CAPITULO 4

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-¡Hey!, Jinyoung-lo encontré sentado en la sala de almuerzo.

-Mark-alzo la vista. Notaba en su rostro un poco de tristeza.

-¿Cómo está?-preguntó

-Está mejor-

-Lo siento Mark-dijo con los ojos aguados-No sé como usar un arma-una lágrima cayó por su mejilla.

-Jinyoung no es tu culpa, no es solo tú culpa al menos-Mark pasó una mano por su cuello-Yo también debía reaccionar de alguna otra forma-dijo el chico sentándose a su lado.

-Tú estabas custodiando al empresario, no podías venir a ayudarme-Jinyoung solo se entristeció más.

-Te voy a enseñar-puso una mano en el muslo de Jinyoung. Mark tragó fuerte sintiéndose extraño al contacto de su mano con la pierna de Jinyoung -A...A usar el arma-Mark tartamudeo. Jinyoung lo miró con una linda sonrisa. El chico feliz había regresado.

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-Toma tu arma-le dijo parándose junto a Jinyoung-Recto...tu espalda recta-pasó una mano por la espalda de Jinyoung.

El chico dejó caer sus brazos al contacto de Mark con la piel de su espalda encima de la delgada camisa que vestía.

-No, mantén el arma apuntando hacían al frente-dijo Mark tomando sus brazos y ubicándolos otra vez.

Los dedos de Mark temblaron al contacto de sus manos con la piel de Jinyoung. Sintió miles de mariposas revoloteando en su estómago.

Se puso en posición apuntando hacia de frente a su objetivo. Mark disparo y dio justo en el blanco exterminado las mariposas traviesas. Se las imagino cayendo una a una, muriendo lentamente. Sonrió mirando el humo del agujero en la figura de cartón dónde la bala había atravesado, esparcirse con la corriente de viento -Ahora hazlo tu-ánimo a Jinyoung.

Mark escuchó el estruendo en el aire, Jinyoung lo había hecho muy bien. La bala estaba muy cerca del blanco.

-Muy bien- le dio una palmadita en el hombro.

Jinyoung le sonrió, y Mark sintió un vuelco en el corazón. Y nuevas mariposas revolvieron su estómago o quizás eran las mismas de hace un momento quienes habían sobrevivido al fuerte estruendo del arma.

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-Come bien-dijo la rubia en el escritorio.

-¿Hoy tampoco saldrás al almuerzo?-preguntó Mark.

-No, tengo mucho trabajo que hacer-miró los papeles en las manos.

Jinyoung entraba en la oficina. Mirando las miradas entre los dos y los pucheros de la rubia.

Jinyoung sonrió, pero había algo diferente en su rostro.

-¿Jinyoung vas a comer?-preguntó Mark

-Si-

Mark trató de entender lo vacía que habían sonado sus palabras. El chico no suele ser tan callado.

-¿Vienes conmigo?-Mark le hizo una rostro tierno.

Jinyoung no puedo contraer una sonrisa que se perdió en Mark.

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-La secretaría....Eh...le gustas-dijo Jinyoung tratando de reír.

-No lo creo-dijo Mark-Ella solo es amable-frunció el rostro, no quería que Jinyoung tuviera una mala impresión de él aunque no sabía si él podría sentir lo mismo. Y cuanto deseaba que sintiera lo mismo.

-Si, le gustas-el estómago de Jinyoung se retorció

-¡Jinyoung!-Mark dijo exaltado-B..bueno si le gusto, no puedo corresponderle-Mark sintió que las mejillas le ardían.

Jinyoung se apretó contra la silla del comedor.

-Perdón..no quería molestar-dijo con un hilo de voz-Creo...que me iré-

-No-Mark se aferró a la muñeca de Jinyoung.-Yo no quise que te sintieras mal-el rostro de Mark se veía preocupado.

La expresión de Jinyoung se relajó, y volvió a sentarse.

-Es que ella no me gusta...-Mark pronunció mirando al rostro de Jinyoung-Además hay una regla...no se permiten las relaciones entre empleados-Mark bajo la cabeza a su plato de comida.

-Por desgracia-dijo para si mismo. Él le gustaba una sola persona. Y esa persona estaba junto a él.

-¿Hay alguien que te guste?-Jinyoung parecía muy interesado en la respuesta.

-¿Porqué quieres saberlo?-Mark trató de mantener la mirada fija en los ojos del chico, pero si seguía mirándolo como ahora lo veía Jinyoung, su rostro enrojecería. Bajo la mirada.

¿Debería decirle?, Pensó. Se detuvo imaginando que Jinyoung no quisiera hablarle después de que le confesará sus sentimientos, de todas maneras, Mark se dijo que el no podía estar interesado en amarlo.

-Se terminó la hora del almuerzo-Jinyoung dijo con tristeza. -Me debes una respuesta- Jinyoung le sonrió.

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