Capítulo 2.-

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¡Tiranía! ¡Esto es tiranía! ¿Cómo podía hacerme esto? ¿Acaso se está haciendo el coqueto conmigo? Ni siquiera nos conocemos, ¿Qué clase de motivos podría tener para tratarme de esta forma desde la primera vez que nos conocimos? Tan cercana, tan incómoda. ¡AGH!
Necesito saber el motivo de su cercanía, el motivo por el cuál sonríe de esa forma tan molesta. Si lo que él quería era sacar algún partido con esto, pues bien, se lo concederé. Yo también puedo utilizarlo. Por medio de él podré pasar al jardín que tanto deseo. Veamos quién utiliza a quién.
Mañana iré con un nuevo objetivo; sacar cada una de sus verdades.
Me alisté para dormir y cuando al fin estuve acostada en mi cama  de pronto mis ojos se llenaron de lágrimas, "¿Por qué? " pensé, "¿Por qué estoy llorando? " "Me molesta ser tan débil ". Sí,  a veces me ocurre esto. Lloro sin ninguna razón en especial, o quizá sí la hay pero no la puedo reconocer.
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Me levanté de ipso facto al oír un fuerte ruido que venía de abajo. Son las 10:30 am. ¿Será mi madre?
Corrí escaleras abajo buscando el origen de aquel sonido rasposo.

- ¡¿Hermano?! - grité de improviso al ver a mi hermano agachas tratando de levantar la lámparas que había caído.

- ¡Rayos Hermana me haz asustado! - chilló agitado.

- Lo siento - dejé escapar una carcajada.

- ¡Cuánto haz crecido! - dijo mi hermano Mark sollozando. Se acercó a mi y me revolvió el  cabello.

- Qué tonterías dices, solo te ausentaste dos semanas.

- ¿Cómo es que siento que ha pasado mucho tiempo? - continuó - Mamá, ¿Cómo ha estado ella?

- Ha estado bien, supongo. Como siempre, devota al trabajo.
- Ya veo... ¿Te haz sentido muy sola? - dijo con tristeza Mark.

- ¿Yo? Claro que no - sonreí. ¿Sola? Yo no tengo derecho a estarlo, tengo una madre y un hermano muy bueno. No puedo permitirme sentir así, porque estaría despreciando sus esfuerzos por amarme.

Mi hermano transformó la expresión de su rostro, pasó de ser cálida y amable a una seriedad que me calaba la piel - ¿Cuándo dejarás de mentir?  A mi no me engañas Mónica, te conozco más que a mi mismo.

- Y tú ¿Cuándo dejarás de insistir con eso? - comencé a subir la voz. Me siento ansiosa y nerviosa cada vez que sale con este tema, no me gusta para nada.

- ¡Cuando me hables con sinceridad! - gritó - ¡Ese será el día que me detendré!

Me quedé quieta, la respiración entrecortada empezó a delatarme. Cada vez que me decía lo mentirosa que soy yo podía controlarlo muy bien, pero algo ahora cambió, algo que debo averiguar, algo que me está haciendo débil.

- Que extraño ¿No? - suspiré - Recién haz llegado y ya se ha estropeado el ambiente. Te soy sincera, ahora si que estoy triste - terminé con una voz desganada y cabeza agacha,  comencé a voltearme lentamente para volver a mi cuarto, cuando de pronto siento como alguien solloza a mis espaldas.

- Hermana lo siento - dijo mi hermano con los ojos llenos de lágrimas.

¡Bien! Nunca falla, a veces siento como si la mayor fuera yo. Es gracioso que mi hermano no haya cambiado nada. No hay más que poner cara de cachorro para que comience a llorar y ceda a todo.

I found my hope.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora