probable es que me gane la paliza del siglo; el dormir afuera con mi madre me hizo entender muchas cosas, le doy un vistazo a este bello paisaje una vez más, las flores que rodean la tumba de mi madre se pueden ver a lo lejos, los árboles de mi padre y su arbusto de bayas, soy un niño pero eso no es excusa para lo que hice, cuando llegó aún están los tipos de traje, entro lentamente a la casa justo a tiempo para recibir el primer golpe de parte de Berta, ~justo en la cara~, haciéndome caer al piso.
-¡Maldito mocoso de mierda!¡Le rompiste el brazo a mi hijo!¡Espera a que te tenga a solas!¡Te voy a matar!
Había algo en sus palabras que no me sorprendía, se que estaba asustada porque no paraba de llorar cuando la tuve enfrente, pero sabía que si no hacía nada ella terminaría por matarme a mi, me paro y espero con los ojos cerrados recibir otro golpe pero no llega nada, cuando los abro veo que uno de los hombres tiene a Berta detenida con sus brazos.
-Señora no tiene derecho a acercarse a él, y mucho menos golpearlo, manténgase atrás sino saldrá lesionada-decía el joven mientras sentaba a Berta en el sofá-¿Estás bien campeón?-al escuchar la última palabra no pude evitar recordar a mi padre.
-Si,gracias.
La herida de mi boca sano casi al instante, cuando levante la vista para ver al dueño de esa palabra me encuentro con un adulto de unos 30 años, igual que mi padre, de hecho se parecen el cabello castaño de piel blanca, la única diferencia era que el tiene los ojos achinados.
-Me alegró, por cierto mi nombre es Tobias, pero puedes llamarme Tobi, aquí entre nos prefiero que me digas Tobi-dice agachandose a mi altura para susurrarme-¿Te gustaron las galletas?
~Él fue~.
-Si, estaban deliciosas, gracias.
-Bueno campeón estamos aquí porque hemos venido por ti, nosotros sabemos que eres uno de los 4 magnas y queremos protegerte, la gente común como ellos les teme a ustedes por ser poderosos, ahora vendrás con nosotros y cuidaremos de ti ¿Sí?
~cualquier lugar es mejor que este~, el resto de los hombres hablaban por unos aparatos raros y otros estaban en la habitación con Marcus, Berta seguía en el sillón observadome con su peor cara; en cuanto terminaron con Marcus el salió con una cosa extraña en el brazo, me miraba con miedo ya no era el mismo de antes. Corrió a los brazos de su madre quien lo abrazaba y llenaba de besos, al ver esa escena no pude evitar sentir envidia, pero estaba tranquilo porque se que mi madre también me esta cuidando desde el cielo, pienso esto mientras presionó mi corazón con el puño; de pronto uno de los tipos se acerca y me ata las manos con unas cosas muy duras, me lastiman pero van sanando rápidamente.
-¡Hey! No creo que eso sea necesario, el quiere ir con nosotros-dice Tobi tomando al tipo del brazo para que no cierre esta cosa totalmente.
-Sabes perfectamente que esta es la rutina-dice terminando lo que estaba haciendo.
-Tranquilo, ¿no te duele?-pregunta Tobi atentamente.
~he sentido dolores peores~.
-Tranquilo estoy bien.
Salgo de la casa acompañado de todos los tipos con traje, Berta y Marcus se quedan en la puerta de la casa observando, cuando ya tomamos distancia ella sale.
-¡ELIOTT NO ERES MÁS QUE UN MOCOSO DE MIERDA!¡TU PADRE YA ESTA MUERTO!¡ESPERO QUE PUEDAS VIVIR CON ESO!
En ese instante mi instinto asesino se despertó, me di la media vuelta y corrí a la casa, alcance a llegar cuando ella entro junto con Marcus, estaba tan enojado que puse mis manos en la tierra y unas raíces enormes en forma de lanzas atravesaron toda la casa, sólo se escuchó el grito de ambos y luego solo silencio, ese grito marco mi libertad, después de meses soportando a ese par,~soy libre~; me pongo de pie y vuelvo con los tipos de traje que me miran sorprendidos, de pronto uno de ellos comienza a aplaudir.
-Tienes potencial niño, nos serás muy útil, saquenle las esposas-ordena a lo que Tobi responde inmediatamente; cuando me las saca han dejado marcas en mis manos, el acaricia suavemente mis muñecas y me regala una cálida sonrisa.
Comenzamos a caminar hasta llegar a un enorme monstruo de metal, yo me asuste al instante pero los demás parecían no hacer nada, me acerque a Tobi para preguntarle.
-¿Qué es eso?-dije algo avergonzado.
-Es un auto, nos transportará a la base, tranquilo no hace nada es solo un objeto no tienes de que preocuparte yo te cuidaré campeón.
Sus palabras me relajan, es un sentimiento que pensé había perdido,~tranquilidad~, nos subimos al auto y partimos nuestro viaje, pasan días antes de llegar a la "base", pero cuando llegamos es una casa muy grande con una enorme puerta de metal, no parece tener ventanas; cuando nos bajamos algunos se van por otros lados, yo me quedo con Tobi que me guía por los pasillos hasta detenernos en una puerta de metal.
-Esta será tu habitación propia, tienes baño personal y tu cama, aquí puedes guardar la ropa que te iremos dando, debes estar cansado, no has dormido bien, ya es de noche así que mañana vendre por ti para desayunar, cualquier cosa no dudes en decirme al lado de tu cama hay un botón que se conecta directamente a este aparato-decía levantando un pequeño cuadrado blanco- Cuando necesites ayuda vendré de inmediato, buenas noches campeón, ahí hay una jarra con agua por si te da sed en la noche, bueno me voy adiós-dice desapareciendo detrás de la puerta de metal.
Me quedé solo en esta enorme habitación, creo que es del tamaño de mi casa, es todo de metal, frío y duro, me tiro en la cama, ~Qué suave es~, a pesar de ser grande y cómoda me siento inseguro, algo me falta, ~necesito tierra o al menos una planta~, algo temeroso toco el timbre entonces llega Tobi a los pocos minutos.
-¿Paso algo campeón?
-Este...¿me puedes traer algo de tierra en un vaso?, no puedo dormir si no siento algo de tierra o un árbol cerca de mí, por favor-digo esto jugando con mis dedos.
-Claro no hay problema, dame un segundo-dice y sale disparado de la habitación, a los minutos vuelve con un enorme vaso café que en su interior tiene algo de tierra-encontré esta maceta, no es muy grande pero prometo traerte una mejor-dice enseñadomela.
-Descuida con eso esta bien, gracias-dice tomando el vaso grande para dejarlo en mi habitación.
-Bueno me voy campeón, descansa.
Otra vez me quedé solo, el vaso café parecía ser de lo mismo con lo que jugaba de niño (barro/lodo), pongo mis manos en el piso pero no siento la presencia de la tierra, al parecer esta todo hecho de metal, la idea me pone algo triste así que me levanto y me siento en la cama, saco el reloj de mi padre y la fotografía, ~tengo que repararlo de alguna forma, pero primero necesito un baño~, busco en los armarios hasta que encuentro un pillama de mi talla, en una de las puertas encuentro una toalla así que me dirijo al baño, ~cielos es muy grande, no tanto como la habitación~, hay un enorme problema no conozco ni se usar ninguna de estas cosas, tiene un enorme espejo y es todo muy blanco, en mi casa estaba acostumbrado a bañarme con mi padre, ambos usábamos la manguera y nos bañabamos con agua fría, en invierno era horrible pero durante el verano era muy refrescante; me sacó la ropa y la tiro a un lado, en la pared hay muchas llaves de color rojo y azul, hay un enorme recipiente blanco donde pueden caber hasta 3 personas, me acerco a las llaves de la pared y las abro, muevo la de color azul entonces comienza a caer agua del techo,~Esta fría~, de pronto me resbaló y sin querer paso a llevar la llave roja, cuando me incorporó ambas temperaturas se mezclaron haciendo que el agua quedará perfecta, me quede ahí solo bajo el agua, recordando mi casa y a mi padre,~¿De verdad estás muerto?~, cuando termine cerré las llaves y salí de baño, me puse el pillama y camine hasta la cama, de pronto me encuentro con el vaso grande con tierra, pongo las manos en los costados e intento hacer crecer las bayas de mi padre, pero otra vez ácidas,~ni modo, mañana será otro día, el primero de mi nueva vida~, digo acostandome bajo las mantas, en un abrir y cerrar de ojos me quedo dormido.
-¡Campeón despierta!-escucho la voz de un hombre que me despierta.
-¿Papá?-digo medio dormido rogando porque la voz que me habla sea la de el, pero cuando abro los ojos vuelvo a la realidad-Tobi, buenos días.
-Buenos días, aquí te dejo tu ropa de entrenamiento, vendre a buscarte en media hora para desayunar-dice desde la puerta donde desaparece.
Es temprano son las 6 a.m. así que me levanto de mala gana y me meto al baño, me pongo debajo de la manguera con hoyos y me lavo con agua fría, una vez afuera me pongo mi ropa y espero a Tobi, cumplida la media hora aparece por mi puerta, caminamos por un pasillo mientras el me explica lo que haremos hoy, al parecer hay más niños con los cual tengo que entrenar,~si supiera que es eso~, estos niños también poseen algún poder, cuando lo escucho decir que hay más niños se me viene a la mente la imagen de Marcus,~estoy dispuesto a matar a cualquiera que me haga daño~; entramos a una caja de metal que cuando cierra sus puertas comienza a moverse, asustado me afirmó de Tobi quien ríe y me afirma del hombro; cuando llegamos a nuestro destino son muchas mesas muy largas, Tobi me dice que me siente donde quiera, yo hago lo que me dice y lo espero, de pronto llega con un bandeja llena de frutas, un plato de leche con unas cosas flotando y un vaso de jugo.
-Toma esto es tuyo-dice dejando la bandeja en frente de mi-Debes tener hambre.
-Gracias, pero ¿que son esas cosas que tiene la leche?-digo un poco apenado.
-Son cereales, te van a encantar, he hecho un trato con el cocinero para conseguirlos, ojala te gusten- dice sonriendome.
Cuando los como son una delicia, con la leche quedan muy bien, no me había dado cuenta que tenía tanta hambre, me como mi desayuno más rápido de lo de lo normal, Tobi ríe a mi lado mientas come su desayuno; cuando terminamos el se lleva las bandejas y vuelve para comenzar el entrenamiento, volvemos a la caja de metal que nos llevará a otro lado del edificio, cuando llegamos es una habitación inmensa, tiene unos palos donde unos adultos lo golpean, a medida que vamos avanzando veo a un montón de adolescentes que hacen ejercicio.
-¡Hola!-escucho un grito que proviene de un niño a lo lejos, el corre en nuestra dirección-¿Tu eres el nuevo?, mi nombre es Aaron.
-Ho..Hola, soy Eliott-digo escondiéndome detrás de Tobi.
-Aaron te encargo a Eliott, enséñale el lugar y ayudalo a entrenar, el es el magna de tierra.
-Esta bien, ven yo te enseñaré todo lo que se- dice tomandome del brazo.
Desde ese día me sometieron a un duro entrenamiento para dominar mis poderes, ese día conocí a mi único mejor amigo, hacíamos todo juntos, desde las misiones hasta las travesuras, sin duda me sentía cada vez más agusto en este lugar, con el pasar del tiempo Tobi se fue convirtiendo en un padre para mi, nos salvaba de todas nuestras travesuras, me ayudó a conocer las cosas que me rodeaba, había mucho que no sabia, me ternino de enseño a leer y a escribir, por las noches salía y me mostraba los alrededores, me ayudaba a perfeccionarme y me daba un montón de comida nueva, llevaba 4 años en ese lugar hasta que la conocí; una pequeña niña con el cabello blanco lloraba en una de las esquinas del gimnasio, venía llegando de una misión cuando la vi, no pude evitar no acercarme a ella.
-Hola, eres nueva ¿verdad?-dije mientras me sentaba a su lado,~si que es pequeña~.
Ella solo lloraba desconsoladamente con un medallon en sus manos.
-¿Extrañas a tu familia?, es normal, mira-dije sacando el reloj de mi madre, con el tiempo le pedí a Tobi que me ayudara a repararlo, había quedado como nuevo; lo abrí para mostrarle la foto del interior-Ellos son mis padres y no existe día en que no los extrañe.
Entonces ella deja de llorar y levanta la vista para ver la fotografía, ~Qué ojos~, eran impactantes, tenían un color azul profundo como el mar,~acaso esta niña ¿ya detonó?, imposible es muy pequeña aún~, entonces sin darme cuenta ella me muestra su medallón donde hay dos fotografías, al parecer de sus padres.
-Te pareces mucho a ella, por tus ojos me atrevería a decir que eres el magna de agua-dije a lo que ella asiente tímidamente-Tranquila yo soy el de tierra y prometo cuidarte, por cierto ¿Cuál es tu nombre?
-Celeste-dice en un tono muy bajo.
-Es perfecto-dije sonriendo.
Desde entonces nos hicimos muy amigos, sus poderes iban creciendo junto con ella, se hizo experta en curar heridas con el agua, cada vez que volvía de una misión ella me curaba y me retaba por ser tan descuidado, nunca le dije nada respecto a mis misiones que consistían básicamente en matar personas para secuestrar a los niños con poderes, o simplemente traer a las personas que los tenían quitando del camino a los que se opusieran.
-¡NO!¡Celeste no puede ir a las misiones!¡No está lista para eso!-grite al consejo cuando me enteré que mandarían a Celeste a una misión.
-Tu no eres el que toma esas decisiones, ¡ella tiene que ir!, tenemos que ver si con eso puede detonar, ya que tu aún no eres capaz de hacerlo.
-Esa no es la forma, ella lo hará cuando este lista, hasta entonces yo haré sus misiones, denme todo el trabajo sucio, pero que ella no se ensucie las manos-dije ya un poco más relajado.
-¿Estas dispuesto a tener el doble de trabajo sólo para que no vea un par de muertos?
-Lo que sea con tal que no pase las mismas cosas que yo.
-Esta bien Eliott, ¡ve! tienes que cumplir la misión de Celeste, Tobi te acompañará.
Salí de la sala de reuniones, han pasado 7 años desde que ella llego, yo me volví un adolescente algo impulsivo, podía matar a cualquier persona sin vacilar, sin duda he crecido, los brazos, la espalda, el ejercicio me sentó bien, estoy más alto que Tobi.
Baje por las escaleras hasta el cuarto de Celeste, golpe la puerta tres veces y entre, siempre me ha gustado su habitación, esta toda decorada con flores, y esta pintada de un color igual al de sus ojos, entró y me tiro en la cama, en la pared tiene algunas fotos de nosotros, otras con Aaron.
-El ¿Eres tú?-grita desde el baño.
-¿Acaso esperabas a alguien más?-dije en tono de burla, ella me llamaba El desde que era niña, se le hacía más fácil recordarlo.
De pronto sale del baño con el pelo mojado y su ropa de entrenamiento, llevaba consigo una toalla con la cual se intentaba secar el pelo.
-¿Qué pasa?
-Lo logre, ya no tendrás misiones-dije levantando las manos.
-¿Qué hiciste?¡acabas de robarme mi única posibilidad de salir!
-Hable con los del consejo y prefirieron que te quedarás curando a los heridos, de todos modos no te pierdes de nada-dije levantándome de la cama-Ya me voy, tengo una misión.
-¿Hoy? Se supone que tendrías libre.
-Surgió una y debo ir, pero tranquila, Tobi me acompañará-dije caminando a la puerta cuando de pronto viene y me abraza por detrás.
-Tenía mucho cuidado.
-Tranquila, te traeré un recuerdo ¿Sí?
-Esta bien, pero cuídense ambos.
Ella me suelta entonces salgo por la puerta camino a mi habitación, me pongo mi ropa oscura y salgo para encontrarme con Tobi; una vez afuera nos subimos al auto, mandaron las coordenadas del sujeto así que yo conduciría.
-Si que has crecido, ahora ya manejas el auto solo.
-Es porque tuve al mejor profesor, por cierto hace ¿Cuánto no salías a una misión?
-Desde que eras un niño, de hecho cuando fuimos a buscarte fue la última vez que tuve una misión.
-Ya veo, pero me alegro de tener esta misión juntos, ya le dije al consejo lo de Celeste, aceptaron de mala gana pero ahora ella no tendrá que ensuciarse las manos.
-Estas enamorado de ella ¿cierto?-dice haciéndome frenar en seco.
-¿Como me dices eso tan derrepente? ¿Acaso quieres que choque?-dije haciendo que el riera a carcajadas-¡Cielos!
-Tranquilo campeón, sólo era una pregunta nada más, harían una linda pareja.
-¡Basta! Celeste es solo una amiga, se acabó el tema-dije sintiendo que mis mejillas ardían.
El resto del camino nos fuimos conversando, de cuando era niño, mis travesuras y de cuando me enseñaba; cuando llegamos a nuestro destino, era una casa grande, parecía estar abandonada, nos bajamos del auto y entramos.
-Esto si esta abandonado,¿Puede vivir un niño aquí?-dije observando a mi alrededor.
-No bajes la guardia-me dijo con una pistola de tranquilizantes.
De pronto escuchamos un ruido, el apunto mientras yo sentía las vibraciones del piso, ~hay alguien aquí~, entonces de entre unas cajas sale un niño, si así se le puede llamar, era como una bestia, tenia pelo por todos lados y unas garras enormes.
-¡Distraerlo yo disparo!
-¡Entendido!
Hice que crecieran ramas a su alrededor para poder atraparlo, el corría sobre mis ramas hasta que pude atraparlo, entonces el abre la boca y hace un rugido que me revienta los oídos; caigo al piso con las manos en la cabeza, sin darme cuenta bajo la guardia y cuando levanto la vista el niño bestia estaba encima de mi, rasguñondome el pecho, intentó te cubrirme con los brazos pero este me los daño igual,~hasta aquí llegué ~, entonces suenan un disparo, que hace al niño cambiar su dirección, ~ahora su objetivo es Tobi~.
-¡NOO!¡CORRE!¡VETE DE AQUÍ!-le grito para que se vaya, no quiero perderlo, pero el sigue apuntando al niño errando cada tiro; cuando están frente a frente el niño salta y se le tira encima, el intenta como sea sacarselo pero entonces el niño saca sus garras y se las entierra en el pecho, Tobi gira para mirarme y regalarme una ultima sonrisa, entonces el saca sus garras dejando caer el cuerpo de Tobi.
-¡NOOOOO!-grito estirado la mano, me pesa el cuerpo, estoy cansado me duele todo.
Me levante furioso, sentí como la carne se regeneraba, mis heridas sanaban a media que caminaba hasta el niño, sentía como la adrenalina se hacía cada ves mas fuerte; estire la mano de la cual salió una enorme rama para perseguirlo, el corría sobre mis ramas de pronto deje que cayera sobre mi y comenzamos a pelear, combos, patadas y rasguñones, todas sanaban unas más rápido que otras, sin darme cuenta me hace una enorme herida en el pecho.
-¡Ahg!¡vas a pagar por haber matado a mi padre!¡Mocoso de mierda!-grite mientras lanzaba desde mis palmas muchas ramas que lograron atraparlo, una vez inmóvil fui hasta el cuerpo de Tobi y le quite el arma, dispare al niño que se durmió al instante.
Deje caer el arma al piso junto conmigo, estaba al lado del cuerpo del cuerpo de Tobi, logre tenerlo en mis brazos cuando escuche que se quejo.
-Sigues vivo, vamos rápido, no importa la misión él se quedará aquí, es imposible que salga, Celeste te curará.
-Elliot, detonaste, tus ojos ahora son verdes.
Sus palabras me dejaron me dejaron en blanco, ~¿Detone?~, ahora mis ojos son como los de mi padre, verde como las hojas de los árboles.
-Eso no importa, ¡Vamos!-dije levantándome con Tobi el los brazos, entonces el se queja y toce sangre.
-No hay tiempo, moriré aquí.
-No digas eso, aun hay tiempo, Celeste te curará en un instante y estarás bien, volveremos a comer dulces y a jugar en la noche, ¡por favor no me dejes!-suplicaba con lágrimas en los ojos.
-Eres todo un hombre, estoy tan feliz de haber formado parte de tu vida-decia con dificultad.
-¡No!¡No!¡No!¡Por favor!¡No!, no me dejes, no me dejes.
-Eres como el hijo que nunca tuve, te amo campeón-dice antes de dejarse caer.
-¡Tobi!¡TOBIIIII!¡NOOOOO!-grite rompiendo en llanto mientras abrazo su cuerpo, a mi alrededor raíces salían desde el piso atravesando todo a tu paso.
Cuando logre calmarme tome el cuerpo de Tobi y lo enterré fuera de la casa, sabía que si volvía con su cuerpo lo usarían para experimentos o cosas raras, sabía que a él le gustaban las flores así que hice crecer de todo tipo a su alrededor.
-Me cuidaste desde que era muy niño, me protegiste y me enseñaste el mundo, nunca te lo podre pagar, siento no haber hecho nada soy un inútil; te quiero tanto como a padre, fuiste el segundo hombre más importante en mi vida y eso jamás lo olvidaré, adiós Tobi-dije frente a su tumba momentos antes de irme.
Volví a la casa abandonada por el niño, le dispare una vez más para asegurarme que no despertará, abrí la parte de atrás del auto y lo deje ahí, me subí y volví a la base; cuando llegue entregue al niño y camine a mi habitación, cuando abrí la puerta Celeste estaba en mi cama durmiendo abrasada a una almohada, ya era de noche por lo que era obvio que estaría durmiendo, entre y deje mi chaqueta sobre el escritorio, ella pareció notarlo porque despertó de inmediato.
-¿El?
-Hola pequeña-dije encendiendo luz, ella me ve y se sorprende.
-¿Qué te paso?¿Estas bien?-dice corriendo hacia mi,~No me había dado cuenta que tenía la ropa bañada en sangre~, cuando llega pone sus manos en mi pecho.
-¡Ahg!, ¡estoy bien!-digo entre quejas.
-No estas bien, ven vamos a la ducha te curare -dice tomandome del brazo para guiarme a la ducha-¿Puedes sacarte la polera?-La escucho desde la puerta, cuando volteo se que esta sonrojada.
-Tranquila puedo solo-le digo para que no se avergüence más.
Hago caso a lo que me dice y me saco la polera, al parecer la herida más profunda no logro sanarse completamente, ella se puso delante de mi y abrió la llave de la ducha, puso sus manos en mi pecho y comenzó a curarme.
-¿Tobi quedo igual?
Al escuchar su nombre no pude evitar aguantar las lágrimas.
-Lo siento-dije con lágrimas en los ojos-Tobi murió por mi culpa.
Ella deja de haciendo un momento, luego sonríe y comienza a hablar.
-Desde que llegue ustedes han sido muy unidos y han cuidado de mí sin pedir nada a cambio, no tengo palabras para resumir la relación de ustedes, sólo decir que nunca he visto a dos personas quererse y cuidarse de la manera que lo hacían ustedes, así que creo que Tobi murió sabiendo que pudo proteger a su hijo, veo en tus ojos el dolor de perder a un ser querido, pero también veo la fuerza de un hombre que no quiere quebrarse y mostrarse débil ante los demás, detonaste a causa de su muerte, estoy segura de que el sabe y esta feliz por ser la razón de tu detonante, esos ojos que mirarán al futuro siempre acompañado de las personas que más te amaron en el mundo, pero a pesar de no estar físicamente siempre estarán aquí-dice con su mano en mi corazón.
Cada palabra que dice me da fuerzas y tristeza a la vez, así que cuando termina de hablar rompo en llanto, me dejo caer pero es ella la que me detiene y me abraza, se que ella también llora pero lo oculta con el sonido de la ducha, ambos nos quedamos así abrazados hasta que decido romper el silencio.
-Celeste ¿Te quedas conmigo hoy?
-Claro.
Nos levantamos del piso, ella va a la cama y yo termino de bañarme, me saco la tierra y la sangre de encima, me pongo el pillama y salgo del baño entonces recuerdo, "Estás enamorado de Celeste", sus palabras resuenan en mi cabeza haciéndo que me sonroje, tomó una bocada de aire y salgo del baño, en mi cama esta ella bajo el cobertor, despierta aún; me recuesto a su lado entonces ella se incorpora y me mira detenidamente; se va acercando poco a poco hasta quedar muy cerca de mi.
-Ahora tienes unos muy lindos ojos verdes, aunque los cafés tampoco Se veían mal- dice mirandome directo a los ojos.
Nos quedamos así un momento, azul y verde, agua y tierra, nos acercamos poco a poco hasta que decido dar el paso y besarla, ella parecía sorprendida al principio pero después se deja llevar conforme pasa el tiempo, yo la abrazo con mi mano izquierda y con la otra le acarició la mejilla, ~sé que es una niña, no quiero forzarla así que por ahora un beso estará bien~, continuamos besándonos, ella me acaricia el cabello y de vez en cuando lo tira un poco, intentó no caer a la tentación de la ocasión, pero me es muy difícil, entonces nos separamos por falta de aire, ella me mira una vez más, entonces yo le doy un beso en la frente y la acomodo en mi pecho, nos quedamos así hasta que ambos nos dejamos dominar por el sueño.
Las cosas continuaron así por varios meses, ella ya había cumplido los 14, pero yo seguia saliendo en sus misiones y las mías, cada vez tenía menos tiempo para estar juntos, en las noches ella dormía conmigo, nunca paso nada más de un beso, yo sabía que ella no estaba lista y no quería forzarla a nada, de pronto un día cuando volví.
-¡Ya llegue pequeña! Dije entrando a mi habitación, ¿Dónde estás?-grite pero no recibí respuesta, camine hasta que la ví en el baño.
-¿Cómo te fue en tu misión?-pregunta con algo de sarcasmo, cuando se da vuelta veo que tiene lágrimas en los ojos.
-¿Qué te pasó?-digo corriendo a abrazarla pero ella me estira los brazos para que no me acerque.
-¿A cuántas personas mataste?
-¿Qué?
-¿Eran muchos?
Yo me quede estático, ella ya sabía de que se trataban las misiones, nunca le dije por miedo a que pensará que soy un monstruo o algo así, se que ella perdió a sus padres porque ambos fueron asesinados por la gente de aquí, lastima que yo era igual que ellos.
-¡Respondeme!
-Celeste puedo explicarlo.
-¿¡Explicar qué!?¿¡ Qué matas gente porque si!? ¿¡Lo disfrutas acaso!?
-¿¡Que!? Claro que no, son misiones nada más, nos mandan a hacer esas cosas, ¡No tengo alternativa!
-Prefieres matarlos a ellos y asegurarte tu, ¡Eres un asesino!-decía mientras lloraba.
-Celeste.
-¡Basta! Esto se acabo, no puedo estar con alguien que mata personas solo porque alguien más le dice, esas personas son inocentes, no tienen la culpa, ¡esos niños sufren!, ¿no piensas eso? Yo pase por lo mismo cuando mataron a mis padres, una persona igual a ti los mató sin darles oportunidad de nada-gritó mientras intentaba salir del baño.
-¡Espera por favor!.
-¡No quiero verte más! ¡Esto se terminó!-dijo esto último cerrando la puerta de un solo golpe.
No podía digerir lo que paso, ~¿Cómo se enteró?~, me deje caer de rodillas en el centro de la habitación, no podía creerlo,~¿De verdad se acabó?~, no quiero perderla, la amo; salí corriendo tras de ella pero no logre alcanzarla, entró a su habitación y no me dejo entrar, grite y golpe su puerta pero no contestaba, me quede ahí sentado fuera de la puerta hasta quedarme dormido.
Al otro día cuando desperté ella ya no estaba en su habitación, corrí por todo el edificio, casino, gimnasio pero no la encontré, cuando iba devuelta a su habitación me encontré con Aaron.
-¿Has visto a Celeste?-dije desesperado.
-Estuve con ella hace un rato, está destrozada hermano, uno de los niños que trajiste ayer le contó todo.
-¿Quién fue?
-Hey, no hagas locuras ya verás que se le pasara, no empeores las cosas, vamos a tu habitación, te bañas y vamos a tomar algo-dice encaminando me a mi habitación; Aaron tenía razón en una cosa, no podía hacer locuras, después de todo el es 2 años mayor que yo; fuimos a mi habitación me bañe, me cambie y salimos; ya que el bar estaba cerrado fuimos a la cocina, Aaron es amigo del cocinero así que nos facilitó unas cervezas, las llevamos hasta el exterior, yo conocía un camino de salida que me enseño Tobi hace muchos años; una vez afuera comenzamos a tomar, yo no había comido nada así que el alcohol me afecto rápidamente, conversamos de muchas cosas hasta que cayó el atardecer, entonces fuimos al casino por algo de comer, ahí la ví otra vez pero estaba con alguien, Josh era un niño de 15 años, llego aquí cuando tenía 8, yo me encargue de sus padres, los asesine con mis manos, tal vez Celeste si tenga razón, ~Soy un asesino~, pero aún así no soportaba verla con nadie más; durante algunos meses seguí insistiendo hablar con ella, pero cada vez se me hacia más difícil saber como estaba, con el tiempo dejo ella dejo de hablarle a Aaron por la misma razón, ~ahora nos tenía miedo~, siempre que la veía estaba con Josh, a él se le notaba a kilómetros que le gustaba, pero ella no demostraba lo mismo, yo aún la seguía amando a pesar de la distancia y el odio que me tenía; cada vez se me hacia más frecuente ir al bar a beber, cuando cumpli los 19 ella no me dijo nada, simplemente no quería saber nada de mi, así paso el tiempo, a pesar de su indiferencia nunca la olvide, hasta que un día iba por el pasillo y la ví besándose con ese tal Josh, mi mundo se me vino encima,~¿Acaso ya me olvido?~, no pude evitar mis ojos llorosos, corrí a mi habitación, me lave la cara y me mire al espejo.
-Si ella ya te olvido tu tienes que hacer lo mismo, es hora de dar vuelta la pagina, han pasado 2 años desde que sigo buscandola en vano mientras ella esta en brazos de otros-me digo al espejo.
Desde ahí comencé a ir más seguido al bar, conocía mujeres con las cuales tenía sexo de una noche, esperaba cada tarde para poder salir a alguna misión y disfrutar del exterior, fui perfeccionando cada vez más mi arbusto de bayas hasta lograr el sabor perfecto.De pronto despierto, con ese amargo sabor que me dejan los recuerdos, miro por la ventana, ~ya esta a punto de amanecer~, tomó mi camiseta y salgo de la habitación.
-Prepararé el desayuno.Aquí está en capítulo 16, trabaje muy duro en el, ojala les guste 😁, perdón la demora pero mejor tarde que nunca😅
ESTÁS LEYENDO
Magnas
Ficção AdolescenteMia y su hermano Matt, son dos jóvenes que poseen poderes y un oscuro pasado, pero esta oscuridad sale a la luz después de un accidente en la central de policía de su ciudad. Sus existencias cambiarán después de conocer el lado oscuro de sus vidas.