Camine un rato, no sabia que pensar y necesitaba distraerme, así que, como siempre, estoy en un tuburio, algo bajo de mis expectativas, nunca me rebajaba a este nivel de bar, pero era el único por el que pase.
Una rubia, quizás 25 años, de buen cuerpo y vestida de policía me bailaba.
Perdí interés a unos minutos de que se quitara la mitad del disfraz.
Vi una chica, un angel con cabello negro debajo de la cadera.
-llamala.-le dije a la rubia.
-¿Qué? –replico molesta.
Saque varios billetes de 50 dolares y se los di.
-¿satisfecha? –miro con sorpresa el dinero.-¡Llamala! –subi un poco la voz y obedecio.
Corrió hacia el angel, le mostro el dinero y me apunto.
Bebi de mi Martini.
Miraba con interés a esa chica, ella se giro, me miro y sonrió. Dejo a sus amigas, una conejita y la diablita.
Se tomaban muy en serio eso de los dizfrases.
Camino despacio, con actitud de ser deseada, y vaya que la deseaba.
Las alas de angel la hacia lucir tan tierna, esa túnica blanca a media pierna me volvió loco, quería quitársela, y que decir de sus senos que se transparentaban.
Al pararse frente a mi, me miro con seriedad y luego sonrió. Era hermosa, ojos grandes y labios carnosos, parecía Amaya, definitivamente se parecía a mi vampira.
Se comenzó a menear con lentitud frente a mi, la detuve.
-vámonos de aquí.-propuse, ella miro hacia los lados. Saque mas dinero, sonrió.
-esta bien, ¿A dónde? –no lo dudo.
La tome de la mano, dirigiéndola a mi auto, preguntaba cosas, pero no quería responderlas.
Abrí la puerta y ella subió, las alas le estorbaban, trato de quitárselas al momento en que me subi al auto.
-dejalas donde están.-ordene y encendí el auto. Volvió a ponérselas.
Conduci al mejor hotel de la ciudad, al único en que iba cuando no era en mi casa.
¨Katy¨ parecía niña en disneyland por primera vez.
Primero toco con la punta de los dedos cada mueble del recibidor, luego la puerta del baño y luego entro a este, soltando un largo ¨Wow¨ al verlo, incluia jacuzzi, después la cama. Corrió y se dejo caer dejando ver que nunca en su vida había estado en un hotel de 5 estrellas.
Me quite los zapatos a la par de mi saco.
-¿de verdad pasaremos la noche aquí? –hablaba con una sonrisa en su boca.
-si, aquí estaremos unos días.-le dije.
-¿días? –su expresión cambio, parecía algo terrible para ella. Asentí nuevamente, aflojándome la corbata.-¿podrías venir a hacer tu trabajo? –me solté la ropa.
Ella se levanto confundida. Volvió a mirarme y luego alrededor, sabia que ganaría mas dinero.
Sonrió nuevamente y se acerco mas decidida.
Termino por quitarme la corbata, desaboto la camisa con lentitud. Mirándome en todo momento a los ojos.
Si que tenia parecido con Amaya, mi angel, mi vampira.
Se encontraba bocabajo, con el largo cabello esparcido sobre ella, respiraba agitadamente.
Se estremecio, para luego exaltarse y despertar de golpe.
-buenos días mi angel.-murmure, sentado en el pequeño comedor. Me miro, rascandoce la nariz y los ojos.-el desayuno es lo mejor del hotel, ven y come algo.-invite.
Tomo la sabana, enredándose en ella… ¿Por qué hacia eso? Acababan de pasar unas horas desde que tuve sexo con ella, obviamente la había visto completamente desnuda.
Comi un pedazo de fruta.
Se sentó frente a mi, tomo de la fruta picada.
-¿Cómo te llamas? –pregunto, haciéndose el cabello a un lado, seguí comiendo.-¿Quién eres?
Deje el tenedor y la mire.
-¿Qué importa? –respondí con otra pregunta.
-importa porque no se quien demonios eres, me sacaste del peor tuburio de la ciudad para traerme al que parece el mejor hotel del mundo.-también dejo de comer.
-hay mejores en Europa.-murmure divertido, aunque eso no era broma, volví a mirarla, estaba molesta.-algun día te llevare, lo prometo.
Se levanto, molesta aun, la tome del brazo y la jale, de tal modo que quedo sentada sobre mis piernas.
-tranquila Katy, mi nombre es Fabian, soy abogado y vivo cerca de aquí.-sonreí gracioso.
Estar con ella y que se molestara por algo tan simple me hacia sentir bien.
-¿y porque no fuimos a tu casa?
-porque mi futura esposa esta ahí y era mala idea llevar a mi acompañante a su casa, ¿no crees?
Suspiro para luego sonreír.
Se giro para tomar un sorbo de jugo, le hice a un lado el cabello para besarle el cuello, meti mis manos entre las sabanas para acariciarle las piernas con suavidad, ella comenzó a retorcerse en mis piernas, lo cual hizo que me comenzara a excitar poco a poco.
La deje en el tuburio, ella así lo quizo.
Conducir hacia mi casa me pareció mas difícil de lo que pensé, no porque mi conciencia estuviera intranquila, sino porque tenia miedo de que Nora hubiera desparecido, claro, 3 días fuera de casa, sin ninguna comunicación con ella…
Lo se, la culpa es mía.
Estacione el auto y me baje con cautela. Eran las 10 de la noche.
Meti la llave de la puerta y la gire, estaba abierta, entre.
-¿Nora? –pregunte, eco.
Camine a la cocina y no estaba ahí. Tampoco en la sala de estar, subi y volví a llamarla, no contesto.
Abrí la puerta del cuarto, escuche el agua de la regadera, al entrar ahí estaba.
-¿Por qué no me respondes? –tomo la toalla y se cubrió, para abrazarme, aun toda mojada.
-¡creí que estaba soñando! –soltó a llorar.
Agarre otra toalla, la lleve a la cama, sentándola a la fuerza para secarle el cabello.
-estaba comenzando a creer que jamás regresarías…-nos miramos.-que me ibas a abandonar con nuestro hijo.
Le bese la frente y ella se aferro a mi cintura.
-jamás te voy a dejar.-le aclare.
Y era cierto, jamás la voy a dejar, siempre, aunque este con otras no la dejare.
Me movía con desesperación, Katy no dejaba de pasarme por la mente.
Sentía que me movía.
-Fabian…-casi lloraba, abrí los ojos y seguíamos abrazados, como siempre dormíamos.
-¿Qué pasa? –pregunte aun dormido.
-se esta moviendo…muy rápido…-murmuro.
Le acaricie el vientre y si, se sentía que se movía con rapidez…pero ni siquiera pasaba de los 6 meses.
Lloraba y estaba sudando.
Levante las sabanas…
¡Santo cielo!
Su estómago había crecido tanto como si tuviera esos 6 meses…además de que estaba morado.
-¡Me duele!
No dejaba de gritar y yo no sabia que hacer.
Solo la tome de la cama y baje corriendo, tenia que llevarla al medico.
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LA CASA DE AL LADO
Romancefabian, despreocupado por la vida que lleva como mujeriego, descubre que en la casa de al lado, hay algo que lo asecha...pero...no es exactamente lo que cree.