Annabeth se encontraba paseando por el bosque del campamento mestizo en busca de un poco de paz cuando una chillona e irritante voz ligeramente familiar llamo su atención.
- Vaya, Vaya, pero si es Annabeth Chase, justo a quien estaba buscando.
Se trataba de Marilyn Anderson, una hija de Afrodita que había llegado recientemente al campamento.
Marilyn era pelirroja de piel blanca como la leche, llena de pecas con unos grandes ojos azul cielo, como todas las hijas de Afrodita era obviamente guapa, o eso decían todos; y Annabeth también lo hubiera creído de no ser por la cantidad exagerada de maquillaje y la ropa demasiado provocativa, la camiseta de campamento atada, dejando ver su vientre plano y unos shorts de mezclilla cortos, muy cortos.
-¿Qué quieres Marilyn?- dijo Annabeth rodando los ojos, a lo que la pelirroja sonrió hipócritamente.
- Oh nada fuera de lo normal solo una charla entre chicas- Annabeth sin creerle nada la apresuro a que hablara.
Esta vez fue el turno de Marilyn de rodar los ojos.
-Escucha Annabeth, aléjate de Percy- dijo la ojiazul acercándose peligrosamente a la rubia- Percy es mío, y se te le vuelves a acercar prometo que me encargare de hacerte la vida imposible.
Es decir, mírate- Marilyn miro de arriba abajo a Annabeth con desprecio para luego retomar su monologo- Percy merece algo mucho mejor que tú, alguien como yo, alguien que pase más tiempo con él y no encerrada en sus libros, no alguien sin gracia y con poco sentido de la moda.
Annabeth rio son gracia antes de apartarla de un empujón y contestar de forma poco amable:
-¿Tu? ¿Hacerme la vida imposible? Por favor, ¿sabes siquiera a lo que me enfrente? Estuve literalmente en el tártaro, Salí viva de ahí junto a Percy, me enfrentado a muchos más monstruos que tú, salve el olimpo dos veces y sin contar que me enfrente a los titanes y a Gea y ¿y crees que podrás amenazarme con una simples palabritas y uno que otro insulto lograras que me aleje de Percy? Oh no, aquí la única poca cosa eres tú, no llevas ni un mes en el campamento y ya te crees la dueña. Ni siquiera eres capitana, tu autoridad es tan poca como ti experiencia. La cosa es asi, si tú te acercas a Percy seré yo quien te haga la vida imposible, y créeme que tengo muchas más formas que tú.
Annabeth le dirigió una última mirada amenazadora a una perpleja Marilyn antes de salir furiosa del bosque.
Una vez en el pabellón del comedor se encontró Percy quien salió a su encuentro.
-¡Hey, Listilla!- dijo a modo de saludo, ante de que Annabeth pudiera saludar a su novio se percató de que Marilyn los observaba asi que rodeo el cuello del pelinegro con sus brazos y le dio un apasionado beso que el no tardo en responder.
Una vez que hubo terminado el beso, aun con los brazos alrededor de su cuello, le dirigió una última mirada a Marilyn.
-Ahora entiendo el porqué de ese beso- dijo Percy mirando también a una furiosa Marilyn.
- No me malinterpretes sesos de alga – dijo Annabeth- incluso antes de saber que estaba ahí me moría por darte ese beso.
Percy negó con una sonrisa y la volvió a besar.
No había amenaza que los separara.