WARNING: quería escribir algo fuerte y medio dudé un rato cuando busqué cosas en Google y me alteré D: pero luego me valió verga y seguí escribiendo
luego todo se tornó re turbio y me espanté de mí mismo
pero como el fandom está re jodido dije ñeh seguro les vale verga
es muy fuerte, shikos
como, en serio
no lo leais
también es raro
id a la iglesia
***
Los calcetines negros de Tyler cuelgan de sus pantorillas, arrugados, y él los restriega contra el suelo, nervioso. Tiene sus razones para estar nervioso, vaya que sí.
"Vamos, Tyler, puedes hacerlo." se sigue repitiendo, frotando las medias contra el suelo de madera en lo que camina hacia arriba y hacia abajo, dándose fuerzas para hacer algo para lo que no se siente preparado.
Las cosas han tomado un ritmo llano de una manera insólita después de lo que sucedió meses antes, y sea extraño o no, Tyler lo agradece. No han vuelto a hablar de ello después de la mañana donde él mismo, sin saber si Josh había captado la sugerencia o no, había insinuado que las experiencias así podían repetirse sin problemas, y que sus ánimos siempre estarían listos para ello. Josh se limitó a asentir como quien acata a una petición a largo plazo, y después de sonreír recatadamente, se deslizó dentro del baño y no se volvieron a cruzar hasta bien entrada la tarde. Después de ello, se privaron de tocar el tema, y Tyler no sabe cómo sacarlo a flote sin ser demasiado obvio sobre sus deseos.
Ellos nunca han sido rudos durante el sexo. Desde la primera vez de Tyler, Josh se encargó de hacer todo muy dulce e íntimo, donde sea que decidan hacerlo, siempre con besos en el cuello y caricias secretas en las caderas de Tyler, dedos posesivos y susurros cuidadosos. Se dejan llevar, porque es divertido y fresco para ellos, como todo lo que hacen juntos, como todo lo que comparten. Hay veces donde se dejan llevar demasiado, y Josh deja marcas rojas en la piel de Tyler que después besa murmurando varios "lo siento" donde Tyler le dice que no se preocupe; y donde Tyler muerde muy fuerte a Josh en áreas sensibles; donde tiran demasiado fuerte del cabello del otro. Es la pizca de condimento que le falta a toda relación, que ambos saben usar recatadamente y que, hace unas semanas, quizás usaron en demasía.
No discutieron. No es común para ellos hacerlo, a pesar de lo muy seguido que Tyler se altera y grita cualquier barbaridad que le pase por la cabeza, porque Josh siempre está ahí para detenerlo de explotar y aguantar su griterío, y esta es probablemente la razón por la que funcionan bien; pero esta vez fue Josh quien perdió los estribos. Josh, que nunca discute sino conversa y busca soluciones; Josh, que ama los gatitos esponjosos y ama a Tyler; Josh, que dejó su vida de soltero loco cuando encontró a Tyler y se volvió lo más tranquilo que había sido nunca; Josh, que tiene amigos por todos lados porque no le gusta pelear con nadie. ¿Qué fue lo que que provocó que estallara? Bien, en el antecedente, el chico había tenido clientes muy fastidiosos y egocéntricos aquellos últimos días y él y Tyler se vieron por muy poco tiempo, por lo que se hallaba muy amargado, muy amargado cuando no contestó el saludo del portero del edificio, muy amargado cuando no se detuvo a acariciar al perrito de un residente, muy amargado cuando entró a su departamento y encontró a la vecina del segundo piso demasiado cerca de su pequeño e indefenso Tyler, quien lavaba los platos con una sonrisita en los labios. La situación era casual, y la dichosa vecina estaba ahí para recoger a su hija Emily, de quien Tyler se había hecho cargo durante toda la tarde; pero Josh no lo sabía y tampoco le importó, y despachó a las dos chicas de la casa antes de que Tyler pudiera presentarlos. Ese día, Josh tiró de la manga del suéter de Tyler, casi arrastrándolo dentro de su habitación, y sepa Dios lo que sucedió ahí, pero Tyler tuvo que llamar a su trabajo y avisar que no iría al día siguiente porque no podía pararse de la cama.