El trío pasó horas y horas pensando un plan para poder escapar. Los niños poco podían aportar debido al escaso conocimiento que tenían del lugar y sus instalaciones. ERKS estaba "minada" de guardias que vigilaban cada rincón del territorio. Los niños y el arqueólogo debían ser muy minuciosos con cada uno de sus movimientos. Aún así, era muy difícil escapar... pero no imposible.
De repente, a Alejandro se le ocurrió una brillante pero muy arriesgada idea: mientras los jóvenes seguían escondidos, él avisaría a todos los centinelas que los prisioneros terrestres recientemente capturados habían escapado. Informaría hacia qué lado lo habían hecho y los niños escaparían por el sitio contrario. Más tarde se encontrarían con el portal de salida y escaparían sin problemas. Era un plan perfecto que no podía fallar. Entonces decidieron llevarlo a cabo enseguida.
-Chicos: prepárense para correr- dijo Alejandro -¿saben cuál es el camino?-
-Mmm... La verdad es que con tantos nervios, ya nos olvidamos...- contestó Pablo.
-Bien. Entonces paso a explicarles de nuevo: desde este lugar, bajen por esa escalera, sigan el camino hasta una bifurcación. Ahí toman el camino izquierdo y en cuanto se choquen con la vía, si miran hacia la derecha verán un portal luminoso con dos enormes columnas y el nombre de la ciudad sobre las mismas que está escrito al derecho y en forma espejada.-
-¿Entonces pasamos por ahí?- interrogó Nicolás.
-No- respondió Alejandro –Suban por la escalera que está atrás, que los conduce a la cima del cerro Uritorco.-
-Ah... ¿Y el portal para qué está, entonces?- Preguntó Pablo, extrañado.
-Para distraer a los "visitantes". Ese portal los conduce a las jaulas de las cuales se escaparon ustedes.- Indicó el arqueólogo.
-¿Vos estás preparado, Pablo?- Preguntó Nicolás.
-¿Vos, Nico?-
-Sí.-
-Entonces, yo también.-
-Muy bien- dijo Alejandro. –Esperen a que les de la señal para poder escapar. No salgan hasta que yo les diga.-
Los niños se quedaron ocultos en ese lugar mientras que el erksiano comenzaba con el plan. Éste se dirigió hacia su jaula, entró (porque debido a su tamaño podía entrar y salir sin problemas), despertó al guarda e informó lo acordado. El centinela avisó, inmediatamente, a todos los celadores del lugar y comenzaron a hacer una búsqueda intensiva. Alejandro cerró los ojos, colocó sus manos sobre su cabeza y, telepáticamente, formó en el suelo donde estaban escondidos los jóvenes la palabra "AHORA". Éstos bajaron por la escalera, siguieron el camino, corriendo, hasta la bifurcación y fue allí donde se les complicó todo: no se acordaban qué camino debían tomar.
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Aventura en vacaciones
AdventureDos niños de trece años (Nicolás Dubini y Pablo) van de vacaciones de invierno a Capilla del Monte (Córdoba) atraídos por una leyenda mística y milenaria, en busca de la ciudad intraterrena de ERKS, habitada por seres extraterrestres. Nunca imaginar...