¿A cuál Styles eliges?

1

Harry se sentó en la cama de su hermana Gemma, viéndola colocar sus prendas de vestir en una pequeña maleta. No tenía nada qué decirle. Ya había intentado convencerla de no ir al dichoso viaje de estudios de su universidad, pero Gemma era un hueso duro de roer, además de ser la primera de la clase y la más guerrera en cuanto a calificaciones se debía.

-No quiero que te vayas –soltó Harry de golpe–. Al menos llévame contigo.

–Debo irme, Harry –dijo Gemma sin dejar de empacar su ropa–. Es una nota muy importante para el semestre. Además, no es como si no fuese a regresar.

-¡Un mes es mucho tiempo!

–No estarás solo. Louis vendrá a cuidarte.

–Sí... él no me agrada mucho.

–Pues no importa.

Harry bajó la cabeza, haciendo un puchero.

–Hazz, no estés triste –tomó la barbilla de Harry suavemente–. Mira el lado bueno.

-¿Cuál es?

–Si viene Louis, a lo mejor vendrá Lottie.

-¿Y?

–Que ella es muy linda, tal vez se enamoren y tengamos una boda doble, ¿qué opinas?

–Mejor... no regreses.

-¡Idiota!

Le dio un empujoncito a Harry con su codo y empezaron a carcajearse. Tenían una bonita relación de hermanos. Desde pequeños siempre han estado juntos, a pesar de la diferencia de edades. Claro que a veces discutían, pero siempre resolvían sus conflictos dialogando. No había nada que los pudiera separar.

–Harry...

–Dime.

–Te quiero, hermano.

–Y yo a ti.

Gemma colocó su última prenda y cerró su maleta. Bajaron las escaleras en silencio, y ya en la sala, sonó el timbre.

–Justo a tiempo –dijo Gemma corriendo a abrir la puerta.

Era Louis, el novio de Gemma. Vestía un polo blanco, una chaqueta de cuero negra, unos jeans rotos y zapatillas sucias. Traía un cigarrillo en una mano y su celular en la otra. Sus lentes de sol ocultaban sus ojos azules, algo irritados y rojos, Dios sabrá el porqué. Apartó la mirada de su aparato en busca de Gemma.

–Hola, mi amor –saludó con un beso a su novia–. Y hola a ti... ¿Henry?

–Me llamo Harry.

–Cerca –dijo con el humo saliendo de su boca–. ¿Ya llamaste a un taxi? –posó su azul mirada en la chica.

–Sí, ya está llegando.

Gemma sonrió mirando primero a Harry, y luego a Louis.

–Los voy a extrañar, chicos.

–También yo –dijo Harry rodeando con sus brazos a su hermana.

La chica quedó mirando fijamente a Louis, esperando que dejara de mirar su teléfono y la abrace, sin éxito alguno. Y en eso una bocina sonó.

-¡Llegó mi taxi! 

Gemma subió su maleta al auto, se sentó en el asiento del copiloto y les hizo una seña de adiós con la mano. El auto arrancó y fue alejándose poco a poco.

Harry se quedó viendo el vehículo alejarse. Cuando ya no pudo verlo, cerró la puerta.

El silencio invadió la habitación.