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-En serio, ya no quiero salir. Debí pedir un viaje y no estaríamos aquí escuchando toda esta basura.

-Salgamos, sólo será un momento más... o, mejor, ven-. Hoseok tiró del brazo de Yoongi, pues ya llevaba rato sujetándolo, desde que notó lo alterado que estaba al ver a sus padres peleando en la reunión por motivo de su propio cumpleaños. -Te daré tu obsequio de una vez.

Yoongi no puso resistencia. Hoseok se estaba adelantando, pues aún ni siquiera era la hora del pastel. Aun así, subieron las escaleras de la casa de los Min, en la cual Hoseok se movía con naturaleza, pues estaba en ella más de tres veces a la semana. Llegaron a la habitación del cumpleañero, entraron y cerraron la puerta. Entonces el más alto soltó al otro, dejándolo cerca de la puerta mientras él buscaba una caja en la mochila que había llevado, pues esa noche se quedaría a dormir y prefería ir preparado.

Envuelto en un papel café que hacía ver la caja muy natural y simple, Hoseok puso el regalo en manos de Yoongi.

-Ábrelo-. Insistió ya que sabía que Yoongi podía ser muy tímido para ello, a pesar de que había asistido a todas sus fiestas de cumpleaños desde que cumplió tres, aunque apenas recordaba.

El chico de cabello rubio asintió, quitó el lazo y separó la caja para encontrar un cuaderno de hojas recicladas, aunque pronto pudo ver que una parte ya estaba ocupada ya que Hoseok lo había usado como álbum y pegó en él varias fotografías significativas para él, pero más para Yoongi: fotos de los dos, de las cosas que había hecho juntos, fotos del cielo, ese que solía tener más atención de Yoongi de la que Hoseok tenía.

-¿Te gusta?

-Claro-. Respondió un sonriente Yoongi. Sabía que Hoseok debió poner mucho empeño al hacer ese regalo, no sólo por el costo del material o el trabajo, sino por la recolección que hizo de sus recuerdos. Y, además, le daba otro espacio para llenar con sus creaciones, con sus dibujos que solían mostras sus ensoñaciones y alguna que otra construcción arquitectónica.

-¿Claro? ¿Quieres algo más?- Yoongi negó suavemente, pero ya estaba viendo a Hoseok con una sonrisa, reflejo de la que Hoseok tenía conforme se iba acercando a él. El rubio bajó el cuaderno, una seña suficiente para Hoseok para aceptarla como una afirmación. -Bien, aún no terminaba.

Ambas sonrisas se dispersaron conforme sus rostros se acercaron y sus labios se ocuparon en acariciarse entre sí. Así como Yoongi aceptó el cuaderno, aceptó el roce de esos labios, tendió a estrecharlos, a tirar de ellos conforme más se acercaban y más ansias tenían por ese momento. Sabían de sobra que la noche anterior, antes de despedirse, también se habían besado, pero no parecía mal hacerlo de nuevo: esto era un obsequio.

Better - YK / YSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora