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Otra vez viernes. Justin suspiró mientras salía del teatro. La imagen de _____ bailando aun cruzaba por su mente, ¿Qué tenía ella que lo hacía desear que la semana pasara rápido para al fin verla a ella? Sus ojos ansiaban por que todos los días fueran viernes. Eran incontables las veces que había soñado con ella. Sus largas piernas alrededor de su cintura, mientras él empujaba en lo más profundo de sus entrañas. Sus senos aplastar contra su pecho, saboreando la deliciosa sensación de sus pezones endurecerse mientras él la apretaba más hacia él…
- ¡Oye! ¡Espera!
Él se giró. Y la vio a ella, bellísima. Justin se quedó congelado mientras la veía correr hacia él. Se había cambiado de ropa, y ahora vestía unos jeans ajustados junto con unos converse y un abrigo ceñido a su cuerpo. Era aun más preciosa de cerca.
- Justin. ¿Verdad?- preguntó ella, una vez que estaba al frente de él.
Justin asintió, incapaz de articular alguna palabra y _____ chilló de la emoción para luego tirarse encima de él y abrazarlo. Conmocionado, él solo reacciono a colocar sus manos en su cadera. Lo estaba abrazando tan fuerte que hasta el mismo temía que sus costillas se rompieran. _____ se separó para regalarle una sonrisa que fue directo hacia su erección, ahora hinchada.
- Un gusto conocerte. Soy _____ Moore.- estiró la mano hacia Justin y él la estrecho. Justin pudo sentir la suavidad de su piel al formar contacto con la suya, y se preguntó que tan suave podría ser al sentirla debajo de él.- no sé porque lo hiciste, pero te estoy muy agradecida por el dinero que has donado. Estoy en deuda contigo.
- No hay de que. Fue un placer cooperar para ti y la escuela.
- ¿Te gustaría tomar una taza de café?
Justin pestañó varias veces antes de hablar, extrañado por el cambio tan brusco de tema.
- ¿Perdón?
- Te perdono todo lo que quieras, cariño. Ahora ven y vamos a tomar alguna taza de café, yo invito. Es lo menos que puedo ofrecerte después de lo que has hecho por mí.
A Justin se le iluminó la mente. Una sonrisa traviesa se asomó por sus labios.
- ¿Qué te parece si vamos a cenar a algún restaurante?
Justin pudo notar la duda en su rostro. _____ se encogió, avergonzada por la idea de tener que admitir que no tenía el dinero suficiente cómo para pagar una cena en un restaurante.
- Yo invito.- se le adelantó él, antes de que pudiera hablar.
- No lo sé, creo que seria mejor…
- No te preocupes. Vamos, cenaremos en el Push.- le sonrío.
_____ se sorprendió. El Push era el restaurante más costoso de toda la ciudad. Con comida exótica y personas de economía alta, _____ estaba lejos de cenar algún día ahí. Justin estaba forrado de dinero. Siendo el hijo único del doctor mas conocido de todo Los Ángeles y de una exitosa abogada, la falta de dinero no era un problema para él. Por eso no le dolió tanto cuando donó los quinientos dólares.
- Está bien.- aceptó ella, mientras le sonreía débilmente.
La sonrisa en el rostro de Justin se ensanchó.