CAPITULO 4

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La mansión era mucho más intimidante desde adentro, las paredes eran muy altas y todas estaban tapizadas con un papel de diseños antiguos, había candelabros por doquier que le ofrecían un toque más elegante y rustico al lugar, el suelo de madera crujía ante nuestro peso, me sentía extraño al estar en este lugar, era como si de pronto irrumpiera en la paz que ya había sido establecida por otros habitantes.

Había tres o cuatro pisos, desde donde estaba podía ver las puertas de algunas habitaciones, el barandal era de madera pura, este lugar estaba distribuido de manera muy interesante, Cara y Orlando estaban igual de impresionados que yo.

-Chicos-dijo la líder-. Quiero presentarles a los anteriores miembros.

Un grupo de cuatro chicos se acerco con lentitud, había dos hombres y dos mujeres,  no eran mucho mayores que nosotros, tal vez tendrían unos veinte o un poco mas de edad, sus expresiones eran serias.

-El es Abel-dijo señalando a un chico alto de cabello rubio-. Es como mi mano derecha, este otro chico se llama Aki, puede parecer un poco reservado pero es muy inteligente.

Aki movió su cabeza como saludando, su piel era bronceada, era mucho más pequeño que Abel pero tenía los brazos más fuertes, no sabría decir si estaba feliz o enojado, su expresión no denotaba sensación alguna.

-Por este lado esta Caly, ella es la encargada de...-la líder estudio con detenimiento las palabras que iba a pronunciar-. Mantener segura la casa, no es un trabajo fácil pero ella lo hace muy bien, por ultimo pero no por ello menos importante esta Edna, ella es bastante peculiar y definitivamente es esencial para esta casa por diversas razones. 

Se hizo un ligero silencio que solo se rompía con el crujir de la madera, después de la presentación nuestra líder nos dirigió al comedor que era una sala inmensamente amplia con una mesa alargada en el centro, las sillas eran muy elegantes, al fondo de la estancia, justo detrás del asiento de la líder había una chimenea que estaba encendida.

-Antes de ir a dormir, es primordial alimentarse bien, por ser una ocasión especial, podrán comer todo lo que deseen-la líder hizo sonar una campanilla y al instante aparecieron varios meseros con charolas repletas de comida.

Mi estomago rugió con fuerza, no me había percatado de lo hambriento y sediento que me encontraba hasta entonces, cada quien comenzó a servirse diversas porciones de comida, al principio el grupo de los habitantes reían y hablaban entre ellos, dejándonos excluidos pero la líder los regaño, así que después nos vimos envueltos en conversaciones con ellos.

Lo cierto es que resultaron ser chicos bastante agradables, Abel hacia muchas bromas mientras que Aki se limitaba a comer en silencio, Carly y Edna no paraban de hablar sobre nuestras habitaciones y sobre lo suertudos que éramos al ser elegidos para esta casa.

De pronto la puerta principal se abrió de golpe y todos nos callamos, afuera estaba completamente obscuro, como boca de lobo, ¿A caso la sombra que vi en el bosque me habría seguido? Un escalofrió me recorrió al imaginarlo.

-¿Quién está ahí?-dijo la líder con voz clara y fuerte.

-Esa no es la bienvenida que me esperaba, Elina.

¿Elina? ¡Oh ya! Ese era el nombre de la líder, pero curiosamente nadie la llamaba así, todos se referían a ella como "líder", entonces apareció una mujer con un cabello lacio que le llegaba hasta los hombros, su piel era blanca y radiante, cualquiera hubiera dicho que era el mismísimo reflejo de la líder.

-Vaya madre, no esperaba verte por aquí-dijo calculadoramente.

-Seguro que no-dijo cerrando con fuerza la puerta de entrada.

-Me tendrán que disculpar pero debo... arreglar unos asuntos.

La líder salió del comedor con rapidez y se perdió junto a su madre,  la mujer era muy joven, ¿Qué edad tendría? No importaba, por la expresión que hizo la líder, concluí con que ellas no se llevaban del todo bien.

A pesar de la ausencia de la autoridad todos continuaron en sus asientos hablando y riendo, el ambiente era tan relajado que llegue a pensar que no era tan importante saber quién era, al fin de cuentas nadie sabía nada sobre mi vida, así que podría inventar algo para salir del apuro.

La comida había estado sencillamente deliciosa, me sentía a reventar, no podría ingerir nada mas sin explotar, al parecer no era el único que se sentía igual, todos teníamos una cara de satisfacción inmensa, después de varios minutos la líder volvió a hacer acto de presencia.

-Chicos es la hora de dormir, mañana les explicare las normas que hay, de momento les daré la más importante, después de que se cierran las puertas nadie puede salir, la luz se va completamente así que en sus cajones hay varias velas y serillos, queda prohibido dormir con otro compañero, si me llego a topar con alguien vagando por los pasillos a altas horas de la noche me veré obligada a sancionarle.

-¿Y si ocupo ir al baño?-pregunto Orlando, Cara sonrió y Abel trato de controlar su risa.

-En cada habitación hay un baño, así que no habrá necesidad de salir, no importa que escuchen ruidos o cosas por el estilo, no se puede salir ¿Quedo claro?

¿Ruidos? ¿Se refería a que ella pasara haciendo ruido? ¿O se refería a algo más... fantasmal? Como quiera que sea la idea de pasar una noche aquí me dio escalofríos, sin embargo los tres aceptamos las reglas y nos encaminaron a nuestras habitaciones para así pasar nuestra primera noche en la mansión. 

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