¿Donde viven las nubes?

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Nota: si eres demasiado sensible no leas esto, te lo advertí.¿?

Los pasos de aquel joven se escuchan en el eco de aquella colina. Sus jadeos también se escuchaban pero ni siquiera el mismo reconocía si era por el llanto o por el cansancio que estaba sintiendo en esos momentos. Estaba harto de la vida, de sus problemas, no merecía vivir, quería morir en esos momentos.

Había peleado con su padre y este había terminado de correrlo de la casa, no tenia a donde ir, siempre mantenía a todos alejados de él para evitar encariñarse con las personas, pues sabia que en cualquier momento se iba a quitar la vida, y no quería dejar un hueco en el ser de esas personas que no merecían llorar por el, ese era el dia. El dia que le pondría fin a su despreciable vida. Por eso iba corriendo hacia aquella colina, donde nadie podría detenerlo.

Llegó hasta la barda donde recargó sus manos y recuperaba la respiración. El sudor recorría su rostro y alzó la vista para notar las luces de la ciudad que estaban iluminando en ese momento la noche de Seoul, era una vista preciosa. La última vista que vería en esos días. En ese día.

Gritó con todas sus fuerzas para dejar salir la rabia, rabia que no podría detener mientras las lágrimas seguían recorriendo sus mejillas. Observó hacia abajo aquella calle solitaria que apenas y era alumbrada por una débil lámpara.

Se apoyó de sus manos mientras se subía al borde de la barda, su mirada estaba perdida en la vista de aquellas luces. Muchos estaban en ese momento riendo, estando con amigos y muchas cosas más. Mientras el, el iba a acabar con su vida esa noche, y no se iba a arrepentir para nada en ese momento. Así que bajo la mirada hacia la calle abajo suyo que le esperaba con los brazos abiertos para acabar con su vida, aspiro profundo y dio un paso hacia adelante mientras cerraba los ojos.

—Yo no haría eso si fuera tu.

Escuchó y saltó de inmediato hacia atrás, regresando a la seguridad del otro lado de la barda.

Guió su mirada hacia aquella persona que había aparecido de la nada. Era un chico de cabello negro que estaba recargado de la barda con sus brazos y con la vista fija en las luces enfrente suyo.

Se limpió las lágrimas para poder verle con mejor claridad. Era delgado, de cabello negro, tenia un perfil lindo, vestía unos pantalones de mezclilla que se amoldaban a sus piernas y llevaba consigo un suéter negro de capucha para esa noche fría.

El extraño giró su mirada hacia a el con una sonrisa tímida e irguiendose dejándole ver su estatura, era unos cm mas bajo que el.

—¿Que estas haciendo aquí?—Susurró limpiándose las lágrimas con la manga de su suéter y evitando la mirada que este le estaba dando.

—Yo siempre estoy aquí.

—Ah. .¿A esta hora?

El otro alzo su muñeca para ver la hora, pues si, exacto, eran las 2:50 A.M.

—Pues si  —susurró volviendo a recargar sus codos sobre la barda y disfrutando de la vista.— ¿Y tu que haces aquí? Deberías estar en casa.

—Tu deberías estar en casa.

Reprochó no queriendo tocar el tema y notando una pequeña sonrisa burlona por parte del otro que dejó caer su frente sobre sus brazos recargados en la barda.

Era hermoso, pero era demasiado extraño, nadie estaba afuera a esas horas.

—Dicen que a esta hora hay fantasmas. ¿No te da miedo?

¿Donde viven las nubes? { Kyusung }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora