Sabes, desde el fondo de mi corazón siento que nunca debí haber nacido, tal vez solo fui un error en esta vida, y eso explicaría mucho en estos momentos.Sentía que simplemente no encajaba en mi familia, mi madre pasaba de mi, y mis dos hermanos eran la esencia pura de mi padre, que ya no está presente con nosotros, pero a decir verdad nunca lo conocí.
El orgullo del hogar se centraba principalmente sobre mis hermanos. Mi hermano mayor tenía nota en la universidad y como es claro, era mérito para que toda la familia pasara diciéndome que debería ser como él. Luego mi otro hermano que aún asiste al colegio, tal cual para cuál, repitió curso pero al final comenzó a tener excelentes calificaciones por arte de magia, lo digo por el simple hecho que no hay ningún momento donde lo haya visto estudiando, siempre se pasa horas y horas frente al televisor mientras juega algo en la consola, y recordándoles lo que dije al principio, mi madre estaba orgullosa de él a más no poder. Y luego estaba yo, asistía al colegio, llevaba una vida normal hasta que estos hechos en mi casa se fueron presenciando cada vez más, y con eso hago referencia a los halagos, lágrimas de felicidad y la preferencia de mi madre hacía mis hermanos me llegaban a afectar demasiado; mis calificaciones no eran méritos de celebrar pero me daba a basto para poder pasar el curso, pero para ella no era lo suficiente. Las frases "eres una inútil" "nunca serás nada en esta vida" se hacían presentes en cada discusión con mi madre. En la casa no podía opinar, no podía ni siquiera decir como fue mi día, al fin y al cabo nadie pondría atención a las palabras de diría.
Mis días se pasaban en lo que era asistir al instituto y estar encerrada en mi habitación por lo que restaba del día, luego para que en la noche mi madre llegue, literalmente, botando la puerta solo para decirme que soy una vagabunda y luego sale sin más, si tan solo me preguntara qué hacía toda esa tarde encerrada en mi habitación, la respuesta sería: estudiando.
Nunca hablo con nadie sobre estas cosas, tal vez por eso me siento algo rara, pero en fin, como no soy como mis hermanos, que apenas con un estornudo ya los están llevando al doctor, entonces los malestares que siento no son para nada relevantes.
Carta encontraba en la papelera de la habitación de Annie, justamente 3 meses después que fue ingresada al centro psiquiátrico de la ciudad.
