¿Quién mató a Elena?

Italia

-. Buenos Días, quisiera comunicarme con Alexander Szymanski -hablaba mientras bajaba una maleta de la cabina de la camioneta rentada

* Buenos días sr.Drew, todo está bajo supervisión. Ya le comunico al retenido -respondió la secretaria encargada de las llamadas

-. Sí, gracias

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* Hola. -no fue nada educado

-. No hay tiempo para discusiones, dí la dirección de la casa de los Szymanski -ordenó con tono serio

Claramente se le escuchó tragar saliva con dificultad. *Ellos... -se quedó callado

-. Si no hablas tú serás el que pagará todo, Alexander -le advirtió

* Es en la calle Sole con cruce a la derecha chocando con la calle Forestà, la casa se llama 'ma vie' -fue específico y rápido

Drew tomó un lápiz y anotó rápidamente, mientras sonreía de mejilla en mejilla

-. Perfecto -trancó la llamada

-. ¿Accedió? -preguntó Madison de repente

-. Así es, no conozco para nada Italia asique tendremos que ir preguntando cuadra por cuadra -se encogió de hombros y guardó el papelito entre los bolsillos de su chaqueta

Madison hizo una mueca divertida.

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-. Supongo que aquí es -dijo mirando la increíble mansión, volvió a mirar el papelito

-. ¿Ma vie?

Afirmó moviendo la cabeza

-. Sí, esta es -dijo la joven mujer viendo a lo lejos el nombre en letra de hierro pegada a la pared

-. Entonces vamos -abrió la puerta del auto y fue el primero en bajarse

Pero Madison sentía un gran miedo, miedo de que todo fuera una trampa y ella terminara muerta. Ay ya... deja las idioteses y bajarte de una vez -Regañó su subconsciente

-. ¿Vienes? -le preguntó el comisario con la puerta del copiloto abierta

-. Amm... sí, sí -agitó su cabeza para olvidar, con cuidado puso su pié sano sobre el suelo de afuera y luego Drew la ayudó a bajar su otro pié para ayudarle a posicionarse en las muletillas. Agradeció con una sonrisa y se encaminaron a la entrada

Ding Dong resonó en cada rincón de la vivienda.

-. ¿Estas bien? -le pregunto Drew al ver que sus ojos miraban a la nada como pensativa

Ella se agitó y abrió más los ojos de repente posandolos en los de Drew

-. Y si esto no sale como lo planeamos... -su voz se quebró

-. ¿Qué se les ofrece? -habló una voz femenina. Claramente el idioma era italiano. Una mujer pasada de los cincuenta años abrió la puerta. Tenía una mirada muy profunda, muchas arrugas y grandes ojeras, es de ojos grises intensos, sus labios finos y su estatura baja por la avanzada edad. Su ceño estaba levemente fruncido de la extrañeza por la visita de unos seres completamente desconocidos

-. Mi nombre es Madison Acosta, él es Drew Climasttone y nos gustaría hacerle una pequeña entrevista a la familia si no es mucha molestia -dijo Madison muy respetuosa en el idioma italiano para entenderse

La anciana bufó cansada

-. ¿Más entrevistadores? ¿Qué quieren de nosotros? -se alteró

-. Sólo venimos a traerle información sobre Alexander Szymanski -informó la joven mujer intentado calmar a la señora