Mientras llegabamos al aeropuerto miré através del cristal tratando de imaginar mi vida en Madrid, pero no era capaz. Siempre mantenía la idea de que no llegaría a mudarme, pero por suerte para mi, allí también tenía a amigos que conocía de años atrás, cuando pasaba las vacaciones allí. Lucía mi prima que tenía mi misma edad y su pandilla de Madrid, también hice amigos por mi propia cuenta, a los que veía una vez al año, durante el mes de Julio.
El aeropuerto nos esperaba con las puertas abiertas. No me fijé en su aspecto porque iba distraída con mis pensamientos. Cuando pasé por el detector de metales fui realemente consciente de que Niall se encontraba en una parte de mi ser, allí, escondido en un lugar libre de olvido. Realmente me limitaba a intentar olvidar todo lo que tuviera que ver con él, pero cada vez que echaban un programa salía alguien que se llamaba Niall e incluso en One Direction hay un chico que se llamaba así. Realmente ese nombre me atormentaba internamente.
- Rachel, despierta.- me dijo mi hermano apoyando sus manos en mis hombros.
-Si si... no te preocupes.- dije mientras me colocaba un mechon de pelo detrás de la oreja.
El viaje en avión estuvo bien y no se me hizo tan pesado como otras veces ya que entre los pasajeros había uno de un año más que yo sentado en la parte delantera, a unas 2 filas de donde me encontraba yo, pero como si le estuviera gritando <<Hey, que te estoy analizando con la mirada>> se giró y sus ojos profundizaron en los míos, dejandome paralizada e inmóvil duante lo que pareció un par de horas y tan solo fueron segundos hasta que tomé mi consciencia y regresé a la realidad que me envolvía.
Mi hermano seguía dormido, al igual que mis padres cuando el avión comenzó a descender y me ví obligada a zarandearles para que se despertaran.
- Rachel ¿Ya hemos llegado?.-preguntó Noah, mi hermano.
-Noah, déjate de tonterías y levanta ese trasero del asiento.
Extrañamente, me obedeció e inmediatamente se puso en pié, pero su rostro estaba tenso y pálido, miando a una dirección que seguí inmediatamente. A lo lejos, se encontraba el chico mono en el que me había fijado. Éste se percató de la mirada de Noah y salió de aquel avión corriendo, practicamente.
-¿Vámos?.- volvió a preguntar mientras su rostro ya se había relajado un poco. No encontré explicación lógica, por lo que me deje llevar por el pensamiento de que se había confundido con alguien aparentemente conociodo.
El trayecto hasta la casa de mi tía era de unos 20 minutos en coche, no me detuve a pensar ni siquiera es qué me esperaba en casa de mi tía. Cuando las puertas se abrieron, mi primo (del cual no me acordaba) nos recibió dandonos un beso a cada uno, dejandome a mi para el final. Sus ojos azules hielo paracían tan fríos como este y su tono era tosco e engreido, supe en ese mismo instante que no nos llevaríamos demasiado bien.
La tarde trancurrió con plena normalidad y sin enfado alguno para mi suerte, cuando me enseñaron el cuarto en el que dormiría me quedé helada y completamente paralizada. Unos posters de paisajes decoraban las paredes ligeramente pintadas con un azul cielo bastante bonito, todo lo demás estaba cuidadosamente ordenado y en su sitio, en sí, era hermoso pero no era mi casa. Cuando hube ordenado todo me tumbé para revisar mis redes sociales. Llegaba a las 50K en Twitter y tenía muchos MD's por contestar, pero me puse a ello, respondiendo a todos y cada uno.
A eso de las 21:30 de la noche...
Bajé a cenar y me tocó sentarme con Jonh ( así se llama el primo engreido) y la verdad es que derrepente empezó a mirarme como si quisiera iniciar conversación pero no supiera cómo, decidí empezar yo.
- Te llamas Jonh ¿no?
-Si, y tú Rachel ¿cierto?
Asentí con la cabeza. Por un momento pensé que nuestra conversación acababa, pero para mi sorpresa, habló.
- Hace mucho que no te veo, apenas tenías 5 añitos y eras una reblede.
- Yo nisiquiera me acordaba de ti, la verdad.
Se levantó al instante y desapareció, me quedé consternada, pero los demás seguian comiendo, como si nisiquera fueran conscientes de que se hubiera marchado.
Me acosté a eso de las 11 porque quería madrugar para el primer día en el insti, pensando y pensando me quedé durmiendo.
Cuando desperté me vestí a todo gas y desayune poco, pues los nervios me impedian tomar algo más que un par de tragos de leche. Mi hermano me llevó a clases junto a mi primo y al llegar nos dispersamos cada uno por su camino. Me centré en mirar las listas de clases y ví que iba a 4º A y me dispuse a encontrar mi clase. Entre pasillos y escaleras y después de diez minutos buscando, encontré mi clase. Entré y todos me observaron de arriba a abajo, me sonrojé.
-Señorita, ¿Eres nueva? - preguntó la profesora.
-Si...-dije en apenas un susurro.
-Bien, presentate.
Me quedé parada tratando de controlas mis vervios, pero me era casi imposible teniendo muchos ojos fijos en mi, pero especialmente unos ojos negros que me observaban con delicadeza y calandome, haciendo que me girara en su dirección. Reconocí al chico, pero me mantuve en mi lugar.
-Me llamo Rachel, tengo 16 años y antes vivía en Canadá.
-Muy bien, Rachel, sientate junto a Jude, el chico del fondo.
Mientras caminaba en dirección al pupitre asignado el sueño que tuve de un ángel me inundó, definitivamente, el chico que se sentaba a mi lado era él. Me senté tratando de no hacer ruido y me dirigí a él, no me dió vergüenza decirle nada.
-Hola Jude.
Se giró, sorprendido de que le hablase.
-Hola hermoso ángel.
-¿Me estás vacilando?
-Al parecer no entiendes la diferencia de vacilarte y de ligar.
-No estás...
-Shhh, callate o me veré obligado a callarte yo mismo.
--------
Hola, perdonen que tardara tanto en editar, pero es que no he tenido tiempo, prometo subir más, os quiero. Comenten para saber como voy y tal :$
ESTÁS LEYENDO
Dark paradise.
Romansa''Como el fuego sumiendose en una efímera destrucción, como un corazón lleno de cortes y esquinas dobladas. Preguntas qué es el amor, el que me deja con estas alas llenas de problemas, cargadas de carbón e inaccesibles para volar. Déjame volar y...