-Odio tener que decir esto, pero te lo dije - fueron las palabras que salieron de mi boca.
Él estaba furioso, desconcertado, triste. Sus preciosos ojos azules estaban llenos de lágrimas, lo que hacía que mi corazón se partiera en mil pedazos y, a su vez, se llenara de rabia.
Él no dejaba de voltear hacia donde todo había pasado y, de pronto, las lágrimas se esfumaron y en su mirada apareció un brillo.-Estoy seguro que ella tiene una explicación - Dijo Till con un tono esperanzador en la voz.
-¿Qué? - respondí sorprendida
-Si. Tal vez...
- ¡Detente!- grité sin dejarlo terminar la frase, ¿Hablas en serio?
Él solo me respondió con la mirada, la misma mirada que hacia siempre cuando dejaba "explicar" a Sophia sus acciones, la que hacia cuando la perdonaba y seguían su "relación".
-Voy a hablar con ella - Me dijo mientras se ecaminaba al salón en donde ella se encontraba.
-Por favor, no...- Dije sujetando su hombro.
-Seguro tiene una explicación, siempre la hay, aún me quiere, si no lo hiciera no diría nada.
Casi me desmayo.
-¿Que aún te quiere? - le dije en un tono sarcástico.
-Por supuesto, yo aún lo hago
Sentí como si me hubieran clavado una daga en el corazón, creo que eso hubiera sido menos doloroso, no pude evitar alterarme.
-Que tú...¿qué? No estás hablando en serio, no puedes estarlo...
Él solo me miró
-¡Por favor!, ¿Cómo puedes quererla aún, después de todo lo que te ha hecho?
-Vamos, yo hice eso varias veces, es lo que merezco, no soy un santo
No supe qué decir, me quedé atónita, viendo cómo él seguía su camino hacia Sophia. Iba a ignorar todo otra vez.
-Till...
-Aún la amo
Exploté.
-¡Pero ella no a ti! - le grité furiosa. Él se volvió hacia mi y yo solo continúe gritándole un millón de razones por las cuáles no debía volver con ella, no podía calmarme.
-Ella no te merece, puedes conseguir una mejor relación, a una persona que de verdad te aprecie, incluso podrías tener en frente de ti a alguien que te ama más de lo que ella dice amarte
-¿Qué quieres decir?
Sentí una opresión en el pecho, lo miré directo a los ojos, mis labios comenzaron a abrirse y, sin pensarlo dos veces, le dije:
-¡Te amo!, maldita sea, ¡te amo y siempre lo he hecho!
Desperté...
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Ich Liebe Dich
Romance¿Qué pasa cuando te das cuenta que tu musa se ha olvidado de ti?