—Bien... ¿Qué sucede Kiba? - preguntó curiosa, y ¿Por qué no?, algo asustada. La pareja de amigos se había alejado a un lugar más tranquilo, sin compañeros metiches que podrían arruinar todo.
—Promete que no le dirás nada a Sasuke ¿De acuerdo?
—Lo prometo. - aceptó algo preocupada. ¿Qué pasaba que Sasuke no podía enterarse? —¿Ahora me contestó contarás qué pasa?
—Shikamaru quiere que lleves a Sasuke al patio trasero en receso. - explicó quitando todo rastro de seriedad, para poner una gran sonrisa cómplice en su lugar.
—¿Es algo relacionado a su aniversario? - preguntó emocionada. Por su mente vagaban distintos escenarios románticos y cursis en donde la pareja eran protagonistas.
—Exactamente.
—¡Lo haré! - gritó con entusiasmo. —Confíen en mi.
La hora del receso llegó y la pelirosa llevaba casi arrastrando a su azabache amigo, destino al patio trasero.
—¡Suéltame Sakura! - ordenó molesto. Su brazo se encontraba atrapada entre las de sus amiga, con demasiado fuerza si se lo preguntan.
Sakura solo lo ignoró por completo y siguió su camino. Sin otra alternativa, el de ojos carbón se liberó del agarré con un ágil movimiento, procurando no lastimar a la chica en el proceso.
—¿Qué es lo que te pasa? - preguntó con extrañeza, ¿Acaso se había vuelto loca? Si no era así lo estaba considerando muy seriamente.
—¿A mi?, ¡Nada! - contestó nerviosa. Retomó su caminar apresuradamente seguido de Sasuke.
—¿Segura? - preguntó no muy convencido.
—¡Por supuesto! ¿Por qué no lo estaría? - exclamó con una sonrisa falsa. Nunca fue muy buena guardando secretos.
—Si, claro. - dijo con burla. No le creía nada.
—¿Conseguiste un regalo para Shikamaru? - preguntó, logrando cambiar de tema.
Sasuke quedó paralizado. ¡Había olvidado el regalo por completo!
—No tienes un obsequio. - afirmó sin preguntar más. Sasuke frunció el ceño sonrojado mientras su amiga lo miraba con desaprobación.
Sakura tomó su mochila rosa pastel, sacó una especie de ticket y se lo extendió al doncel con una sonrisa.
—¿Qué es esto? - preguntó recibiendo el trozo de papel, inspeccionando el ticket al derecho y al revés.
—Ve al comedor y entrega el ticket a la cocinera. Ella te entregará una canasta de postres. - explicó. —Recoge la canasta y nos vemos en el patio trasero. - ordenó.
—¿Por qué allá? - preguntó con una mueca de confusión.
—¡Porque yo lo digo! - gritó enojada. —¡Ahora ve por las galletas!
—Me voy. - dijo un poco asustado y se fue. Cuando Sakura lo perdió de vista pudo suspirar de alivio.
—Casi lo arruino.
Sasuke cargaba con dificultad la canasta de galletas, era bastante pesada a comparación de como se veía. Pero debía admitir que era bastante hermosa.
Le debía una a Sakura.
Cansado, llegó por fin a la entrada del lugar al que fue citado. Estaba pensando seriamente en arrastrar el canasto lo que resta del camino. Se adentró al lugar rogando no tirar el regalo
Sus ojos se abrieron asombrados, al ver a su novio esperando su llegada.
Shikamaru estaba parada al lado de un oso gigante de felpha, en su mano derecha sostenía una rosas negras y en la izquierda muchos globos azules.
El doncel soltó la canasta sorprendido y corrió hacía el castaño, lanzándose a los brazos de su novio. No importaba quién viera ni que pensaran los demás. Solo la alegría y el gran amor que sentían en ese momento.
—Muchas gracias. - le susurró al borde de las lágrimas. Estaba tan conmovido, jamás pensó que ese estúpido chico del que estaba enamorado haría algo como esto.
—¿Te gustó? - abrazó la cintura de Sasuke con cariño, impidiendo que se alejara.
—Claro que si. - contestó con una sonrisa. Tomó las mejillas del Nara y besó sus labios con ternura, demostrando cuanto se amaban.
Kiba y Sakura espiaban desde atrás, con pequeñas sonrisas adornando sus rostros. Estaban más que felices por sus amigos.
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[🌱] Un mes en la tierra
ParanormalUna oportunidad para ver, una vez más, a su primer y único amor.