CAPITULO 3

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El viaje en el carruaje fue demasiado movido, daba más la sensación de estar sobre un juego mecánico que en un carruaje, no se cuanto tiempo habíamos estado sentados, pero mi trasero comenzaba a entumirse, pero debo reconocer que el paisaje que se abría ante nosotros era hermoso, el cielo había adoptado diversos tonos rojos y naranjas, a pesar de la tranquilidad que me transmitía el bosque no podía dejar de pensar en todo esto.

No podía comprender la razón por la que estaba aquí, no sabía cómo había llegado hasta este lugar, ni siquiera sabía cómo era mi propio rostro, comprendía perfectamente que había algo extraño en todo este asunto, entonces recordé la imagen fugaz que tuve de una mujer con una túnica roja, la inmensa cantidad de dinero en aquella maleta, no comprendía que relación podían tener, por más que luchaba por recordar algo parecía que alguien hubiese borrado mi pasado.

-Te llamas Cara ¿Verdad?-pregunto Orlando.

-Sí, tú te llamas Orlando y tú-dijo señalándome-. Te llamas Will.

-¿Cómo te aprendiste nuestros nombres?

-No los aprendí, aun tienen puestos sus letreros.

Baje la mirada y vi mi papel pegado a mi pecho, al instante los dos nos lo quitamos, Cara tenía una personalidad... extraña, había algo en ella que me interesaba, y no es que fuera su físico sino su forma de hablar... no sé, es extraño incluso para mí.

-¿Te encuentras bien?-me pregunto Orlando-. Estas un poco pálido.

-Sí, es solo que... esto es algo... nuevo para mí.

-Lo es para todos-señalo Cara-. Pero no es tan malo como suena, sobrevivirás.

-¿De dónde eres?-pregunto Orlando dirigiéndose a Cara.

-De Forks ¿Lo conoces?-respondió ella.

-Claro... hace mucho calor por allá-Cara sonrió.

-Es en su mayoría bosque y, generalmente, permanece nublado, así que no hace mucho calor.

Quise reírme de la absurda técnica de Orlando al tratar de seducir a Cara, pero baje la mirada, poco a poco me iba familiarizando y acostumbrando a la compañía de ellos, como quiera que sea debía seguir fingiendo.

-Qué lindo collar-Cara roso la piedra y aparto la mano rápidamente, recordé la descarga que me había dado a mí al tocarla en las escaleras de camino al auditorio.

-Gracias-fingí que no pasaba nada raro.

-¿Qué tipo de piedra es...? ¡Oh no!-su bronceada piel pareció palidecer un poco, sus ojos se abrieron como platos y estudiaron mi rostro.

Comencé a ponerme nervioso, las palmas de mis manos se pusieron sudorosas, por alguna razón presentía que ella sabía algo de esta piedra que, tal vez, podría estar relacionado con mi pérdida de memoria, pero contuve el impulso de preguntar.

Sentí la pesada mirada de Cara sobre mí, sin embargo yo fingí que no me daba cuenta, quería saber lo que ella estaba pensando pero sería arriesgado preguntar, Cara abrió la boca pero la volvió a cerrar, ella sabía algo, eso estaba claro.

De pronto el carruaje se detuvo en seco y casi me caigo del asiento, el hombre que nos había traído abrió la puerta y nos invito a bajar, la primera en salir fue Cara que seguía observándome de manera misteriosa, después salió Orlando, solté un suspiro y al final baje también.

Tome mi equipaje y admire el lugar, no había ninguna casa por ninguna parte, solo arboles que parecían gigantes durmiendo, no sé si eran mis nervios pero me daba la sensación de que este bosque tenía algo... místico, el ambiente no era normal.

-Hemos llegado-dijo el hombre.

-¿Cómo? ¿Dónde está la casa?-pregunto Cara.

-Tristemente solo se me permite llegar hasta aquí, ustedes deben seguir solos.

-Genial-susurro Orlando.

-Deben seguir aquel camino, su casa de encuentra casi en la cima de la montaña, dense prisa, está oscureciendo.

Sin más, el hombre tomo su lugar en el carruaje y el caballo se fue perdiendo entre los arbustos, esto debía ser una mala broma, efectivamente había un caminito que subía y se perdía entre los árboles.

Cara soltó un suspiro, tomo sus maletas con mucha dificultad y comenzó a subir, ni siquiera había dado diez pasos cuando una de sus maletas se cayó, trato de levantarla y otra se le zafó, soltó una maldición.

-Deja te ayudo-me ofrecí.

-Gracias Will pero no es necesario.

-Casi no tengo nada que cargar, deja que te ayude-Cara me observo y me sonrió.

-Vale, gracias.

Comenzamos a subir con dificultad, la tierra era un poco resbalosa en algunas zonas, además era muy arriesgado confiarse de las rocas porque se zafaban con mucha facilidad, cada paso que daba era más complicado que el anterior, Cara iba al principio de la fila, después seguía Orlando y al último yo, y no es que me molestara ser el ultimo ya que así podía tomarme mi tiempo.

En determinado punto me pareció escuchar que alguien susurraba mi nombre, me detuve en seco y admire a mí alrededor, pero no había nadie a mi lado, seguí andando pero me sentía incomodo, tenía la sensación de que alguien me estaba observando desde los arbustos, el sol estaba por desaparecer así que no se podía ver bien.

De pronto escuche de nuevo mi nombre, me gire rápidamente y vi una sombra borrosa alejarse con rapidez, sin darme tiempo de pensar lo que hacía, comencé a seguirla, pero era difícil, su contorno no estaba bien definido y en las sombras que ofician los arboles se perdía, pero vi que la sombra se oculto detrás de un árbol, con mucha calma fui acercándome cuando sentí una mano en mi hombro que me asusto.

-Hey-era Orlando-. Es por acá, ya casi llegamos, ya vi la casa.

-De acuerdo-dije un poco agitado.

Seguí a Orlando pero esa sensación de ser observado me persiguió, estaba casi seguro de que había algo ahí escondido, algo o alguien que sabía quien era, después de seguir caminando divise la enorme mansión porque claramente no era una casa como la que yo esperaba ver.

La mansión parecía una hermosa e imponente obra de arte, con tallados y terminados elegantes que daba la sensación de ser muy antigua, había unas luces encendidas y cuando llegamos hasta la casa vi que la líder estaba de pie y otros chicos le acompañaban, ¿Cómo es que había llegado tan rápido? Según yo ella había salido después de nosotros así que no pudo llegar primero.

-Lo han conseguido-dijo con voz serena-. Bienvenidos sean a su nuevo hogar, bienvenidos a "Shades". 


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