22 de Septiembre de 2016
Querido diario,
Aún sigo sin creerlo, el amor de mi vida ha vuelto, pero ahora nada es como antes... ¿Cómo se supone que le diré todo? ¿Cómo se supone que me dejarán estar cerca de ella? La extraño. No quiero seguir sufriend...
Creo que ahora solo escribiré los sábados... y es que todos los días estoy con Lauren. Pero aún no olvido que debo de escribir, por suerte mi mamá no sabe... tal vez deba explicar esto...
Cuando fui al psicólogo me dijo que parte de mi terapia sería "escribir en un diario", yo no estaba tan acostumbrada a un diario, claro que tenía uno pero casi nunca escribía, además no sentía la necesidad de escribir en el, pero ahora ha sido diferente. Desde mi problema he sentido que debo expresar más mis emociones, lo que siento... y es lo que hago, el día que mi mamá casi encuentra mi diario (el que casi no ocupaba) casi me da un infarto, y es que ahí... escribo bastantes cosas que nunca le he contado a nadie.
En fin, no iba a escribir sobre esto... lo que quería era contarte sobre las tardes que he pasado con Lauren...
(...)
-Entonces... ¿crees que puedas hacerlo? –me preguntó Lauren.
-No lo creo... me va a doler. –dije segura.
-Bueno... la primera vez siempre duele... pero ya una vez que prácticas las cosas son mejores. ¿Qué dices?
Me quedé penando unos segundos.
-Está bien. –me acerque a Lauren y tome la patineta que traía en la mano.
La puse en el suelo y lentamente subí mi pie para intentar moverme con ella.
-Sólo mantén el equilibrio.
Y eso intenté hacer... la patineta comenzó a moverse un poco, aunque mi equilibrio no era tan bueno.
-¡Vas bien! –me alentó Lauren.
Y eso creía... hasta que choque con una piedrita y me caí, por suerte pude meter mis manos para no rasparme toda la cara.
Lauren corrió hacia mí.
-¿Estás bien Camz? –revisó mi rodillo, y tenía un gran raspón, me ardía demasiado.
-Duele... -dije.
-¡LAUREN! –Gritó Chris.- ¡MI PATINETA! POR ESO NUNCA TE LA PRESTO!
-Cállate Chris, mejor trae una venda o algo...
Chris rodo los ojos y fue por lo que le dijo Lauren.
Cuando trajo el pequeño botiquín, Lauren me puso algo que hizo que me ardiera aún más...
-¡AHHHH! –Grite.
-Cállate Camila, que pensarán que te estamos matando. –dijo Chris.
-Es que duele...
-Ya tranquila –hablo Lauren mientras me daba un pequeño beso en mi herida.- Estarás mejor.
Y aunque ella no lo supiera, eso significaba mucho para mí.
(...)
Cuando llegue a casa mi mamá corrió hacia mí para saber que me había pasado, hasta que le conté. Subí a mi cuarto y quise sacar mi diario para escribir esta anécdota, pero no lo encontré. Entre en pánico.
-¡Mamá! –grité.
Mi mamá apareció unos segundos después.
-¿Qué paso? –preguntó.
-¿Y... y mi diario? –dije.
-Ah, estaba limpiando tu cuarto y sin querer... se mojo de una esquina... pero lo puse a secar...
Intenté calmarme.
-Tranquila hija, yo nunca leería tus cosas privadas. –Se acerco a mí y me abrazo.- Vamos por el...
Guarde mi diario en el cajón, no estaba tan mal después de todo. Me quedé acostada un rato hasta se me ocurrió mirar mi antiguo diario... lo tome, estaba con bastante polvo.
Lo abrí e intente no leer todo...
-Camila. –Me sobresalté y guarde mi diario.- Perdón... tu mamá me dijo que pasará.
-Está bien. ¿Qué haces aquí?
-Quise saber cómo estabas –se encogió de hombros.
-No tenías que venir Lauren...
(...)
Lauren ha sido muy atenta conmigo, hoy la invite a tener una pijamada conmigo... espero que sus padres la dejen. Seguro nos divertiremos.
Hasta luego diario.
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Nota:
¡Perdón por tardar! Ya casi la termino, así que espero que les guste de verdad.
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