P.O.V. Cáncer ♋:
Estaba en un rincón de mi habitación llorando. Mi papá me había golpeado... De nuevo. Pero ésta vez, había sido más fuerte que las otras.
El golpe que me dio en el ojo por no ser un hombre, por siempre estar llorando. No sólo me dolió físicamente.
Sus ojos sin emoción más que desprecio me dolieron, al igual que las lágrimas de mi madre apartada por un empujón de él. Mi madre. Aún no entiendo como pudo casarse con semejante hombre.
Las escenas se repetían una y otra vez mientras las lágrimas bajaban empapando mi rostro de agua salada.
Pero después de quince minutos llorando sin parar, agarré papel higiénico del baño de mi habitación y soné mis mocos, para después respirar hondo, calmarme y secar mis lágrimas, sonriéndole mostrándome fuerte ante la situación, como si nunca hubiese pasado, como si lo hubiese olvidado.
Porque así era, después de tantos maltratos de mi padre, hacia mi y mi madre, lo había aprendido. De alguna manera lo "olvidaba", al igual que hacía que mi madre también lo olvidara.
Todos los días llegaba al colegio solo, sin nadie. Me la pasaba solo todo el día, pero con una sonrisa que nadie podría borrar... Excepto mi padre, como siempre.
Miré mi ropa.
No estaba sucia ni rota, pero definitivamente me iba muy grande. Mi padre me da la ropa que ya no usa, y él es muy cuidadoso con las cosas materiales... Sólo con las materiales.
—¡Ve a abrir, inútil! —me grita mi padre después de que el timbre suene.
Me mojo la cara para sacar por completo mis lágrimas y bajo a abrir la puerta.
—Hola, Cáncer. ¿Puedo pasar? —me preguntó un chico de unos veinte años.
—Hola, pasa. —dije abriendo más la puerta para que pase.
—¿Quién es, hijo? —dijo dulcemente mi madre. Cuando la miré tenía una cara triste, pero la miré profundamente, y esa mirada se transformó en una más dulce y calmada. Había hecho que olvide. Verla sufrir me dolía.
—Hola, señora. Mi nombre es Simon. —El amable chico extendió una mano y se la estrechó a mi mamá.
Mi padre se acercó con el ceño fruncido y miró las manos estrechadas de mi madre y Simon.
Vi en su rostro la ira subiendo a cada segundo.
—¡¿Quién es éste, perra?! —le gritó a mi mamá agarrándola por los hombros.
Él nunca la había tocado. Sólo a mi.
Mis ojos se llenaron de horror, y justo cuando iba a hacer algo, Simon, el chico en traje, separó a mi madre del el hombre que dice ser mi padre y le pegó un puñetazo para después poner sus manos detrás de su espalda y sacar unas esposas.
Esperen... ¿Esposas?
—Señora, suba al auto. Cáncer, ve a arriba a agarrar todo lo necesario tuyo y de tu madre para irse.
Mi madre iba a reprochar pero la miré y ella entendió que estaría bien. Salió rápidamente por la puerta y se adentró al auto mientras yo subía las escaleras para buscar dos valijas y meter todo lo nuestro allí, que no era mucho.
Cuando bajé salí por la puerta sin escuchar absolutamente nada de lo que decían. Tampoco veía. Sólo quería salir de éste infierno.
Entro al auto y mi mamá me abraza por los hombros, sin decir nada.
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Somao (Historia Zodiacal)
AléatoireLos signos del Zodiaco son obligados a ir a vivir al internado Somao para chicos especiales. Todas sus vidas habían sido tratados de raritos mutantes sólo porque podían hacer cosas que ningún adolescente normal podría hacer. Los padres de cad...