CONTINUAR.

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  Seguir haciendo lo que ya se había empezado, ir hacia adelante.

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Dos meses pasaron desde la última vez que Mike y Chester hablaron. Chester se había tomado muy en serio el hecho de que no sentía ningún tipo de atracción hacia Mike y tan sólo intercambiaba palabras con él durante las tutorías de química y evitaba cualquier otro tipo de conversación que no sea acerca de la materia o de algo que se trate de vida o muerte. Rob estaba más que preocupado con respecto al comportamiento de Chester ya que creía que le estaba haciendo demasiado caso a su cabeza y estaba ignorando sus verdaderos sentimientos.

La negación ya había pasado a una nueva etapa donde se puso en juego el orgullo y la ignorancia. Rob había tratado de hablarle en reiteradas oportunidades, tratando de hacerle entender que lo estaba haciendo era estúpido y que simplemente admita que tiene sentimientos por Mike y fin de la situación, pero Chester siempre respondía con lo mismo "No hay nada que admitir". Hasta le había repetido una y otra vez "¿Qué sería de las relaciones si no nos arriesgamos?" pero Chester era inmune a cualquier tipo de comentario, simplemente los ignoraba o al menos eso pretendía.

A pesar de que él lo negara, Rob había notado un cambio importante en el estado de ánimo de Chester. Antes solía hacer chistes y buscar llamar la atención de él constantemente, hasta solía pensar durante todo el fin de semana formas nuevas de molestar a los profesores pero últimamente no hacía nada de eso.

Ahora casi nunca estaba en la casa por lo tanto nunca hacía sus tares y comenzaba a peligrar su estadía en el cuadro de honor. Lily Bennington, la madre de Chester, había llamado una noche a la casa de los Bourdon para saber dónde estaba su hijo y Rob constantemente lo cubría diciéndole que estaba ahí pero que estaba muy ocupado para atender ya que estaban estudiando para los exámenes. El problema era que Rob no sabía cuánto más podía cubrirlo ya que nunca sabía dónde estaba Chester, y temía que algún día pueda estar malherido en algún lugar y que nadie realmente se preocupe porque 'está en casa de Rob'.

Chester había pasado tanto tiempo fuera de su casa que ni siquiera se había enterado que su madre había comenzado a salir con un nuevo hombre. A pesar de que no era nada nuevo para Chester aun así era importante para él saber ese tipo de cosas. Con frecuencia su madre se 'enamoraba' de un nuevo hombre y luego de algunas palabras dulces terminaban ambos mudándose a su casa para luego regresar a la de ellos porque la relación no tenía resultado.

A muy a pesar de su madre, las últimas veces habían aprendido que no era buena idea vender su casa antes de moverse a la de alguna conquista de ella ya que no solían durar más de un mes. Luego de dos veces tropezando con la misma piedra, conservaba la casa y tan sólo cortaba los servicios de agua, luz, teléfono, cable y gas pero quedándose con el terreno y la vivienda.

Antes Chester solía reclamar conocer a los hombres, saber cuáles eran las intenciones con su madre, que clase de trabajo tenían, su pasado, entre otras cosas. Pero la última vez ya había sido distinta, es más, lo había conocido luego de llevar una semana viviendo en su nueva casa. Obviamente que a su madre no le causaba ninguna gracia, pero menos le causaba tener que lidiar con su hijo adolescente.

"Hola, Chessy" dijo Rob sentándose al lado de Chester en la primera clase del día. "Hola, Bourdie" dijo él sin dejar de rayar el cuaderno que tenía en su pupitre. "¿Qué estás haciendo?" preguntó Rob mirando la hoja de Chester. Él se encogió de hombros, "Garabatos" contestó. Rob suspiró, a pesar de que Chester le estaba dando respuestas, no eran las mismas que solía dar antes. "¿Estás bien?" preguntó. Obviamente que Chester lo único que hizo fue asentir con la cabeza antes de dirigir la mirada hacia adelante justo en el momento en que Mike entró al aula.

LA EXCEPCIÓN A LA REGLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora