Cuatro

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– Vamos Michael se que ayer no fue un buen día para grabar el clima no ayudo mucho y tu temperamento... Bueno, sé que fue el clima.

– El clima era perfecto Quin – reí – Se lo detestable que puedo ser cuando las cosas no salen como las planeó, pero te aseguro que hoy si quedara, es un buen día.

– Así que hoy estamos optimistas, esa es buena señal – se recargó en la silla poniendo los brazos detrás de su cabeza, quiso disimularlo pero se estaba burlando.

– No tienes ni idea.

– No perdamos más tiempo a escena por favor.

No era una novedad que me juzgarán por mis cambios de ánimo, a veces las personas se obsesionan más con mis manías que yo mismo, pero hoy tengo razones para sentirme mas que bien, lo que ayer terminó como una fuerte pelea por la mala organización que tuvieron los contribuyentes para la escenografía y la locación hoy se veía mejorada después de todo no soy perfeccionista por nada y conozco bien mi trabajo, quiero entregar todo de mí y que las personas aprecien cada decisión tomada para que el resultado sea el más espectacular e innovador.

No puedo engañarme, mi buen humor no provenía de los cambios que pedí y que mi gran equipo llevo a cabo mejor de lo que pensé, en realidad mi mente había estado volando desde ayer y aunque trate no puedo hacer a un lado el recuerdo de esos bellos ojos que tintineaban ni esa sonrisa discreta llena de vergüenza. Que chica más hermosa fui a encontrar, es verdad que mi gabán sufrió las consecuencias pero no es más que tela que puede lavarse y volver a su estado natural. No hay segundo en que no recuerde aquella escena: sus movimientos tan bruscos, sus palabras tan apresuradas, esa voz tan ligera y dulce acompañada de el rostro más fino y delicado que he visto jamás. Mi imaginación volaba y se daba rienda suelta solo para fantasear con aquel par de perlas.

– Mike, te estás luciendo – dijo Wesley.

– ¿Verdad que si? Nuestro pequeño genio despertó inspirado – complemento Quincy.

–No es para tanto – sonreí apenado.

– Lo que quisiera saber Michael, es en qué momento le hiciste esa horrible mancha a tu gabardina, siguen tratando de quitarla y parece que mencionaron algo sobre café expreso – dijo Martín.

– Solo un pequeño accidente – mi sonrisa estaba por delatarme.

– ¿En qué momento Mike? Ni siquiera hay una cafetería cerca de aquí – era evidente la burla que llevaba Quincy con su comentario.

– Solo  el servicio que tenemos aquí en el set pero después de su escénica no creo que se haya tomado el tiempo de visitarlo – argumentó Wesley
acrecentando la broma que Quincy había comenzado.

– ¿Todos contra Michael? Jaj – comencé a caminar con mi botella de agua en la mano.

– Solo queremos enterarnos Mike – dijo Wesley mientras emparejaban mi ritmo.

– Además no eres tan difícil como tú lo crees chico – agregó Quincy.

– ¡Claro que lo soy! – me detuve en seco para tomar mi posición en la escena.

– Hablara tarde o temprano – sentenció Wesley.

– Y será más temprano que tarde – djo Quincy mientras tomaba su asiento al lado de Martín para dirigir.

No pude contener mi risa pero pronto tuve que cambiar mi expresión. Me encontraba en la estación recargado en un pilar esperando paciente, no podía hacer más que reflexionar sobre lo que estaba a punto de hacer, tome la capucha de la sudadera gris que llevaba debajo de mi larga gabardina y la coloque con cuidado sobre mi cabello como queriendo ocultar mi identidad y salí. Frente a mí había un hombre de edad con un portafolio era más que obvio el plan que Mini Max había hecho no sabía ni siquiera porque lo había considerado, aquel hombre y yo emparejamos los lugares, él solo me examino intentando adivinar porque era que cortaba sus pasos.

On the LineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora