Capítulo III

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Desde niña tenía un pequeño diario que mi padre me había regalado, allí escribía cualquier estupidez que me llegara a la mente, al crecer escribía con más profundidad, aunque bueno soy un asco para escribir (Fíjense), aquél diario que cuidada como si fuera un tesoro se me fue arrebatado, aquellos secretos que sólo él contenía habían sido divulgados por todo el colegio, si antes quería morir...Imagínense en ese momento.

Empecé a ser acosada por las redes sociales, terminé eliminando mi Facebook y regalando mi celular para no seguir siendo molestada, estaba cansada de que todos buscaran la más mínima forma de hacer de mi vida todo un puto infierno, ¿Pero a quién podía recurrir?, ¿A mi madre? No para nada, ni quería saber nada de mí, ¿A mis hermanos? La niña rara no tiene importancia para ellos, ¿Mis amigas? Rayos estoy más sola de lo que creía, ya no tenía comunicación con ellas. No tenía a nadie.

En el colegio no encontraba ya lugar para mi, hasta el baño se me hacía molesto...Me iba a un banco a leer  (me encanta leer), en uno de esos tantos momentos un chico se sienta a mi lado, durante veinte minutos no muy bien contados estuve esperando que me dijera algo feo, o me arrebatara el libro pero sólo se quedó allí en silencio, viendo mis pies (hasta yo miré, tal vez tenía algún dedo deforme y solo esperaba el momento para burlarse) pero no reaccionaba, hasta que moviendo sus dedos nerviosamente (algo que me sorprendió) me dice "Hola", me quedo impactada, algo se trama este, como es lo único que me dice alzo la vista para mirarle y la vuelvo a posar en mis pies...No hubo una palabra más de su parte, día tras día se sentaba allí junto a mí sin decir media palabra, lo cual me resultaba extraño y un poco incómodo.

No sabía su nombre, no lo había visto antes, sólo sé que ese niño a pesar de ser extraño era hermoso...Su pelo rubio caía en su frente, esos ojos verdes que te llevaban a otro mundo y aquellos tres lunares cerca de su frente. Sí, me fijé mucho sin que él se percatara, su rareza y su misterio me llamaban más de lo que podría imaginar, aunque siempre ponía mi cara de mala racha cuando se sentaba a mi lado. ¿Acaso el muy tonto quería algo?, ¿Qué es lo que busca?, me preguntaba tantas cosas en mi mente pero no llegaba a decirle lo que pensaba.

Mi "CAOS"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora