—¿Sabés hace cuánto que no hago esto? —gritó ella, entusiasmada.
—¡Callate, tonta! ¿No ves que son las 4 de la mañana?
A pesar de todo, ella sonrió.
Él prendió la linterna de su celular e iluminó el lugar.
—Apagá eso —se quejó ella.
Estaban abajo de un acolchado bastante abrigado, arriba de la cama de ella.
Luego de apagar la linterna, él se quedó haciendo algo con el celular y ella aprovechó para admirar sus facciones. Esa nariz que todo el mundo juzgaba como grande pero que para ella era extrañamente linda; esos ojos color marrón que no se comparaban ni con la caca ni con el café, que miraban con concentración la pantalla; la fina línea de sus labios y sus pómulos ligeramente coloreados por el calor.
Él se percató de toda la atención que estaba recibiendo y levantó sus ojos sonriendo de medio lado.
—¿Qué tanto me mirás?
—Es solo que nunca te observe como ahora.
Él bajó el celular, nervioso.
—¿Qué querés decir?
—¿Qué? ¿Ahora no puedo mirarte? —ella levantó una ceja.
—¿Sabías que es de mala educación responder una pregunta con otra?
—Es lo que estás haciendo ahora, bobo —se burló ella.
Él rodó los ojos, miró la hora y dijo que ya es momento de acostarse.
—No, esperemos un poquito más. Me gusta el fuerte que armamos.
—Solamente estamos debajo de una colcha, no es gran cosa.
—Sí, lo es. Porque lo hicimos nosotros.
Entonces ella se apoyó en la pared y él la siguió.
Miraron a la oscuridad y hablaron sobre su infancia.
Él se la quedó viendo, así como ella lo había hecho hace rato, mientras ella contaba una anécdota familiar.—¿Y si nos besamos? —soltó él, de repente.
Ella dejó de hablar al instante y adoptó una expresión incómoda.
Luego de unos segundos así, ella dictaminó que habría que irse a dormir y él tuvo que irse a su cama.
Después de taparse y desearle las "buenas noches" se quedó reflexionando sobre lo idiota que había sido. Ella era prontamente la persona más genial que había conocido en sus cortos 12 años y la había cagado completamente.
Ahí fue cuando aprendió la lección: a veces no hay que preguntar, solo hacerlo.
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Historias cortas
Short StoryCada capítulo es una historia aislada y pequeña sin principio ni final concreto