I

112 20 10
                                    



—Te dije que te inscribieras. Te da puntos para cuando busques un trabajo.

Dos chicos, uno de cabello rosado y el otro castaño, hablaban mientras guardaban sus cosas en sus respectivas mochilas. El castaño más bien parecía estar reprendiendo a su compañero.

—Ya sé. De cualquier forma, te voy a esperar—. El pelirosa intentó cortarle la conversación al otro, pues había escuchado esas mismas frases desde que comenzó ese último curso del colegio y Ho Seok, el castaño, se había inscrito al comité estudiantil que representaba a todos los alumnos del colegio.

—Espero no tardar. Nos vamos a reunir con el DJ. Es genial. ¿Te dije que a veces él mismo rapea mientras su equipo mezcla?— Ho Seok volvía a hablar, usando ese tono animado de siempre, pero su sonrisa se ampliaba unas cinco veces más y eso debía ser una exageración, estaba muy emocionado porque él mismo había colaborado en la organización del baile de fin de año del colegio, para el cual sólo faltaban unos días.

—Ya lo mencionaste. ¿A caso has dejado de hablar de ese tema?

Pero no todos estaban tan interesados y entusiasmados por aquél evento como Ho Seok. El chico pelirosa tomó su mochila y se la echó al hombro.

—¿Necesitas que te ayude con algo más?— Volvió a hablar, pues Ho Seok no dijo nada, ignorando sus típicos comentarios que llevaba años aguantando.

—Nada. Pero en serio, no te vayas. Si te vas a alejar, me envías un mensaje, sino, espérame en nuestra banca.

A pesar de que el más bajo resopló y asintió mientras tenía los ojos en blanco por el fastidio que le ocasionaban tantas indicaciones (pues para él eran muchas), Ho Seok le miraba con una radiante sonrisa y terminó por dedicarle un guiño cuando notó que de nuevo le miraba con atención. ¿Podía alguien resistirse a ese brillante gesto y, más aún, podía ese chico de piel pálida resistirse? Terminó sonriendo, aunque muy apenas, una mueca con muy poca fuerza, pero que le fue devuelta con una sonrisa mucho más amplia. Esa reciprocidad de expresiones sirvió como despedida antes de que ambos salieran del aula y caminaran hacia direcciones contrarias en el pasillo.

Mientras Ho Seok iba hacia un piso más arriba para su reunión en la sala de conferencias junto a los alumnos más destacados que fungían como representantes, el pelirosa caminó escaleras abajo, salió del edificio y sintió la brisa fresca, fría del invierno. Guardó sus manos en los bolsillos del abrigo negro. Ahora se arrepentía de haber dejado los guantes en el velador, subestimando la baja temperatura. Mientras caminaba, rápidamente su nariz se ponía fría, tan fría que comenzó a inhalar con fuerza, sorbiendo algo que no había en sus fosas nasales.

Si iba a esperar, debía de mantenerse caliente, pues la banca que Ho Seok y él habían adoptado como suya estaba a la intemperie, a casi la mitad de un largo camino que conducía de la entrada del edificio principal a una de las salidas alternativas del plantel. Tomar algo caliente no le iría nada mal, así que comenzó a ir hacia la salida.

A lo lejos, en medio de ese escenario grisáceo tan característico del invierno, algo brillante llamó su atención. Se trataba de una van amarilla rodeada de personas. A pesar de eso, pocas cosas conservaban su atención por mucho tiempo, así que, después de cruzar el portón de la escuela, se concentró en cruzar la calle y entrar a una tienda de conveniencia para comprar un café de máquina, además de unos malvaviscos cubiertos de chocolate y goma de mascar con sabor a menta.

No tardó en volver, entrar y caminar hasta aquella banca de madera con vista a los jardines de aquel enorme colegio, pues era uno de los más reconocidos y de mayor nivel en toda la ciudad. Dejó el café a un lado para concentrarse un momento y contemplar el ambiente que le rodeaba, los árboles en su mayoría desnudos, los pasillos empedrados que parecían más duros bajo esa vista a finales de diciembre, el sonido de las pocas hojas que quedaban sueltas, vagando según las llevaba el viento.

Better - YK / YSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora