Capitulo 3

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Oh, sí que lo era.

Me zafé de su agarre y solo atiné a asentir y entrar como buena cobarde hacia la recepción del apartamento. Miré de reojo hacia donde estaba el rizado y estaba mirando fijamente hacia los cristales poralizados de la recepción. El no me podía ver pero yo sí. Subí por las escaleras rápidamente y entré a mi apartamento. Tiré mi chaqueta y mi bolso en el sofá. Me acerqué para coger mi celular, el cual, tenía poca batería.

Lo puse a cargar y me fui hacia la ducha. Me despojé de mis ropas y me metí bajo la lluvia tibia y artificial. Ahí fue cuando la realización de todo me golpeo y el dolor de cabeza, junto a las lagrimas, se hicieron sentir. Empecé a sollozar bajo la ducha, en momentos como estos me gustaría que alguien me abrazara y me dijera que todo estaría bien aunque no fuera cierto.

Yo no tenía muchos amigos, solo algunos pero no tengo una relación con ellos como a mí me gustaría tener. Me abracé a mi misma mientras me auto consolaba, esto era lo único que podía hacer. Luego de calmarme, cogí mi esponja y le puse algo de jabón líquido y la pasé por todo mi cuerpo. Me enjuagué y decidí lavar mi pelo.

Ya fuera de la ducha, cogí una toalla para envolver mi cuerpo, y luego, una más pequeña para mi cabello. En el espejo pude divisar mi nariz con un tono rojo al igual que las mejillas. Siempre pasaba cuando lloraba. Salí del cuarto de baño para colocarme mi ropa interior y una pijama. Sequé mi cabello con la toalla lo mejor que pude y la tiré a la cesta.

Me acerqué a donde cargaba mi celular y divisé que eran casi las siete de la mañana. Había pasado como 5 horas inconsciente en aquel almacén con puros chicos criminales. Era aterrador. Mi piel se erizaba y las lágrimas volvían solo de pensarlo. Alejando cualquier cosa relacionado a eso, puse una alarma y me tiré a la cama. Todo eso había sido una pesadilla, solo una pesadilla.

~*~

Aquel molestoso pitido me despertó de mi pacífico sueño. Me estiré en la cama mientras gruñía internamente. Me paré de la cama para apagar la alarma. Es sábado y tengo que continuar el trabajo. Estaba pensando faltar, pero nunca lo hago. Fui hasta la cocina y me hice huevos, tocino y pan tostado junto a un jugo de naranja. Todo fue devorado rápidamente. Corrí a mi celular cuando lo escuché sonar desde mi habitación.

-Bueno –Contesté.

-¡Hija! –La voz de mi mamá resaltó desde la otra línea.

Rodé los ojos sonriente.

-¿Dónde estabas? Te llamé toda la noche –Dijo. Su tono era terriblemente preocupado.

¿Qué le podía decir? Mira mamá, anoche me secuestraron y estuvieron a punto de matarme, pero fue una confusión, no te preocupes. ¡Claro que no! Creo que le daría un ataque si le digo eso. Además, me habían advertido que no podía hablar sobre eso.

-Perdón, es solo que… -Piensa en algo, Jessica. –Me quedé sin batería –Dije fuerte.

Sí, era una buena excusa.

-Bien –Dijo mi mamá.

-Después de todo, ¿por qué me llamabas tanto? –Pregunté tomando asiento en el borde de mi cama.

Oí un fuerte sollozo del otro lado de la línea. Entré en pánico mientras una imagen del chico rizado haciéndole daño a uno de mis familiares me llegaba a la mente.

-Oh querida, es Jake –Dijo. –Tu hermano no ha cambiado, se escapa de rehabilitación y sigue en las mismas, no sé qué otra cosa puedo hacer, no quiero que termine en una tumba –Concluyó.

Sollozos reprimían su garganta desgarrándome poco a poco. Me gustaría estar en Manchester con ella y poderla abrazar.

-¿Está ahí contigo? –Pregunté suavemente.

Trouble |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora