Bad romance { Gerard Way } Terminada

Gerard

Al día siguiente amaneció un poco nublado, pero habia rayitos de luz iluminando mi habitación.
Ese día tenía consulta con Gerard, me arreglé un poco, y por arreglar me refiería a peinarme y lavarme la cara y los dientes.

Al secar mis labios con el papel me acorde de los besos de Odri...eran como una droga para mi. Bien Ane te besas con un completo extraño del que solo sabes su nombre.

La señora canosa entró y me diriguió con ella a la consulta de Gerard. Y alli estaba el tan impecable como siempre, luciendo esa sonrisa tan bonita.

¡Buenos días Ane!.-dijo de buen humor.

Buenos días Gerard.- dije para ser educada
¿Cómo te encuentras hoy Ane?.- habló mientras se acomodaba en silla. Yo me quedé mirándole cada gesto, cada ángulo de su rostro, de su pelo, de sus manos...era idéntico a Odri.
¿Ane?.- escuché mi nombre lo cual me hizo salir de mi pequeño trance.
Eh...yo bueno estoy bien...supongo.- dije confusa.
Supones...- dijo riendo.
¿Qué es tan divertido?.- dije seriamente.
Oh Ane, no te lo tomes a mal, solo ne hizo gracia tu respuesta nada mas.- dijo mostrando sus dientes, Gerard sonreía demasiado.
He vuelto a ver a Odri...- dije sin pensarlo.
Odri...Ane de verdad...tu cuentame como es ese tal Odri.- dijo serio.
Gerard, no estoy loca yo lo he visto, Odri es real...su corazón late está vivo.- dije acercándome a la mesa.
¿ De que hablas con Odri?
No...n...no hablamos mucho, solo nos besamos.- dije un poco avergonzada.
¿No intercambiais dialogos?.- dijo humedeciendo sus labios.
No demasiados...es demencial, le he buscado y no esta en este hospital...pero Odri existe.
Ane...querida...ya te dije que en este lugar no hay ningún paciente con ese nombre.
El también me dice querida.- dije sonriendo insconcientemente.- Gerard tienes que creerme.
También tengo que creer que es igual a mi?.- dijo confundido.
Es que lo es Gerard, estoy muy asustada, me he besado con un tipo que es idéntico a mi terapeuta...
¿Me puedes llevar a dónde Odri y tu os veis?.- dijo mirandome fijamente a los ojos.
Asentí y me levanté de mi silla para ir al jardín de la reina de corazones.
Deambulamos hasta llegar hacia el sauce central, con la compañia de otros enfermos amenizando nuestro pequeño paseo.

Llegamos, aquí es donde suelo verle.- dije sentándome donde Odri habia dibujado la noche anterior.
Gerard también se sentó enfrente de mi.- ¿Sobre que hora lo ves Ane?.
Suelen ser por la tarde noche, casi a la puesta de sol...el siempre esta aquí.- dije sonriendo.- Es muy infantil, pero luego cuando...cuando me besa es todo un experto.- dije sonrojada.
Gerard asintió.- Creo que deberiamos volver.- dijo levántandose y estirando su mano para ayudarme.
Miré su mano huesuda como la de Odri y me agarré a ella para levantarme.
Gerard tienes que creerme, no estoy loca, puedes venir a conocerlo conmigo.- dije esperanzada, no quería que Gerard me pusiera otra dosis de pastillas, no podía sino no podría ir a ver a Odri.
¿ Crees que sea buena idea conocer a Odri, Ane?.- dijo dudoso.
¿Por qué no?.- dije aturulladamente.
Gerard guardo silencio y solo miró por la ventana. Me levanté y fui hacia el, pero este se giró muy deprisa y casi pierdo el equilibrio.
Gerard me sujetó por la espalda con sus dos manos. Mis manos yacían sobre su torso, e inconscientemente se movieron hacia su pelo acariciandolo cuidadosamente.
Gerard tenía un pelo suave y con olor a limpio, mientras que los cabellos de Odri solían estar enmarañados y algo grasosos.
Sin darme cuenta pronto me encontré besando los labios de Gerard. Estos eran finos, como los de Odri, y tan suaves...con un cierto sabor a dulce, como los de Odri.
Abrí los ojos durante el beso y vi como Gerard los tenía cerrados...le estaba gustando mi beso...
El cobró la cordura y se apartó de inmediato.
Lo...lo siento.- dije tapando mi boca.
Ane...- No me siento bien quiero ir a mi habitación.- dije apresuradamente.
Gerard...porfavor creeme.- dije antes de abrir la puerta para irme.

Entré a mi habitación y me tumbé en mi cama, aún tenía ese sabor dulce de Gerard deambulando en mis papilas gustativas, se parecía tanto al de Odri.
Me estaba volviendo una loca de verdad?....Estaba muy confusa tanto que yo misma le pedí a la enfermera que me diera una dosis de calmantes.

Esa noche no vi a Odri ya que me quedé dormida por la sobredosis.