Primer sueño: Anclado a un sueño

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-¿Que piensa usted de esto que está pasando por mi cabeza?

-¿Porque me preguntas a mí?

-¿No estas estudiando psicología?

-Pues si...

-Dale, solo escúchame no te cuesta nada; Sonrío mientras lo dijo

-Está bien; Apenas dice eso se empieza a acostar en la silla del tren ocupando un gran espacio

-Espera, ¿Qué haces?

-¿No dicen ustedes que acostado fluye mejor los pensamientos y así pueden entender a profundidad lo que su paciente relata?

-Pues sí, pero estamos en un tren y estas ocupando gran parte del asiento que pueden usar otras personas

-Por favor amigo, son las 11 de la noche y a parte de nosotros, el conductor del tren y ese vago del asiento trasero; hace una pausa y mira hacia atrás donde estaba aquel vago y dice. -Usted disculpara gran señor

-No hay de qué; dice el vago mientras se acuesta a dormir.

-Tu no respetas a nadie amigo

-Le pedí perdón así que todo está bien con el vago... Digo, con el señor; mi amigo me voltea los ojos y se cruza de piernas, cuando hace eso aprovecho para decirle. -Me vas a ayudar ¿si o no?

-Dale; me volví a acostar y empecé a relatar mi sueño.

-Tengo un sueño que es bastante recurrente, en el que estoy corriendo en un camino lo bastante largo como para no ver el final, pero hay un grillete al inicio de este camino el cual está amarrado a mi cuello y cada que avanzo en ese gran camino la cadena en vez de romperse se hace más larga; él mismo interrumpe la historia para preguntar. -¿Qué significa este sueño?

-Algo te está atando al pasado, por lo general las personas se aferran a su pasado para seguir adelante pero cuando es un pasado malo estos hechos te atan como grilletes al cuello. ¿Cómo fue tu infancia?

-Vaya que lo dedujiste bastante rápido, me echaron de la casa por robarle un dinero a mi padre el cual estaba en su nochero

-¿Por qué lo hiciste?

-Mi padre era un borracho el cual se gastaba toda la pensión en alcohol y prostitutas y mis hermanos y yo comíamos lo que podíamos conseguir en la calle, esa es la razón por la cual robe aquel dinero...Mi madre, mi hermosa madre murió al parir a mi último hermano, sabes aún después de irme de la casa seguía en contacto con mis hermanos; era el mayor de los tres, y con tan solo nueve años de edad yo era el verdadero hombre de la casa, empecé a ahorrar cierta cantidad del dinero que me ganaba haciendo trabajos, trabajos demasiado pesados para un niño pero un día cualquiera a los catorce un hombre me tendió su mano y me adopto de la calle.

Interrumpe para decir. -Por fin algo bueno de lo que me estas relatando.

Sonríe y continua -Aquel señor me dio las bases y una educación, pero a cambio se apoderaba de mi cuerpo cada que le placía, no dije nada pues tenia un techo y como ayudar a mis hermanos; Mis hermanos... 17 de noviembre falleció mi pequeño hermano dice el historial médico que su deceso fue por un neumotórax espontaneo, pero mi hermano me conto que mi padre le propicio una paliza por agarrar el ultimo pan que había en la casa; ese pan se lo había dado yo para que comieran esa noche.

-¿Tiene alguna parte buena esta historia?

-La tiene, pero hay que esperar para escucharla; un día mientras estaba estudiando en la universidad agarre el periódico y en la primera pagina estaba el titular "Muere baleado por intentar robar a un transeúnte" al adentrarme más en la noticia me lleve una sorpresa cuando el nombre de aquel transeúnte era el mismo de mi padre; Pensé que lo había matado mi hermano, pero sabia que el no seria capaz de tal hazaña. Esto sucedió hace 96 horas, cuatro días para ser mas específicos; hoy estando contigo en este tren... hace una pausa para levantarse de donde estaba recostado -Confieso que mate a mi padre y a aquel señor que me rescato de la calle... Y ésta, mi querido amigo es la parte feliz de la historia, pero no el final. Mete su mano en el bolso y saca un arma de el -Con esta arma que les dio final a los dos grandes pesares de mi vida, daré final a mi historia. Se escucha un disparo y todo se tiñe de negro.

Momentos más tarde llega la policía a hacer el levantamiento del cuerpo.

-¿Señor me podría decir que paso acá? Pregunta un policía; a lo que responden.

-El estaba sentado en aquel banquillo del tren sin decir una sola palabra y en su mirada se notaba ido, y de un momento a otro saco un arma se la puso en la boca y disparo.

-¿Lo acompañaba alguien más?

-Estaba solo; Responde aquel vago al policial a cargo de la investigación.

"Al final de nuestra historia, lo único que nos acompañara serán nuestros pensamientos"

Cartas a la nada,  Corazones añorando nacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora