Historias de terror, ¿te atreves a leerlas? [#Aterrador]

La leyenda de los monstruos bajo la cama.

Yo cuando era pequeño siempre creía que los monstruos eran reales, eran temibles ya que mi mamá siempre me advertía que nunca mirase debajo de mi cama, yo jamás lo hacía, porque el simple hecho de mirar ya hacia allí me daba una mala sensación. Y por eso nunca desobedecí a lo que mi mamá me decía.

Ya estaba en un nivel mayor, no era el mismo niño de antes que le gustaba jugar y esconderse en su habitación; así es, ya me convertí en un adolescente. Y como todo joven de 17 años, me hice amigo de varios chicos, hice amigas también, mis padres estaban orgullosos de mi porque había alcanzado una calificación alta para ingresar a la universidad en cuanto saliera de la secundaria ya graduado. Por obra del destino, ya al fin conseguí mi meta, logré graduarme con el promedio más alto del salón, fui el único, y me sentía muy bien por haberlo hecho. Y quería contarles la hazaña que conseguí, a mis padres.

Llegué temprano ese día a casa, mis padres ya al saber esa noticia de mi promedio, sonrieron muy orgullosos de mi y comenzaron a felicitarme y a aplaudirme por el grandioso promedio que tuve y también porque mis amigos y amigas hicieron lo mismo que yo al apoyarme y demostrarme que fui un grandioso y excelente estudiante.

Era un domingo como otro cualquiera, estaba arreglando mi habitación como mi madre me lo había pedido y en ese momento vi un pequeño cartel que decía en la parte de abajo de la cama, se veía sucio, estaba lleno de polvo y suciedad. Me agache para recogerlo y el cartel decía en letras rojas una frase y ésta decía lo siguiente: “Nunca mires debajo de tu cama...nunca lo hagas.” Al principio creí que era una broma porque ¿quién se atrevería a escribir eso y colgarlo o dejarlo tirado debajo de mi cama? No entendía lo que esa frase quería decir o a qué quería referirse, lo que si me asustaba era el hecho de no mirar lo que estaba pasando por debajo de mi cama. En fin, lo único que debía de tener en cuenta era tratar de no mirar por debajo de mi cama, aún así...no me atrevería a hacerlo, aunque la curiosidad siempre terminaba matándome de golpe.

Ya había acabado de limpiar completamente mi habitación, todo estaba en perfecto orden. Mi madre me felicitó al ya acabar de limpiar y me pidió que descansase un rato, la verdad si me hacía falta hacerlo, quería recostarme para relajarme un poco aunque sea, y así fue, me acosté y me relajé en mi cama. Me sentía un poco extraño, algo comenzaba a escucharse por debajo de mi cama, lo cual me inquietaba un poco; trate de no mirar hacia abajo como el cartel me había pedido que no hiciera. Pero no sabía que hacer, la curiosidad seguía matándome, no podía aguantar más. ¡¿Qué rayos era eso que sentía que se movía por debajo de mi cama?! Se siente muy extraño que algo como eso se esté moviendo en este preciso momento. Suspire y pensé en ese momento: »No mires...sólo no mires...obedece la advertencia...obedece la advertencia.« Trague saliva y suspire otra vez, está vez no lo iba hacer, de todos modos me aseguré de no mirar y al parecer no lo hice. Me relaje de nuevo.

Sentía un fuerte impulso por querer ver lo que había debajo de mi cama, pero también ese impulso de mirar por debajo de la cama sería un grave error. Las ganas me seguían tentando, pero ya logré; por lo menos, calmar esa tentación. Me levanté de mi cama y fui a buscar una ropa nueva para salir a tomar aire fresco, y así lo hice, me vestí con lo primero que encontré que fue una camiseta manga corta, unos pantalones algo rasgados y unos zapatos Converse. Salí de mi habitación al poco rato, y fui corriendo hasta la sala, mi madre estaba sorprendida al verme y yo, le correspondí el mismo gesto de sorpresa que tenía en su rostro. Nos reímos y le dije que iba a estar afuera un rato, ella asintió y me pidió que llegase a casa lo más temprano posible, porque ya eran prácticamente las 5:10 p.m. y llegaría a eso de las 7:30 p.m. no muy antes de las 8:00 p.m. y bueno, tomé mis llaves y salí de la casa.