¿Somaqué? [Parte 1]

192 5 3
                                    

Capricornio en multimedia

P.O.V. Capricornio ♑:

Me llamo Capricornio, mis amigos me dicen Capri... Bueno, así me dirían si los tuviera. Si, soy bastante solitaria. Prefiero estar sola que acompañada por las perras de mis compañeras o los cerdos de mis compañeros.

La única amiga que tuve en la vida, fue atropellada a los catorce años de edad. Si, mi vida apesta.

La gente no se me suele acercar. Me temen. Soy la rara.

Estaba saliendo de mi estúpido colegio, cuando me cruzo con una chica. Se veía nerviosa. Tenía el pelo negro y miraba al piso como si quisiera esquivar cualquier contacto con alguna otra persona. Quizá sea como yo... Bueno, en ese caso, pobre de ella.

El séquito de perras de mi colegio se cruzó en mi camino y tiró de la falda de mi uniforme. Momentáneamente, desaparecí.

¿Recuerdan que dije que soy rara? Bueno... Hablaba de un nivel extremo.

Corrí las calles que quedaban del infierno, digo "colegio" , a mi casa.

Abrí la puerta y vi como mi mamá y mi papá se corrían hacia un costado al verme. Si, mis padres me temen. Eso fue bastante feo en mi infancia, pero ahora me da igual. Si no me aceptan como soy, no son mis verdaderos padres y punto. Que se vayan a la mierda.

Pasé al living para dejar mis cosas. Pero no estaba sola.

—Señorita Capricornio, usted fue integrada en el internado Somao para chicos especiales —dijo un tipo vestido de abogado.

—Primero que nada, yo tengo de señorita lo que tu de bailarina. —Acusé con un dedo—. Y segundo... ¡¿Internado?! ¡¿Chicos especiales?! —Vi a mis padres asomando la cabeza—. Ustedes. Ustedes se quieren deshacer de mi.

—Señori... Capricornio, tiene hasta dentro de diez minutos para empacar lo que crea necesario.

Elegir entre irme de mi casa o quedarme me tardó... Medio segundo. Corrí hacia mi cuarto y guardé mucha ropa... demasiada ropa, en realidad.

—Listo, adiós donadores de óvulo y espermas.

Mis padres no respondieron y me fui con el tipo. Ja... ¿quien será secuestrada hoy? Sta nena.

En cuanto salí de casa, el hombre me guió a una limusina.

—Mamita... Y yo ahorrando para un Jeep.

El tipo ayudó con mi equipaje y me abrió la puerta para que entre al auto.

—Y... ¿como te llamas? —dije mientras el comenzaba a manejar.

—Eso es información clasificada.

—¿Tu nombre? Me gustaría poder responderle eso a los niños del parque que quieren jugar conmigo.

El señorito "no diré mi nombre", se rió.

—Al menos se que no eres robot —dije—. Pero en serio quiero saber tu nombre.

—Me llamo James...

—¿Bond?— Dijo sarcástica.

—No... James Gómez.

Di vuelta los ojos y me dispuse a mirar por la ventana.

Todo volvió al silencio. Dos minutos... Cinco... Media hora....

—¿A dónde vamos?

—El internado Somao para chicos especiales.

—¿Somaqué?

Somao (Historia Zodiacal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora