El amor y las flores

225 25 2
                                    

"Te amo y siempre lo he hecho", esas palabras no han salido de mi mente desde aquella noche en que ella me las grito.
Hace ya varios días desde aquella fiesta a la cual hubiera preferido no asistir, varios días desde que vi  a Sophia besándose con otro, varios días sin saber nada de ella, de aquella chica, la que me ama...la que me amaba de verdad.
Me levanto de la cama y voy directo al balcón de mi habitación; me pongo a contemplar el paisaje pues, como ya dije, hace varios días que no salgo ni siquiera al balcón. Me la he pasado escribiendo, bebiendo, pensando...
Vuelvo a la habitación y tomo mi celular, el cual ha permanecido apagado. 50 llamadas perdidas de Sophia, 20 de mi madre, 20 de mis hijas, 100 mensajes de los chicos, pero nada de ella. Cero mensajes, cero llamadas, simplemente nada.

Me siento muy raro, tan solo...

Es cierto que la soledad a veces actúa en mi como detonante de una ola de creatividad, ya saben, el arte no puede existir sin el dolor, pero esta vez es diferente, no he tenido ninguna idea. Es cierto, escribí un poco, pero solo los primeros días, después, no se me ocurrió nada, ni un poema, ni una canción, solo tenía aquellas palabras, "Te amo y siempre lo he hecho".
Sigo en shock, pero vamos, ¿de qué me sorprendo? Ya había pasado antes, incluso alguna vez yo lo dije, alguna vez...
Bajo las escaleras y llego a la sala de estar. Todo está en orden, excepto unos juguetes que mi pequeño Fritz dejó la última vez que vino a visitarme. Me encanta que venga a verme.
¿Qué es ese sonido? Ah, claro, mi estómago.
Voy lentamente a la cocina, observando todo lo que cuelga de mis paredes, discos, fotos...


Jugo, huevos, salchichas, algo sencillo y nutritivo, debo alimentarme bien, con los años uno debe cuidarse.

Terminé.

Vuelvo a la recámara, tomo una ducha, me pongo unas buenas prendas y de vuelta al balcón.
Aún es temprano, es una bella vista, los pájaros cantan, el sol resplandece..., el sol, me recuerda a sus ojos...

Acabo de tener una idea, por fin, detesto no poder escribir.
Entro a la recámara, tomo mi pequeña libreta y el bolígrafo que siempre llevo conmigo y escribo:

"¿Cómo es que vienes a mi solo tras el sueño?
Te digo
Que apenas me atrevo a pensar en ti"*****

Se hace tarde.


Tomo mis llaves, cartera, celular y salgo de casa, tengo una reunión con la banda, por fin.
Al salir al exterior, noto la presencia de unas bellas flores en mi jardín y entonces pienso:

El amor es como una flor. Hasta la más hermosa muere.







****Ich liebe dich, poema de Till Lindemann, "In stillen Nächten", 2013

Ich Liebe DichDonde viven las historias. Descúbrelo ahora