Parte 3

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Yuri no sabía en qué momento su inigualable día se había arruinado, pero ahí estaba él, llorando encerrado en el baño del hotel a dos horas de la competencia.

- Yuri, ya sé que te sientes mal, pero sabes que Lilia te regañará por esto y eso que no sabe que no llegaste anoche. –la voz de Mila irrumpió su llanto.

Sabía que todo había sido su culpa, si no hubiera insistido en salir por la inquietud de estar en el mismo lugar que el recuerdo del rey Jack, esto no hubiera pasado y menos le hubiera dado su virginidad a ese infeliz.

Todo había pasado demasiado rápido para él, tan solo quería permanecer en el bello amanecer que había tenido, si tan solo Jean no hubiera abierto su boca y dicho aquellas palabras, si eso no hubiera pasado quizás seguiría con la esperanza de seguir junto a él pero no fue así y sabía que esto no se podría arreglar nunca.

- Dame 10 minutos. –avisó con la voz entrecortada a lo que la pelirroja en vista de no poder hacer nada más, salió de la habitación cerrando la puerta tras ella.

Él era consciente de lo cortante que estaba siendo con Mila, a pesar que ella lo había encubierto con Lilia sobre su no regreso y además lo había ido a recoger en la mañana cuando no quería ver a nadie. Era injusto, lo sabía, pero nada quitaba el hecho de que habían roto su corazón justo después de habérselo entregado sin ningún cuidado.

- ¿Por qué tenías que decirme eso? –pasaba sus manos apretando sus cabellos lleno de furia. – ¿Por qué no te lo callaste? –las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas. – Dijiste que me amabas. –la voz de Yuri se mezcló con la de la reina Yulianne haciendo que el menor se sobresaltara. – ¿Qué fue eso? –se puso de pie y caminó hacia el lavabo, abrió el grifo acercando sus cara y empapándosela a la vez que sus manos. Restregaba una y otra vez su rostro, esperando que el agua se llevara su tristeza, aunque sabía que no sería así.

Jean aquella mañana cuando su madre tocó la puerta le dijo a Yuri que se vistieran rápido a lo que este obedeció sin más, mientras tanto la mujer bajó a la cocina a prepararles un ligero desayuno. En cuestión de minutos, ambos patinadores ya estaban abajo y guiándose por el olor del desayuno, Jean llevó a Yuri a la cocina. Conversaron amenamente con la mujer que sonreía tranquilamente ante Yuri, dándole más confianza al momento de hablar, logrando inconscientemente que el rubio se sienta en familia.

No fue hasta el momento en que el pelinegro se fijó la hora, faltaba poco más de 15 minutos para que su padre y sus hermanos se despertaran, y recordando el día anterior, para que Isabella llegara. Miró a su madre, ella entendió perfectamente a lo que su hijo se refería y con la excusa de llevar los trastes al lavabo, ambos se pusieron de pie mientras Yuri revisaba su celular que llevaba apagado desde el día anterior, notando la gran cantidad de llamadas de Mila en la noche y algunas recientes de hace 5 minutos, también habían mensajes que repetían el "¿Dónde estás?", "Vuelve rápido, ya no sé qué excusa darle a Lilia.", "¿Qué haces hasta estás horas?", "¿Estás vivo?".

Yuri solo reía hasta que Jean se acercó preguntándole el motivo y él le mostró los mensajes acumulados que tenía de su compañera. Jean pensó y le dijo que sería buena idea de que le diera la dirección para que sepa que no estaba tan lejos, Yuri asintió y escribió lo que el pelinegro le dictaba, enviándoselo a la rusa que al ver el mensaje buscó un taxi dándole la dirección al chofer.

Jean por su parte, mirada de reojo hacia las escaleras esperando que nadie bajase y meno que nadie cruzara la puerta principal, entonces al ver como su madre subía las escaleras, supo que el momento había llegado. Se sentó al lado de Yuri y tomó sus manos, suspiró esperando que no lo odiara tanto después de las dolorosas palabras que diría y a su vez también le dolían.

Esperando una vida por ti - JJYuri/Pliroy (One Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora