20

2.6K 213 97
                                    

Maratón 2/3

–Bueno, yo estoy muy cansada... así que mejo me voy a dormir. –Es lo único que sale de mis labios.

De repente el ambiente se torna muy incómodo, lo que hace que ambos nos separemos y evitemos mirarnos a la cara.

–Sí, eh, tienes razón, deberíamos descansar. ¿Hablamos mañana? –Asiento, sin poder mirarlo.

Me despojo de la ropa y el maquillaje y me pongo el pijama, queriendo acabar con uno de los días más extraños de mi vida lo antes posible. Pero, una vez que estoy en la cama, no puedo dormir, mi cerebro está intentando darle sentido a todo lo que acaba de pasar. Y no tengo idea de cómo lo sé, pero siento que Stiles está igual que yo.

Estoy dando vueltas en la cama por media hora más, hasta que finalmente me decido y me levanto, ya cansa de estar tirada como si algo fuera a suceder. Me pongo el salto de cama y voy hasta la cocina para hacerme un té y poder despejar mi cabeza. Camino a oscuras para no despertar a Stiles, teniendo la pequeña esperanza de que él sí se haya podido dormir. Estoy esperando que el agua termine de calentarse cuando de repente se enciende la luz, y yo salto del susto.

–Lo siento, no quería asustarte –me dice Stiles al darse cuenta de que salté como si mi vida dependiese de ello.

–No pasa nada, solo estaba haciéndome un té, ¿quieres uno?

–Claro, gracias. –Tenemos un silencio embarazoso mientras que Stiles se acerca con lentitud y se sienta, esperando con una sonrisa incómoda. – ¿No podías dormir? –Niego con la cabeza al tiempo que apago el fuego, y sirvo el agua hirviendo en dos tazas.

–No, la cabeza no deja de darme vueltas.

–A mí tampoco, gracias. –Me responde cuando le doy el té. Dejo el azúcar en la mesada y apoyo los codos para tener equilibro. Lo tengo observándome, frente a frente, sin escapatoria. Dirijo toda mi atención al té y cuánta azúcar debería ponerle, evitando mirarlo a los ojos. –Oye, ¿podemos hablar de lo que pasó? Sé que no fue hace mucho y probablemente no tengas nada claro pero creo que hasta que no lo charlemos ninguno de los dos va a poder dormir.

–Bueno, entonces hablemos, necesito poder dormirme.

–Lydia, creo que me gustas, y mucho. Comenzó como algo inocente, lo juro, cuando viniste y me dijiste que dejara de tocar la batería, lo último que se me cruzó por la mente fue salir contigo. Pero no sé, comenzamos a juntarnos, y siempre me habías parecido linda desde el secundario. Empecé a conocerte mejor, y cada vez me interesaste más y más y más, pero no quería decir nada, ni arruinar nuestra amistad. Además, ¿si algo salía mal? Vivimos juntos, por el amor de Dios. Creo que a lo que quiero llegar es... realmente no sé muy bien qué significa lo que pasó hoy, pero quiero que sepas que me importas y me gustaría intentar contigo Lyds, en serio que sí.

Me quedo un tiempo en silencio, evaluando todo lo que me dijo, intentando poder descifrar qué responder, pero la verdad es que no tengo ni la más mínima idea.

–Stiles, estaba cenando con Jackson, y en lo único que podía pensar era en ti. No sé qué es lo que siento ni a dónde nos lleva, pero sé que no quiero dejarlo así, creo que tienes razón.

–Entonces, ¿qué quieres hacer? –Me pregunta, todavía un poco de incomodidad en su rostro.

–No lo sé, tal vez deberíamos salir, intentar ver si funcionamos románticamente, ¿no crees?

–Creo que tienes razón, ¿mañana por la noche? –Asiento, volviendo la atención a mí, ahora, casi frío té.

Veo como una sonrisa se le instala en el rostro, y no puedo evitar sonreír yo también. Dejo la taza para lavarla mañana, y Stiles me imita. Caminamos juntos hasta el final del living, donde nos tenemos que separar para ir cada uno por su lado. Nos observamos por unos segundos, sin saber muy bien cómo hacer.

Terminamos fundiéndonos en un incómodo abrazo que dura más de lo normal y simplemente se siente... mal.

–Descansa Stiles –le digo cuando finalmente nos separamos y cada uno comienza a caminar hacia su habitación.

–Igualmente Lyds, nos vemos mañana. –Me dedica un guiño y se da vuelta, dejándome su espalda descubierta a la vista.


Alli: TE LO DIJE

Lyds: Alli

Alli: NO. TE LO DIJE.

Alli: TE DIJE QUE ESTO IBA A PASAR.

Alli: Dios, me encanta tener razón.

Lyds: ¿Puedes dejar de regocijarte y ayudarme a elegir qué ponerme? Tengo dos opciones pero no tengo ni la menor idea de qué voy a usar, no quiero ir desnuda.

Alli: Dudo que a él le moleste si vas con el conjunto rojo que te regalé para la última navidad pero bueno... veámoslo.

Lyds:

Alli: No necesito que me mandes la segunda, es ese vestido, sí o sí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Alli: No necesito que me mandes la segunda, es ese vestido, sí o sí.

Lyds: Pero todavía ni siquiera lo viste, es blanco y queda lindo.

Alli: No quiero verlo, ese es EL vestido.

Lyds: Bueno Alli, ¡muchas gracias!

Alli: Voy a estar esperando ese llamado.

Lyds: Pervertida, adiós.

Haciéndole caso a Alli, me dejo el vestido que eligió. Lo complemento con sombra negra, máscara, y un labial nude para no opacar el color del vestido. Una vez que estoy lista, agarro mi cartera ya lista. Stiles toca la puerta de mi habitación justo cuando me estoy poniendo la campera de cuero. Abro y le dedico una sonrisa algo nerviosa, no tengo ni la más mínima idea de cómo hacer esto.

Se queda embobado por unos segundos, observándome. Finalmente, llega a mi rostro y me dedica una de sus sonrisas más sinceras.

–Lyds, te ves hermosa. –Por alguna razón, al escuchar su voz, me tranquilizo un poco. Es Stiles. – ¿Vamos?

Asiento, y Stiles me ofrece la mano. La tomo al tiempo que cierro la puerta de mi habitación, y juntos pasamos por el living y la cocina hasta llegar a la puerta de nuestro departamento. No es hasta que estamos en el ascensor que Stiles vuelve a hablar.

–Okay, no sé por qué, pero estoy muy nervioso.

–Yo también –le respondo casi en seguida.

–No quiero arruinar lo que ya tenemos, pero realmente quiero que esta cita salga bien porque la realidad es que me fascinas Lyds. –Sus palabras, como suele pasar, hacen que me quede completamente muda.

–Stiles, va a estar todo bien. Porque cuando se trata de nosotros, nada puede salir mal, y realmente lo creo. –Me dedica una sonrisa al tiempo que salimos del ascensor y nos encaminamos hacia la puerta que da a la calle, listos para comenzar nuestra primera cita oficial.

The drummer upstairs ; StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora