-Gracias...- la morena miró al canadiense un poco apenada por lo que había sucedido, aunque estaba un poco confundida por la actitud de Shawn. No sabia si confiar en él o no, pero parecía un buen chico desde que lo conoció. Tal vez sólo sea que no tuvieron un buen primer encuentro. El canadiense le dio una pequeña sonrisa y asintió. -No es nada, Camila. Parecía que te estaba haciendo daño y no podía quedarme sin hacer nada- la suave y algo rara voz del chico, hizo a Camila sentirlo agradable. -Vamos a mi habitación a que te laves el rostro y curarte eso- le tomó el brazo para hacerlo caminar hacia las escaleras. -No tienes que hacerlo- le dijo limpiándose la gota de sangre en la nariz. -Es lo menos que puedo hacer ahora- lo jaló hasta la habitación dónde una Dinah nerviosa esperaba a su amiga.
Al escuchar la puerta abrirse, la polinesia saltó del sillón para saber si su pequeña amiga estaba bien emocionalmente. Y se encontró con una sorpresa. Camila y Shawn entrando juntos. No quería preguntar y solo hizo una seña con los dedos a la morena, haciéndole saber que hablarían de esto después. -Hola Dinah- la saludó Shawn con una sonrisa y la polinesia se tranquilizó un poco, no dejando pasar los golpes que el chico tenía en la cara. -Hey Shawn- inclinó la cabeza y entró a la cocina.
-Bueno, siéntate en el sofá, traeré el botiquín- le señaló Camila entrando a su recámara. El canadiense caminó a pasó lento inspeccionando el lugar, su departamento era mucho más ordenado que en el que estaba con su compañero Niall, los dos eran un desastre porque se enfocaban más en la música que en arreglar su pieza. Se sentó tranquilo en el sofá y tomó una pequeña foto que llamó su atención.
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La observó a detalle, cerciorandose de que la morena si estaba saliendo con Lauren. -Bueno, creo que ya no debo negar eso- su mirada se fue a dónde Camila se encontraba parada con el botiquín y la morena le señaló la foto- ahora lo sabes, tienes el control- le dijo sentándose junto a él en el sofa. -¿A que te refieres?- Shawn la miraba confundido. -Puedes aprovecharte de la situación, ya sabes, mi padre te ama- declaró mojando una gasa con agua oxigenada- Te va a doler un poco- presionó la pequeña tela en la ceja y este gimoteo un poco. -No haría eso, Camila- negó mirando a la chica a su lado.-Creo que eres bastante linda y...me gustaría llevarme bien contigo y disculparme por todo lo anterior- la pequeña lo examinaba con curiosidad y él formaba una mueca, como si le diera pena lo que acaba de decir. La morena sonrió. -Empezamos mal, eso es todo- aclaró retirando la gasa de su ceja y colocando una bandita con adhesivo blanco. El chico asintió con una media sonrisa. -Me gustaría comenzar otra vez...- susurro evitando los ojos de Camila, le eran bastante lindos y brillantes, lo ponían nervioso.-No creas que me estoy aprovechando de tu pelea con Lauren, solo...de verdad quiero salir contigo- por fin lo dijo, sin tener que molestarla, sin chantajearla ni obligarla. Se sentía cohibido con esos lindos ojos cafés que tenia al lado, y esos labios carnosos queriendo sonreir. -Jamás creí que te podía hacer sentir apenado- una diminuta risa salió de sus labios y Shawn se reía nervioso, aún evitando su mirada. -Hablo enserio, Camila- bajó la mirada, pensando que Camila le daba vueltas a esto porque quería decirle que no. Y ella de verdad le gustaba, era una linda chica, muy inteligente y...sexy. Sólo la molestaba para llamar su atención, hacía todo eso para que ella lo mirará. -¿Te parece el viernes? Tengo algunos exámenes está semana y ese día estoy libre- La cara del chico se iluminó por completo y una enorme sonrisa lo acompañaba. -Excelente- le contestó emocionado, carraspeo un poco al darse cuenta de lo ridículo que había sonado- Claro, si- se corrigió tratando de sonar más cool y calmado. Camila se reía de él. -Entonces...nos vemos el viernes- comentó la morena y el chico asintió. Se levantó del sofá y Camila lo imitó. -Gracias, Camila- agradeció con la cabeza y la morena negó. -Gracias a ti, Shawn. En serio- le regaló otra sonrisa. -Tengo que irme- se acercó un poco a Camila dejando un pequeño beso en su mejilla- nos vemos luego- lo acompañó hasta la puerta y en cuanto la cerró dejó su espalda pegada a ella tirándose al piso.
