Aquella mujer moría lentamente, su mirada cambió, y su bella sonrisa se convirtieron en eternas lágrimas, cada una bajaba de su lagrimal, rozando su mejilla y cayendo en la tela fría de su pantalón. Aquella mujer era opaca y sin gracia, vestida de colores oscuros para no llamar la atención, su sociabilidad quedó minimizada pues la soledad eterna la complementa. Aquella mujer era fría con las demás personas aunque sentimental en sus pasiones, extraviada en el inframundo de sus vagos deseos, anhelaba el futuro pero no quería vivir más en un presente oscuro. Aquella mujer ya no reía como antes, ya no saludaba alegremente a los desconocidos, está ya se había ido. Aquella mujer sola en una cama, en su refugio de un cuarto sombrío la complacía, le hacía sentir segura. Podrías juzgarla todo lo que quieras, entristece por ella. Podrás no entenderla, pero me temo que su luz ha desvanecido y su ser se ha perdido.
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Relatos en silencio
Short StoryMas allá de los cuentos, las novelas e historias sin fin creadas por la imaginación, se encuentran los breves relatos acerca del amor, la depresión, el odio y un sin fin de emociones que vivimos cada día. Te identificarás y te sorprenderás con cada...
