La Inalcanzable Noche ~ SESSHOXRIN

No hay Duda~

                                                                                  Capitulo 5

La joven de cabello azabache, descansaba tranquila, dentro de la casa de Kaede, lo que por fin la hizo despertarse, fue el ruido que había fuera, era una de las mañanas mas ruidosas que recordaba.

-Ya despertaste, querida.-Dijo la anciana Kaede entrando a la pequeña casa, con plantas medicinales.

-Buenos días, Kaede san.- Dijo la joven desorientada, tratando de recordar la noche anterior. Poco a poco los recuerdos eran más lucidos, haciendo que el rostro de Rin, enrojeciera un poco, no recordaba nada después de ver el cielo reluciente al anochecer, después de entrenar con el albino.

-¿Cómo llegue aquí?.- Preguntado nerviosa y asustada a Kaede, quien río por su expresión.

-Veo que ya estas recordando cosas.- Dijo la anciana.- Inuyasha te encontró durmiendo en lo profundo del bosque, tumbada en el pasto, así que te trajo aquí.-Dijo volteando a verla.- Lo que me hace preguntarme, ¿Qué hacías sola tan tarde? Sabes que el bosque de noche es mas peligroso, los yokai no han dejado de rondar estos alrededores, debes ser mas cuidadosa.

-Lo se, tendré cuidado para la próxima.- Dijo Rin volteando a los lados, nerviosa.

-Puede que para "La próxima" ya no haya oportunidad...- Dijo Kaede, sin decir mas y saliendo de ahí, seguramente a ver a algún aldeano que necesitaba de ella.

Kaede, así como los demás, pensaba que quizá Sesshomaru ya había decidido llevársela, algo que ponía triste a su corazón, después de todo, la joven se había ganado el cariño de todos, además de ser valiente y fuerte cuando lo necesitaba, aun no se creía lista para verla marcharse, pero lo más inquietante, era que desde hace días, ella sabía que algo malo estaba ocurriendo por los alrededores de la aldea, algo que se aproximaba, y el hecho de que Sesshomaru estuviera con ella ayer, la hacía pensar que cosas malas pasarían, la intrigaba, haciendo que se pusiese alerta.

La joven por su parte no paraba de pensar en lo ocurrido ayer, por lo que decidió practicar un poco con una de las espadas que había dejado Kohaku una de las noches que se había quedado con ella, hace mucho que no lo veía, ya que siempre estaba entrenando arduamente para por fin ser un exterminador. Hoy vendría a la aldea, de eso estaba segura, siempre venía a ver a Sango y a lo demás, y por supuesto, incluso la visitaba a ella con más entusiasmo, esto había cambiado en su forma de ser hace mucho tiempo. No entendía al moreno en algunas reacciones, pero por el momento no quería saberlo. Lo único que la mantenía con ganas, era saber que pronto llegaría el día en el que ella tomaría la decisión de irse con el albino, y lo que la emocionaba más, era saber que ese día seria pronto.

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El albino se encontraba descansando debajo de un árbol, el sol estaba en su punto más alto y el cielo totalmente despejado, en su mente solo podía pasar el recordar lo sucedido la noche anterior. Sabía que su olor había quedado impregnado en ella, lo que lo hacía aún más irritante ya que el híbrido no es estúpido, seguramente el ya sabía todo, y eso le molestaba más.

Los pétalos de las flores de cerezo caían poco a poco de la copa de un frondoso árbol, y unos recuerdos embriagadores llegan uno tras otro. Era algo que no constantemente solía ocurrir con el albino, pero , era uno de esos días donde solo pasaba sin más. A poco más de 5 metros de distancia, se encontraba Jaken, jalando a Ah-Un, quien no se paraba de preguntar porque su amo tenia tales atenciones con Rin, sintiéndose mal.

-El amo nunca me ha enseñado a practicar.-Dijo con voz triste, mientras hacia su grito escandaloso, golpeando una roca cerca.-¡Peor aun! ¡Nunca ha besado mi frente! Ay Ay Ay ¡Amo Bonito!.-Gritaba a los cuatro vientos, hasta que un golpe seco en su cabeza lo hizo detenerse, dándose cuenta que su amo estaba a un lado, observándolo molesto.