4 años después. Lunes.
Un nuevo día comenzaba y la familia Uchiha desayunaba tranquilamente en su bonito comedor.
—¿Qué tal va la escuela Sasuke? - preguntó con una pequeña sonrisa la única mujer.
—Bastante bien, madre. - contestó con una notable, pero al mismo tiempo imperceptible, alegría. Algo raro en el.
—Te noto muy felíz hoy hijo. - comentó sonriente. —Cuéntame.
—Nada importante madre. - contestó un poco nervioso, lo cual disimuló bastante bien.
—Está felíz porque hoy cumple un año siendo pareja de su noviecito. - comentó burlón el hijo mayor de la familia.
—¡Cállate! - gritó sonrojado.
—¿Cómo te va con ese tal Shikamaru? - preguntó después de un corto silencio, dejando su amado periódico de lado para unirse a la conversación. —¿Te trata bien? - preguntó mirando con seriedad a su hijo menor.
—¡Padre! - gritó con el rostro completamente rojo, cubriéndose la cara apenado.
—¡Fugaku! - regaño Mikoto a su esposo
—¿Ahora qué hice? - preguntó fingiendo inocencia, sin quitar su expresión seria.
—Avergonzar a mi bebé. - contestó mientras colocaba ambas manos en su cadera.
—Madre, no soy un bebé. - su ceño se frunció por el apodo y sus mejillas no abandonan el color de su verdura favorita.
—Perdón beb... ¡Digo!, Sasuke. - se disculpó avergonzada. —Pero eres tan adorable que no puedo evitar llamarte bebé. - explicó. Se acercó al azabache y le tomó las mejillas para apretujarlas tiernamente. Itachi no aguanto más y estalló en risas.
—Cierra el pico. - gritó Molesto. Fugaku reía bajo para no ser escuchado por ninguno de los presentes. Sasuke rodó los ojos irritado
—¡Mirá la hora! - gritó asustada observando el reloj colgado en la pared.
—Debemos Irnos. - ordenó el padre de familia levantándose de su asiento. —Adiós cariño. - besó la cabeza de su esposa para segundos después salir de la casa hacía su auto
Los hermanos Uchiha besaron ambas mejillas de la pelinegra y siguieron a su padre.
En un lugar, más allá de la tierra (en el cielo para ser exactos), un ángel rubio perseguía a un pequeño zorro de pelaje peculiar y extremidades inferiores extras.
—Ven aquí, zorro estúpido. - ordenó divertido mientras volaba alrededor del animal.
—¿Otra vez de vago Naruto? - preguntó una bella angel de cabellos rojos como el fuego.
—No hay mucho que hacer por aquí. - respondió mientras descendía para estar a la altura de su madre. La mujer río levemente.
—Pronto será tu cumpleaños.
—Lo se. - una sonrisa triste se formó en el rostro del rubio.
—Kushina. - habló a lo lejos un ángel idéntico al rubio menor
—¡Minato! - exclamó contenta al ver llegar a su esposo. Se abalanzó hacia los brazos de su marido para ser abrazada por el. Naruto imitó la acción de su madre.
—Veo que mi familia está muy contenta hoy. - comentó el de ojos azules abrazando a su hijo y esposa. —¿Qué pasa?
—Hablabamos del cumpleaños de Naruto.
—Oh, es verdad. - recordó. Miró al más bajo con una sonrisa y revolvió sus cabellos dorados. —¿Qué le pedirás al Ángel Mayor? - preguntó curioso .
—Aún no lo sé. - contesto. Batió sus alas para elevarse y recostarse el en una nube blanca y esponjosa.
—Piensalo bien Naruto. Eso es un gran privilegio. - recomendó al reconocer lo tonto que podía ser su hijo.
—Y ¿Sí deseo volver a la vida? - preguntó con un brilló en sus azules ojos.
Minato y Kushina se miraron con preocupación. De nuevo la misma pregunta.
—Naruto, ya hablamos de esto. - recordó cansada.
—Lo se. "No puedes regresar a la tierra" - recordó, imitando la voz de su madre.
—Tranquilo cariño. Aún faltan cuatro días para tu cumpleaños .Tienes tiempo para pensar en lo que pedirás. - dijo en un intento de animar a su hijo.
—¡Tienes Razón! - exclamó alegré.
—Tenemos que regresar a nuestras labores. - avisó mientras movía sus grandes alas para elevarse.
—¡Perfecto!. Dejen a su guapo hijo morir de aburrimiento. - exclamó con fingida tristeza. Se dejó caer sobre una nube, agregando drama a su escena.
—Qué exagerado.
—A demás, ya estas muerto. - recordó. Agitó sus blancas alas y se elevó. Naruto formó un puchero en su boca y se cruzó de brazos, ofendido.
—Cuídate. - sin más, ambos adultos se alejaron del lugar.
—¡Adiós! - gritó con una gran sonrisa mientras agitaba su mano.
Al ya no percibir a sus padres se recostó en el hermoso pasto verde y suspiró cansado. Tomó delicadamente el collar azul de su cuello y lo miró detenidamente.
—Creo que ya sé que pediré. - dijo para si mismo. Cerró sus ojos quedando profundamente dormido.
En constante modificación.
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[🌱] Un mes en la tierra
ParanormalUna oportunidad para ver, una vez más, a su primer y único amor.