Tic toc tic toc... Los sonidos del reloj seguían avanzando mientras que Misi esperaba en una silla, afuera de la oficina de la directora.
"No me dejes... Por favor" recordó ella haberle dicho a su profesor favorito, mientras le agarraba débilmente la manga de su camisa. Temblaba, no podía evitarlo, la respuesta de su profesor seguía metida en su cabeza.- "no te preocupes pequeña, no te pasara nada."
-"n... no... estoy segura... profesor Andrew..."
-"Misi"-Dijo seriamente.-"¿Ha pasado algo en tu casa? "
Misi recordó las mil y una amenazas que había recibido de su padre sobre hablar, de lo que pasaba en su casa, apretó su falda con sus manos, y un nudo en la garganta, le prohibió hablar. El profesor Andrew que estaba agachado para quedar a la altura de Misi, en un suspiro de resignación, se paro para marcharse.
-"Nos vemos ¿Vale?"
-"Vale..."
La respiración de Misi se torno una trabada y con dificultad, el tiempo paso lentamente, las manos de Misi sudaban, no entendía si siempre le pasa todo esto, ¿Por que no se había acostumbrado?
Todo el arrepentimiento que sentía, y la culpa por haberle hecho daño a esa niña la comía por dentro. Se imaginaba cosas fatales con las que le podría castigar su padre, cosas tan crueles y terribles que una niña de su edad no debería pensar.
La puerta de la directora se abrió, su padre junto a la directora salieron por ella, su padre sonreía, pero eso no la reconforto, no era los suficientemente inocente para no saber que era la hipocresía.
-Bueno señor Silvecrest, sabemos que tanto como usted y la pequeña, están confundidos.-Tomo la palabra la profesora.- Pero por la seguridad de los niños y de Michelle, que digo Misi, será suspendida, temporalmente.
En ese momento al padre de Misi, Mark le costo especial esfuerzo para mantener su falsa sonrisa. Para no reventarle la boca a esa "desgraciada niña" aquella que no era su hija, solo una mocosa que había arruinado su familia.
Misi estaba temblando, si no iba al colegio, que haría en la casa... solo aguantaba tres horas en el closet, ya que era el tiempo suficiente para que su padre se durmiera por la borrachera y aunque sabía que estaba jugando a las escondidas y que su conejito jamas la iba a encontrar, ese endemoniado closet era demasiado pequeño, estrecho e incomodo para que una niña durara mucho. Para que Misi durara lejos de los maltratos de su padre.
Después de despedidas falsas corteses por parte del "querido señor Mark" a la directora, Misi se encontraba en un frenesí de ansiedad, le dolía el pecho, un nudo el la garganta le impedía respirar y todo se estaba tornando borroso, no quería que su padre la dejara en el jardín toda la noche como aquella vez, estaba lejos de sus peluches que la protegían de los monstruos que hay en la oscuridad, detrás de los arboles que rodeaban su casa, eso que la miraban, esos que sentían su miedo, esos que la hacían odiar mas la oscuridad que a su padre.
Los dos subieron al auto en silencio, Misi agarraba su falda con fuerza y no osaba levantar la vista al retrovisor, su padre claramente la estaría viendo.
-Michelle... querida ¿Se puede saber que es lo que hiciste hoy.- Esa voz tan tranquila tan serena, le espantaba, prefería la voz de ira, así podía predecir que era lo que le esperaba, pero con el tono hipócrita y tranquilo que tenía cualquier cosa podía pasar, no de manera buena claro.
-Padre...-Empezó ella reteniendo las ganas de llorar y tragando ese apretado nudo en la garganta.
-No me digas que usaste "eso".- Oh oh, su tranquila voz se a roto, él no podría contenerlo por mucho tiempo, no sabiendo que su "querida hija" lo había vuelto a hacer, eso que había arruinado su vida.- Misi por que tienes que ser una amenaza todo él tiempo... sabes es difícil para mi tener que criar un monstruo... uno tan dañino como tú.-Sufrir, Mark quería hacerla sufrir, casi tanto como beberse esa botella de Burbone que lo esperaba en la cocina.
Las frías palabras de sus padres impactaron sus calientes mejillas al igual que su roto corazón, un monstruo, un peligro, dolor era lo que estaba sintiendo y culpa de muerte por haberlo producido, tantas pero tantas veces... tantos y tantos errores.
-Misi, por tu culpa tu madre no esta y ahora por tu culpa, por la razón que eres anormal mataste a una niña.-Dijo sonriendo cínicamente con los ojos en el retrovisor.-Misi, eres una niña muy mala.
-N... no pude m-atar a Mary...-Dijo como respuesta, pero era más para ella que para responderle a su padre. Ella no pudo haberlo hecho, muerte era una palabra muy fuerte, muerto estaba el copetón que se estrello con la ventana, muerto estaba el amor en su familia, pero muerta no podía estar esa niña, lo unico que quería Misi era un dulce y en cierta pero infantil forma justicia. Pero ciertamente no de esa manera, arrebatarle la vida a alguien, de eso la culpo su padre y se rompió su familia ¿Ahora que se iba a romper?
Las calles cada vez eran más y más familiares, estaban cerca de llagar a "casa" donde el ojo de la sociedad no podía ver, y donde Mark se aseguraría de castigar, aun mejor pensó él, de acabar con ese monstruo que derrumbó todo lo que había construido a lo largo de su vida. Sonrío con cinismo, y esa maldita sonrisa claramente la pudo captar Misi por el retrovisor, de cierta forma sabía que podía pasar, y si antes estaba aterrada ahora su estado no se podía descubrir.
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Hola baby's se que deje esta historia al igual que las otras, y recobrar los lectores va a ser muy difícil... pero lo hago mas para expresarme que para obtener fama🙃 soo si te gustan las historias cortas (por que los capítulos no van a ser largos) esto es perfecto para que te distraigas!!Xoxo Sakura chan❤️
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SPECIAL
Mystery / Thriller"Por que no puedo ser normal... ¿Que hice mal? Yo solo quiero encajar. Lo que tu crees que para mi es un don..., son las cadenas que me atan a mi infierno." Michelle Silvercrest, también conocida como "misi"'es una chica con un don extraordinario...