Ten solía ser confiado con todas aquellas personas que lo rodeaban sin importar si sólo habían pasado segundos de conocerlo, por lo que usualmente terminaba con moretones en el cuerpo, cortes e inclusive algunas veces en el hospital. Era tan buena persona que prefería que lo golpearan a él con tan sólo saber que sus amigos estaban bien.
Él no media consecuencias, no importaba si había tenido que pasar semanas en el hospital en terapia intensiva por lesiones de alto grado, si había sido robado, si estuvieron a punto de secuestrarlo y asesinarlo, porque Ten había prometido ser siempre bueno y ver por los demás para que no se repitiera lo que había pasado hace años.
Aún puede recordar todas esas tardes en terapias con los psicólogos del centro de Seúl tratando de hacer que olvidará todo lo que había pasado ese día, pero al no lograrlo, dieron por perdido el tratamiento, Ten jamás olvidaría ese suceso que marco su vida.
Conforme crecía iba poniendo en práctica su promesa cumpliendola al pie de la letra, marcando la vida de todos los que entraron en la historia de Ten, para así, marcar su vida de igual forma. Él hubiera tenido una buena vida, con una economía estable, una familia que le apoyará en todo, amigos con los cuales compartir experiencias únicas como la universidad, la primera cita, el primer beso, e inclusive, su primer amor, pero había sido todo lo contrario, pues Ten se había convertido en un pañuelo desechable, que todos utilizaban y votaban cuando no lo necesitaban más.
Ten había sufrido una infinidad de desastres a lo largo de su vida, ese incidente desencadenó una larga lista de muchos otros problemas; enfermedades, operaciones, corazones rotos, líos amorosos, violaciones, intentos de asesinato y suicidios que lograron ser prevenidos en su mayoría, aunque un daño severo había sido grabado en el cuerpo y en la mente de él.
Había decidido que marcaría todos y cada uno de los espacios que había en su cuerpo con tinta que nunca pudiera irse, por lo que comenzó a planificar todos y cada uno de los tatuajes que se realizaría, comenzando por el que desencadenó los sucesos; 1/2/7. Ese año en particular fue el peor de todos, siendo marcado más de una vez por una infinidad de manos que tocaron el cuerpo de Ten como si de una pared se tratase. En su momento había pensado que eso estaba bien, porque él era consciente de lo que sucedía, él había otorgado su permiso para que aquellas personas pudieran hacer con él lo que les complaciera, pues Ten tenía que cumplir una promesa y las promesas no se rompen.
Por eso mismo, en ese momento Ten de debatía en si debía seguir o no al chico frente a él, quien le sonreía tan perfectamente que no se pudo negar, adentrándose en una zona que sería perfecta para que alguien muriera, cosa que no ocurrió.
"Escuche por ahí que eres bueno en la mecánica y necesito de tu ayuda con un asunto de mi automóvil, ¿Crees que podrías ayudarme con ello?"
Decir que Ten no estaba sorprendido era una mentira, porque aquellas palabras le sorprendieron, él esperaba que lo golpearan hasta cansarse, para después levantarse e irse a su casa, donde posiblemente en el camino también le golpearian por quitarle lo poco que le quedaba. Pero no.
"¿Qué necesitas que haga?"
Él chico frente a él sonríe de forma escalofriante, ya no siente la confianza que en algún momento tuvo.
"Necesito que remuevan algunos cables para que el auto pueda sufrir un accidente sin que parezca sabotaje, ¿Puedes hacerlo?"
Ten lo piensa unos segundos, si llegan a descubrir que el accidente del que esta hablando el chico no fue un accidente, entonces él estaría más que perdido, pero si no lo descubren, ambos estarían felices.
"Si, puedo hacerlo, sólo necesito que nadie sepa de los arreglos que hare al auto y todo estará bien."
El chico frente a él ríe, causándole escalofríos en todo el cuerpo. El no debe confiar, pero no debe romper su promesa.
"Cuando el resultado que desee sea cumplido, te pagare, ya se en donde encontrarte."
Y se va, dejando a Ten con una confusión terrible, ¿Cómo sabía donde encontrarlo? ¿Como había descubierto aquello? Se asusta, pero decide confiar y cumplir su promesa. No puede romperla.
Sale del lugar alejándose de la sensación de intranquilidad, caminando hasta el centro comercial más cercano con un destino en particular, piensa un millón de veces que es lo que quiere plasmar y se decide por algo en particular; 01-02-07, fecha que marco el inicio de todo esto.
Busca con ansias el lugar exacto, donde muchas veces había visto una sonrisa hermosa despedir a las personas. El tiempo avanza y no es capaz de encontrarlo, por lo que decide como último recurso caminar por ahí y ver que encuentra, observando con tranquilidad las tiendas y el contenido de estas.
Ríe con desgana al encontrar una tienda similar a la que busca y sin esperanza alguna entra, encontrándose con el chico que había estado buscando; lo observa de forma lenta, tatuajes en ambos brazos, una sonrisa carismática y muerta, unos ojos sin brillo y ropa de colores oscuros. Se siente intimidado cuando el contrario lo observa y le sonríe, alentandolo a que entre por completo a la tienda y se acerque al mostrador.
"¿Qué deseas?"
Sin rechistar, el chico saca un libro blanco sin portada, abriendolo y mostrándole una cantidad de tatuajes indescriptible; rosas, cruces, aves y una infinidad de dibujos que no logra interpretar.
"Una fecha, sólo... eso."
El chico frente a él no borra la sonrisa de su rostro, asintiendo a la petición y caminando a un cuarto blanco, donde posteriormente Ten entra y le comenta la fecha que desea y como la desea. En ese momento Ten siente como la atmósfera dentro de la habitación cambia de una cálida a una sombría, la sonrisa del chico se borra mientras dibuja sobre una hoja. Le duele, porque esa sonrisa anteriormente era para él, pero ahora no esta y no comprende porqué.
Ten siente escalofríos cuando la mirada triste del chico se posa sobre él, indicándole que tome asiento para comenzar con el tatuaje. La frialdad con la que él chico mira el abdomen de Ten le causa dolor, porque no es la mirada triste que acostumbra ver; es más como un pequeño infinito que pide a gritos comprensión y apoyo, un lugar donde refugiarse para llorar, y Ten quiere convertirse en ese lugar, brindarle el amor del que carece.
"¿Qué hay de especial en esta fecha?"
Sin rodeos, tan pronto como la aguja toca su piel, el chico a su costado abre la boca, comenzando una conversación un tanto muerta.
"Un suceso que marco mi vida ocurrió en esa fecha, por lo que decidí hacer este tatuaje, recordando la promesa que marque."
El chico asiente, sin abrir de nuevo su boca, trabajando lentamente sobre su piel, cuidando que cada detalle del diseño sea cumplido.
"Soy Taeyong, disculpa si te incómodo mi pregunta pero esa es la misma fecha en que mi madre murió."
La mirada de Ten se descompone y las lágrimas comienzan a brotar una tras otra, siente como el aire se escapa de sus pulmones y no es capaz de encontrar más para mantenerse al margen. Era él. Lo había encontrado después de tanto.
Taeyong no sabe que hacer, el chico frente a él esta teniendo una crisis aunque la aguja ya no estuviera cerca de su piel hace un rato. El cuerpo del chico se sacude, trayendo consigo lágrimas, falta de aire y temor por parte de Taeyong, ¿Qué le pasaba al chico? No demoró mucho en llamar al 911 de forma desesperada mientras gritaba que necesitaba una ambulancia de forma urgente, pues un amigo estaba teniendo un ataque. No tardaron mucho en llegar, por lo que cuando tomaron el cuerpo de Ten y lo subieron a la camilla, Taeyong no pudo evitar sentir como algo dentro de él se rompía.
🎨
Nota; Como ya saben, escribo para confundir a las personas y estoy segura de que algunas cosas que sucedieron aquí si las comprendieron, pero conforme avance esto, irán entendiendo un poco menos.
Espero que les haya gustado esta parte👀 Se viene lo bueno de todo esto.
ESTÁS LEYENDO
tatuajes al alma ❀ taeten | tentae
Fanfictiontaeyong tiene los recuerdos impregnados hasta el alma. [Necesario leer la primera parte para comprender la mención de ciertas cosas en esta parte.]