-Es hora de salir-Jackson dio la señal. Caminando con el arma en sus manos, alerta.
Todos los guardaespaldas se mantienen cerca del empresario hasta que es seguro entrar en el automóvil. Jinyoung es quien ahora oficialmente se encarga de manejar el vehículo. Desde que su compañero fue herido y se recupera en el hospital.
Estoy seguro de conocer cada palmo de la ciudad. Y me mantengo alerta. Jinyoung detiene el auto en la entrada del salón de un prestigioso hotel en la cuidad. Y me se deslizo fuera para abrir la puerta del automóvil, mientras el resto toma posiciones, rodeando al empresario para que entré sano y salvo al edificio, y finalmente pueden respirar otra vez.
Todos los guardaespaldas están alineados en perfecta línea intercambiando miradas fuera de la sala en donde la reunión transcurre. Sin embargo, mis ojos no pueden evitar correr en dirección a Jinyoung más de las veces necesarias, pero cada vez que miró al parecer Jinyoung está ahí para corresponderme, pero cuando no lo hace mi mirada lasciva recorre el cuerpo del chico, el traje se ajusta en su cuerpo de la manera correcta. Se acomoda en las jugosas caderas del niño. No puedo evitar sonrojarme cuando Jackson me mira desde la puerta un poco confundido. Me da una mirada a mí y luego a la dirección donde mis ojos se movían, recibe una sonrisa de Jinyoung que ahora nos observa extrañado.
Jinyoung se acerca a mí con una sonrisa en el pasillo y mis músculos faciales reaccionan de la misma manera y lo doy una cálida bienvenida.
-Tengo hambre, Mark-dijo Jinyoung haciendo cara tierna.
-¿Porqué?-pregunte sintiendo que tenía que salir corriendo por comida-Vamos...-mi mano buscaron la suya entrelazando mis dedos con las del niño pero Jinyoung la rechazo.
-No podemos....estamos trabajando-dijo triste-y se sentí que la calidez de mi pecho me dejaba. -Estaré bien-se marchó a formar la línea perfecta dónde lo había ubicado Jackson.
Solo lo miré desde lejos, no podía moverme, Jinyoung tenía razón, debía quedarme con el empresario. Y no debían encontrar ninguna distracción, pero no podía evitar mirar a Jinyoung desde su esquina.
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-La salida está despejada-Dijo Jackson desde afuera.
Salimos con el empresario muy cerca. Todo estaba en silencio mientras caminábamos por el sendero hasta el automóvil.
Jinyoung subió al auto, aún guardo en mi memoria el recuerdo de su destreza en sus manos mientras manejaba el volante. Cuando tuvimos que escapar. Y mi mente vuela mucho más lejos de ahí e imagino las manos de Jinyoung en mi cuerpo. Y lo bien que sabrían su labios que puedo examinar desde el espejo donde los ojos del niño miran el trafico en la parte trasera de la carretera.
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La habitación donde todos los guardaespaldas nos reunimos estaba cerrada por lo que supuse que estaban dentro. Me acerqué a la puerta y me deslice y vi a Jinyoung que se cambiaba de ropa, y no estaba usando el vestidor, mi mirada bajo por la espalda de Jinyoung imaginando que dejaba pequeños besos en su piel, una corriente de deseo se acumuló en mi entrepierna.
Jinyoung se dio la vuelta quizás sintiendo mi presencia y lo único que pude hacer era permanecer inmóvil.
-Mark....¿Qué sucede?-Jinyoung terminó de pasarse la camisa por la cabeza.
Me acerqué a Jinyoung tratando de apaciguar mis latidos.
-Te traje esto-le extendí una manzana.
-Gracias-me sonrió-Y le dio un gran mordisco a la manzana. No pude evitar mirar los labios que recorrían la manzana mientras Jinyoung daba un mordisco, mi mirada ya no estaba en los ojos de Jinyoung. Era imposible.
-¿Quieres?-Jinyoung me ofreció un mordisco de la fruta. Y no pude negarme a hacerlo. Mi corazón pálpito aún más fuerte debido a la mirada de Jinyoung que estoy seguro me quemaba y él seguía mordiendo incontrolablemente la manzana. Jinyoung alzo la vista y se cruzó con mía. Y estoy seguro que hay algo más en esa mirada. Jinyoung se sonrojó y no podía dejar pasar esta oportunidad..
-¿Mark?-preguntó Jinyoung en un hilo de voz.
Estaba fuera de mí y no pude evitar que mis pies se acerquen a Jinyoung, invadiendo su espacio personal. No podía dejar de mirar los labios de Jinyoung. Sus labios me llamaban a usarlos, me abalancé al chico juntando mis labios a los suyos. Podía saborear el sabor dulce de la manzana mezclado con el calor de su boca, y lo mejor de todo es que el chico no estaba forcejeando conmigo para que lo dejará, y eso me gustó. Y no pude soltar sus labios, necesitaba más y puedo jurar que podría pasar una vida saboreando a Jinyoung. Mis labios reclamaron más fuerza de parte del chico y solo él sabia como estaba frustrado por Jinyoung y como había devorado el cuerpo de Jinyoung con la mirada, cuando había llegado. El cuello de Jinyoung es delicioso y él no se queja de los besos que dejó en el.
Hemos llegado a una pared donde Jinyoung no será capaz de escapar de las caricias que proporcionó por todo su cuerpo.
Pero mi mente no está en paz. ¿Y si el no quiere? ¿Lo estoy obligando a que me bese? Dejó los labios del chico y digo muy cerca a la boca de Jinyoung: -Lo siento...yo..- sentía mi rostro encendido.
Pero Jinyoung me miraba feliz...-No tienes que disculparte- sus palabras sonaron como un aliciente a mi mente que empezaba a culparse sin fundamentos. Sus manos suaves me atrajeron de mi camisa y sus labios acariciaron los míos otra vez apretando nuestros cuerpos aún más.
-Chicos-Se escuchó desde la puerta
Nos separamos y tratamos de respirar normal, sonando los más convincentes que pudiéramos, Jackson entró diciendo.-¡Chicos hoy tenemos que celebrar, es mi cumpleaños!- dijo entusiasmado.
-Si, iremos-contesté por ambos porque Jinyoung parecía muy nervioso para decir una palabra. Una sonrisa se dibujo en mi rostro que Jinyoung me devolvió. Jackson tenía que irse o al menos era lo que deseaba pero no lo hizo, quería seguir ocupado probando los labios de Jinyoung.
-¿Pasa algo entre ustedes?-pregunto Jackson sintiendo tensión en la atmósfera
-Nada-dijo Jinyoung.
-Esperemos a los otros chicos-dijo Jackson tomando su bolso.
Los otros chicos llegaron, riendo y haciendo mucho ruido. -Vamos- pidió Jackson
Mark aprovechó que todos caminaron delante de ellos, para tomar la mano de Jinyoung y apretó los dedos del chico.
-Eres tú- decidí que después de esto merecía decirlo. Porque no podría guardarlo para mí.
-¿Yo?- Jinyoung estaba confundido. Con el rostro arrugado mirándome.
-Me gustas tú- dije y Jinyoung me sonrió apretando mi mano.
-Me gustas también-se sonrojó.