Capitulo I

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Luego de la pérdida de mi padre, las que solía llamar amigas me dejaron sola por completo, aquellas que decían que estarían conmigo en las malas y peores, aquellas que cuando más las necesité simplemente se alejaron. Mientras que en mi momento de angustia y desesperación conocí a dos increíbles chicas que hicieron hasta lo imposible con tal de verme sonreír (Alex y Adria), no fue fácil volver a confiar, pero no imposible.

Sentí más conexión con una de ellas, la más pequeña, Alex, (cabe destacar que ambas eran hermanas), ella me entendía a la perfección, y me daba los mejores consejos cuando necesitaba de ellos. La mayor, Adria, era pasiva y reservada, en un principio me costaba hablar con ella porque a mi cabeza no llegaba ningún tema interesante, no soy de las que entablan una conversación, prefiero callar a que salga alguna estupidez de mi boca sin antes ser procesada.

Mi vida tomó otro rumbo tras la llegada de éstas chicas, me daban momentos increíbles. Debo admitir que cuando llegaba a mi casa volvía a sentir ese vacío al no tener a mi padre cerca, tenía a mi madre conmigo pero era como si también se hubiera ido cuando mi padre partió, su alma se había marchado junto a él y había quedado ese cuerpo inerte, no me prestaba atención y día a día me culpaba por la muerte de mi padre. Algo que me destrozaba mucho más.

Nunca tuve una buena relación con mis dos hermanos mayores, digamos que yo era algo inexistente para ellos. Aquella cosa que llegó a sus vidas para arruinarla, a pesar de su mal trato hacia mí los quería, más de lo que pensaban y lo que más deseaba era que éstos fueran diferentes conmigo, era su hermana pequeña, ¿Por qué rayos no me tratan como merezco?, ¿Tan poca cosa soy?, ¿Será que sólo vine a sufrir?...Tantas preguntas sin respuestas, tantas noches de insomnio tratando de buscar la solución a todos mis problemas, tantas lágrimas derramadas deseando que esto fuera diferente. Pero nada de lo que pedía, se cumplía.

Dejé de creer en aquél ser superior del que todos hablaban, de aquél ser que decían que siempre estaba conmigo, de ese "Dios" que todos adoraban. No creía ni en mí, ¿Cómo creer en algo que nunca había visto?, si tantas veces le pedí que le ofreciera otra oportunidad a mi padre de vivir y nunca sucedió, no tuve tiempo a despedirme, ni a demostrarle cuánto lo amaba y es lo que día tras día me consume...El no decirle a mi padre un último "Te amo", saber que no estaría en cada meta que nos habíamos propuesto juntos, en aquellos viajes que habíamos soñado, en el último abrazo que nunca le di.
Recibía grandes críticas por no pensar como los demás, por no ser otro títere más.
Pero no me importaba, ya nada importaba.

Mi "CAOS"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora