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CAPITULO 2

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CAPITULO 2




El día fue complicado desde un inicio, terminamos exhaustos, puesto que el último concierto debe dejar la sensación más hermosa en nuestros espectadores. Aun así, no podemos descansar, pues la presión de una nueva canción es cada vez más intensa.

Los chicos cuestionan el cómo, ¿Cómo se realizara esta canción?, ¿De qué mundo nos basaremos para poder expresar tanto en unas cuantas letras?, ¿De dónde sacaremos una inspiración que es imposible de encontrar?, ¿Quién nos podrá ayudar en esta nueva meta que nos proponemos y nos recalcan sin ninguna protesta?

El camino de regreso al hotel se vuelve lento, se vuelve nostálgico, y, a través de las ventanas se observa la naturaleza dando su belleza a la noche próxima, viendo la flora bailar con el viento, y a la fauna siendo amorosa con sus semejantes; a los niños compartiendo sus helados con el de a lado, viendo como otro grupo de niños se encuentran alegremente jugando, mientras los padres platican y ríen por volverse a ver; los jóvenes tomando moderadamente, riendo y bromeando entre ellos; parejas caminando juntas, entrelazando sus dedos y tomándose tiernamente; adultos mayores riendo mutuamente, con las manos juntas y mirándose con ternura.

Todo aquello podría ser una verdadera inspiración, pero ninguno de nosotros tenía alguna idea para esa canción, ninguno se inspiraba con lo que veía. Para escribir, debemos sentir lo que queremos transmitir, de una forma presente o no, tocando o solo observando, oyendo y sintiendo juntos.

Posiblemente era el cansancio el que nos impedía pensar, o simplemente no estamos convencidos sobre escribir algo nuevo. La entrada del hotel estaba repleta de nuestros seguidores, de la prensa y fotógrafos que acaparaban el poco espacio que teníamos para pasar; tomando fotos y posando con nuestros admiradores, de todas las edades, de todo género.

Al fin había terminado todo el trabajo de este día, y, aunque estábamos cómodamente mirando una película, mis nervios me dirigieron al balcón de aquel departamento, donde la luna brillaba aún si su estado era menguante, donde las estrellas brillaban dulcemente y la brisa tranquilizaba cualquier angustia.

—¿De nuevo solo? —preguntaba un poco angustiado Toru, mientras salía al balcón, y se paraba a lado mío—, Siempre lo haces cuando no sabes que escribir, o en que inspirarte.

—Así es en estos momentos, —agregue con un suspiro—, una nueva canción de la noche a la mañana no se hace, no son panes que están en una hora, incluso los más deliciosos panes son los que se realizan con amor.

—Existen panaderos que son diferentes a los otros —comenzaba a decir Toru—. Algunos hacen los panes especiales, otros los hacen por la magnitud en que se venden, y algunos, hacen los panes desde el corazón, con la pasión puesta en cada paso que se debe realizar, ¿Por qué debe ser difícil escribir una canción?

—Porque no es cualquier canción —contraataque ante su comentario—. Esta tiene algo diferente, no podemos sacarla de una relación que alguno pudiese tener, no podemos usar a los ancianos como ejemplo, no puede ser el amor de un niño a su padre, o el amor de un cachorro a su dueño. La canción debe ser una melodía general, que puedas identificar cada sentimiento, cada tipo de amor. Debe enseñarte que no existen fronteras, que no existen denominaciones, que no existe un amor único, si no, un amor especial.

—Ahí tienes la inspiración, Taka —sonreía ampliamente Toru—, Lo que has descrito, es lo que debes salir a buscar; siempre lo has hecho, ahora no hay porque detenerse.

—¿A qué te refieres?

—La inspiración que necesitas, está allá afuera —con una sonrisa Toru señalaba hacia la ciudad—, Entre toda esa multitud de gente, entre todos esos materiales que la vida te ofrece, amigo mío —Toru tomaba de mis hombros, y la alegría se reflejaba en sus ojos—. Toda persona tiene una manera diferente de expresar su amor, como el sol a la luna, o el lobo a su diosa, como el escarabajo a su alimento, como las hormigas a su colonia; lo único que debes hacer es salir, buscar y escribir.

—Suena tan sencillo —agregue sin ánimos.

—Es sencillo —aseguró Toru—. Lo único que debes hacer, es intentarlo.

Después de aquellas últimas palabras, Toru se despidió para ir a descansar; mientras me deja pensando en sus palabras llenas de razón, expresar todo lo que busco y lo que quieren escuchar, pero la búsqueda será difícil y complicada, no todos comprendemos los sentimientos, no podemos entender lo expresado mediante gestos y caricias. Mañana sería un comienzo a la aventura, un comienzo para los borradores. La noche te expresa lo que debes entender; que los colores brillan, aún en la oscuridad.    

La Canción PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora