[🌱] Un mes en la tierra

02

Lunes. 7 am.

El timbre de la escuela inició su función, avisando a todos los alumnos que las clases estaban por comenzar.

Sasuke había llegado unos momentos antes de que la institución cerrara. Con un suspiro de alivió caminó hacía su salón con tranquilidad.

—¡Sasuke-kun. - llamó a lo lejos una chica de cabellos rosas. El pelinegro detuvo su andar para esperar a su amiga, algo que desconcertó a la muchacha.

—Hola Sakura. - saludó con una pequeña y casi invisible sonrisa.

—Te noto muy felíz. - observó mientras caminaba a la par del de ojos noche. —¿Será porque hoy cumples un año de novios con Shikamura? - se preguntó con aparente burla. Miró a Sasuke con una sonrisa pícara.

—¿Qué? ¡Porsupuesto qué no! - contestó con un leve sonrojo.

—Si, claro. - rodó los ojos con molestia. —Tu sonrojo dice otra cosa. - Sasuke frunció el ceño.

—Bien, de acuerdo. Es por eso.- admitió avergonzado.

—¡Lo sabía! - exclamó triunfante. —¿Qué le regalarás?

—Aún no lo se. - contestó, frotándose las manos apenado. —No le preparé nada, no pude pensar en algo decente. - suspiró. —¿Podrías ayudarme a buscar un obsequio para Shikamaru? - preguntó en un susurró.

Jamás pensó dejar su orgullo de lado y pedir ayuda para algo como esto. Pero el amaba al castaño con todo su corazón, y haría lo que fuera por el.

—¡Claro! - aceptó con una gran sonrisa. —Para eso están los amigos. - Sasuke le agradeció en silencio.

—¿Tienes algo en mente? - preguntó con curiosidad. La de ojos verdes pensaba en un buen regalo para el Nara. Se veía bastante concentrada en su trabajo.

—¡Un Collar! - gritó. Sasuke dio un pequeño salto, asustado por el repentino grito.

—¿Collar? - se preguntó confundido. En su opinión, el no veía nada especial en un collar.

—Me refiero a uno de esos collares para parejas. - explicó obvia. Sasuke torció la boca.

—¿Cómo Este? - preguntó. Tomó en sus manos el collar que colgaba de su cuello,y se hallaba escondido en su playera, para mostrárselo a su amiga cabellos de chicle.

—Exacto. - contestó mirando el collar con detenimiento. —¿Quién te lo dio? Tengo entendido que esos collares solo se dan entre parejas. - explicó confundida. Miró expectante a su al ojinegro, en busca de una respuesta.

Sasuke jamás habló sobre una ex pareja. Se suponía que ellos eran mejores amigos, y sus años de amistad   deberían ser suficientes para tener la confianza suficiente de contarse todo.

No iba a mentir, a Sakura le entristeció el pensar que su amistad con Sasuke no era tan especial y significativa como ella creía.

—No quiero hablar de eso. - sentenció, volviendo a su expresión sería de siempre. Guardó nuevamente el collar bajo su camisa azul.

—De acuerdo. - decidió no insistir más en el tema, a pesar de morir de curiosidad.

—¡Sasuke!, ¡Sakura! - gritó un joven pelicafe que se acercaba a la pareja de amigos. Se veía bastante agitado.

—Hola Kiba. - saludó la de mirada esmeralda. Sasuke sólo asintió en un cortó saludo.

—Wow, ¿Es mí imaginación o Sasuke se ve diferente? - preguntó observando detenidamente al muchacho frente a el, en busca de algún cambio. —No lo se. Parece más, ¿Cómo decirlo?, más... agradable. Si, eso.

—Cállate. - gruñó.

—Está felíz porque hoy es el aniversario Shikamaru y Sasuke. - respondió entre risas.

—¡No es verdad! - se defendió sonrojado.

—Cambiando de tema. Necesitó hablar con Sakura un momento. - pidió serio. La seriedad del Inuzuka los extrañó, tanto como el agradable aura del Uchiha.

—Uh, está bien. - aceptó insegura. Naturalmente relacionó su cambio de actitud con malas noticias.

—Los veré en el salón. - avisó y se fue de ahí. Dejándolos solos.

El Cielo.

—¿Crees qué sea una buena idea? - preguntó inseguro. El pequeño zorro rodó los ojos molesto, por tercera vez.¡Trataba de dormir por el amor a Dios!

—No-lo-sé. - contestó enojado.

—¿Y si no lo encuentro? ¿Qué pasa si no soy capaz de recordarlo? ¿Y si ya no quiere verme? - preguntaba preocupado, dando vueltas alrededor de su peludo amigo.

—¿Y qué pasa si no me interesa? - preguntó con burla. —Ahora déjame dormir mocoso.

—Se supone que debes ayudarme. - recordó de brazos cruzados.

—Y se supone que es MÍ hora de dormir. - atacó.

—Zorro estúpido.

—Mocoso malcriado. - defendió. Se acomodó en el suave césped y cayó dormido.

—Ojalá aún me recuerde.

En constante modificación.