El infierno

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Ya tiene muchos días que veo a mi mamá algo triste, le he querido preguntar qué sucede pero no he podido porque he estado muy ocupada últimamente. La veo en la mesa usando su celular como de costumbre, me siento, la observo y empiezo a platicar con ella.
-mamá, ¿Qué te sucede?, ¿Por qué te vez tan triste?
Suspiró- hija hay algo que debo decirte y no sé por dónde comenzar.
-me estas preocupando, empieza por el principio.- estaba asustado y mucho.
La he estado pasando mal con tu papá, no sé si lo has notado pero hemos estado algo tenso, enojado, y ya no salimos mucho.

Ahora que ella lo decía, era verdad, ellos peleaban por cosas insignificantes últimamente pero creí que era solo algo normal de pareja.
-¿y no es normal que pase eso en un matrimonio?
No hija, tengo que confesarte algo que he querido decirte hace tiempo…

Mi mente era una locura, sabía lo que iba a decir pero no quería escucharlo, no hoy, nunca de hecho, no puedo aceptarlo, nunca me imaginé que fuera a pasar.
…hija, ya no estoy enamorada de tu padre desde hace mucho tiempo.
Oh por Dios, lo había dicho- mamá no me puedes hacer esto, sabes lo que pienso con respecto a la separación, no lo acepto- le dije bastante alterada y con los ojos inundados de lágrimas.
-hija estas cosas suceden y no te estoy haciendo nada, es algo entre tu papá y yo y en lo que tú no tienes nada que ver.
-¡claro que tengo que ver! ¿Qué acaso yo no importo?, ¿mis sentimientos no importan para ti?
-hija no lo veas así por favor, esta es una decisión en la que tú no puedes hacer nada.
-Ni siquiera has pensado en lo que sentirá mi papá ¿verdad?, es egoísta que hagas esto.
-no Iriel ¡no es injusto!- mi mamá comenzaba a alterarse, pero no lloraba
-¿acaso el que no te lleve a bailar o al cine, o a citas románticas ha hecho que tomes esta decisión?
-no hija, eso es lo de menos, yo ya no me siento bien con tu papá por diversas razones, pero esas razones son de pareja, y te lo vuelvo a repetir tú no tienes nada que ver.
-¿y se van a separar?- mi llanto se volvió más fuerte
-aun no hablamos de la separación, yo solo te estoy comunicando lo que siento y lo que va a pasar a futuro que efectivamente es una separación.

Me fui a mi cuarto a llorar desconsoladamente, no lo entendía, mi familia era perfecta, mis papás eran el matrimonio perfecto, todas las parejas los envidiaban y no me cabe en la cabeza que mi papá haya hecho algo malo para que mi mamá lo dejara de querer… porque mi papá era el hombre más bueno del mundo ¿cierto?

La pase muy mal ese fin de semana, lo único bueno era que era lunes y vería a mis amigas, aunque no les iba a contar nada, me daba vergüenza ser otra niña más en una familia disfuncional, quebrada.

-hola Iriel, ¿Cómo estás? Te vez algo pálida.
Estoy bien Roció- sonreí
-bueno si tú lo dices, oye te tengo una gran noticia, se trata de Augusto
A ver cuéntame- por algún motivo me emocione un poco.
-escuche que terminó con su novia
¡No inventes! ¿De verdad?
-sí, está arriba, muy triste, de hecho creo que está llorando.
Pobrecito, desearía poder ayudarlo.
-puedes, porque no vas a hablar con él, de algún modo te tiene confianza y te trata diferente.
Bueno subiré a ver qué puedo hacer.
Yo tenía mis propios problemas pero sé muy bien lo que se siente terminar con la persona que crees es el amor de tu vida. Subí lento, honestamente no quería hablar con el de su ruptura, el me gustaba y mucho, no creía ser la persona indicada para darle un consejo.
Llegue al salón y efectivamente estaba llorando y pegándole a la pared con los puños.
-Hola, me he enterado de lo que paso. ¿Quieres hablarlo?
De seguro vienes a reírte de mí, a decirme “te lo dije”, ¿verdad?
-claro que no, somos amigos, nunca me burlaría de ti y menos por algo así-me acerque a el- deja de lastimarte, no ganas nada haciendo eso.
¡No te me acerques!, podría lastimarte y me sentiría muy mal por eso.
-tranquilo, solo siéntate o tan solo dime que paso, te va a venir bien desahogarte.
Parecía que de verdad quería hablar de ello, así que dejo de golpear la pared, le di un pañuelo que tenía guardado para que se secara las lágrimas y comenzó a contarme la historia.
-bueno, ya teníamos problemas desde hace meses, ella se comportaba cortante y ya no quería salir conmigo, me ignoraba siempre que podía y tardaba horas en contestarme los mensajes, ayer le pregunte que tenía, si yo había hecho algo malo y me dijo que no, que le dejara de preguntar. Ayer me enviaron una foto de ella con otro tipo y le reclame pero no me contesto los mensajes y hoy en la mañana cuando llegue hable con ella y me dijo que ya estaba harta de mí y me termino.
-¿tú crees que te engaño?
No lo sé, no quiero creer eso pero, su actitud me dice lo contrario.
-creo que es lo mejor, que hayan terminado porque no está bien que sigan juntos solo por comodidad o porque ya se acostumbraron.
¡Es que yo si la amo!, sé que ella a mí también pero esta confundida.
-puede ser que tú lo veas así ahorita pero te lo digo por experiencia, ya llevas dos años con ella y la verdad es que se termina convirtiendo en rutina.

El termino yéndose a su casa temprano porque le empezó a doler la cabeza, me sentía mal por él, muy triste, aparte de ser su amiga yo lo quería mucho, más que a un amigo. Veía tantas cosas en él.
-¿Qué te dijo?- me pregunto Roció
Pues imagínate, se fue de tan mal que esta.
-¡ay esa chamaca fea!, bueno, me alegra que hayan terminado, ella sacaba lo peor de el, no le hacía ningún bien.
Lo sé, a mí también me alegra.
-huy, pues como no te va a alegrar si ya tienes el camino libre para conquistarlo.
¡Por supuesto que no!-me sonroje- él no está en condiciones de empezar una relación.
-bueno, yo he notado que es diferente contigo, hasta salen, y yo creo que también le gustas.
Lo dudo mucho, y cuando salimos lo hacemos con más amigos y me trata como si fuera otro hombre.
-pero me has contado que te coquetea y te pasa el brazo por los hombros. Eso significa algo.
Si pero lo hace para molestarme, no es porque yo le guste, sino que a mí se me nota demasiado que me gusta y aunque él no lo diga ya lo sabe.
-bueno jajá, si eres muy obvia pero tranquila. Tú síguelo negándolo.

Cuando llegue a casa seguí pensando en él. Quería enviarle un mensaje para preguntarle cómo estaba pero al final no me anime.
Al día siguiente no fue a la escuela. Se me hizo tan aburrido el día porque siempre me la pasaba platicando con él. Todos me preguntaron por él y no entiendo porque, supongo que es porque somos amigos pero yo tampoco sabía porque había faltado.
Cuando terminaron las clases, antes de irme pase al baño, y alado de los baños había una mesa y me entristeció ver que ahí había dejado ahí el pañuelo que le preste. Me enoje demasiado, lo tome y me fui a casa.

Desde que mi mamá me había dicho lo de la separación, no hablaba mucho con ella, igual ella siempre tenía algo que hacer. Y mi papá estaba de viaje desde hace dos semanas., llegaba y me encerraba en mi cuarto a leer o a ver películas en mi tableta.
Un buen día se me ocurrió decirle a mi papá que llevara a mi mamá de viaje, solo ellos dos, a un lugar romántica y talvez así se avivarían las llamas del amor entre ellos.
-papá, ¿puedo hablar contigo un momento?
Claro hija, dime.
-has estado ocupado últimamente pero creo que deberías darte el tiempo de llevar a mamá de viaje, ya sabes, para que el amor siga fluyendo.

Mi papá se quedó pensativo un momento, algo sabia, o talvez, sabía por qué le estaba diciendo eso.
-hija qué más quisiera yo que llevar a tu mamá a un lugar bonito pero he tenido mucho trabajo, y tu mamá lo entiende pero gracias por la sugerencia, lo tomare en cuenta.

El viernes de esa semana le conté a mi psicóloga el problema que tenía con mis papás, pero me dijo que yo como hija solo debía apoyar a mi mamá en su decisión, me dio mi propio ejemplo: “¿estarías con miguel aunque ya no lo quisieras?”, fue una buena táctica, sin embargo, yo no podía aceptar la ruptura de mi familia, no lo iba a aceptar jamás.

Había llegado diciembre, mi mes favorito, ¿porque?; pasaban muchas cosas, mi cumpleaños en primer lugar, navidad, año nuevo y eso implica estar con la familia y eso es lo más bonito que me pasaba cada año., era tan feliz con ver a mis primos, tíos y el saber que existía amor, esa clase de amor que no encuentras en cualquier lado.
Llegue a la escuela, salude a todos y vi que alguien por fin había regresado a la escuela, Augusto. Parecía renovado, feliz. Más feliz que antes, pero a él no lo salude estaba muy enojada por lo del pañuelo, no le importo que me hubiera preocupado por él. Pero cuando llego el momento de la clase de física a la maestra se le ocurrió encargarnos un proyecto, una maqueta donde representáramos los diferentes tipos de energía, era en parejas y antes de pedirme mi opinión él dijo que lo haríamos juntos y la maestra nos anotó. Me molesto un poco que no me preguntara pero quería hacerlo con él, que incoherencias, pero así era, a pesar de que había herido mis sentimientos me seguía gustando mucho.
-¿me estas evitando?-pregunto augusto con una sonrisa
Para nada, ¿Por qué haría algo así?- claro que lo estaba evitando.
-no me has preguntado porque falte tantos días, ¿acaso no te importo?
Para que te voy a preguntar si no te importa que a mí me importe.
-¿estas enojada conmigo?, ¿por qué?
Dejaste por ahí botado el pañuelo que te di, sabes, me sentí muy mal, trate de ser buena amiga.
-bueno ya, perdón, tienes razón, lo olvide por completo de lo mal que me sentía.
Está bien, te perdono, pero la próxima vez que te vea así ni me voy a acercar.
-bueno, con respecto al proyecto ¿en tu casa o en la mía?
Bueno puede ser en la mía, solo que queda algo lejos de las papelerías o ferreterías.
-vamos hoy a mi casa y avanzamos, la mía si tiene cerca todo.

Y así fue, le pedí permiso a mi mamá de ir a casa de augusto y si me dejo. Nunca había ido a su casa, y tenía un extraño sentimiento. una pequeña intuición de que algo interesante pasaría.
-hemos llegado.
Con permiso
-pasa, no está mi mama, aun a esta hora trabaja, ¿tienes hambre?
Si, un poco. ¿Vas a hacer algo o compraremos comida?
-tengo espagueti, ¿quieres?
Sí. Gracias.

Comimos y platicamos sobre una película que estaba por salir, quería que lo acompañara y le dije que sí. Cuando terminamos de comer le pregunte si ya empezaríamos con el proyecto y me contesto que primero quería ir al parque a despejar un poco la mente. Y por más que le dije que era importante avanzar me termino convenciendo.
-¿de qué quieres hablar?
¿Alguna vez has estado muy enamorada?
-si una vez- mentira.
¿Cómo era él? O más bien ¿Qué era el para ti?
-todo. Lo era todo, pero también era la persona más afortunada.
¿Afortunada?, ¿Por qué?
-porque tenía a su lado a una persona muy amorosa que siempre estaba ahí para él.
¿Tú también te sentías así, afortunada?
-al principio si, después me di cuenta de que él era una persona enferma.
¡No inventes!, oye, en verdad, nunca me has contado porque no tienes novio.
-no pensé que fuera algo que te interesara.
Pues es que tú ya sabes todo, cuéntame de tu romance.-se ríe-
-mira, lo único que te diré es que fue mi primer gran amor-y creo que tú eres el segundo, ¡claro! Como si pudiera decírselo. – pero que esos dos años que dure con el no fueron agradables y cortamos porque ya no funcionaba, en realidad, nunca funciono.

El resto de la plática el me confeso que ya se sentía mucho mejor desde su ruptura, pero dijo algo que me dolió en lo más profundo de mi corazón. Iba a pedirle que volviera con él. Me pidió mi opinión pero preferí decirle que hiciera lo que el sintiera correcto.
Avanzamos un poco en el proyecto, su mamá aun no llegaba y empezó a hacerme cosquillas en la panza, le seguí el juego, también comencé a hacerle cosquillas y le repente me quito el zapato y me empezó a hacer cosquillas en el pie, yo odiaba eso porque me duele y me dan ganas de hacer pipí. Entonces me cargo y forcejeamos un poco pero seguíamos jugando. No sé en qué momento entramos a su habitación y quedamos en una posición algo extraña. Yo está arriba de él viéndolo fijamente, parecía que nos íbamos a besar pero empezó a meter sus manos por debajo de mi blusa y comenzó a acariciarme la espalda y al mismo tiempo se sentó y yo quede encima de sus piernas, seguíamos mirándonos.
¿Qué estamos haciendo?- pregunte algo nerviosa.
-Nada, ¿no te gusta?- sonrió
Es una sensación curiosa- estaba muy nerviosa
-¿De verdad?, juguemos algo.- dijo con algo de picardía.
¿Jugar? A ver dime.-seguía acariciando mi espalda.
-¿Qué me das si desabrocho tu brasier en 5 segundos?
Jajá, es imposible.- me dio mucho risa
-apuesta- me guiño el ojo.
Y que voy a ganar yo- le devolví el guiño, ya no estaba tan nerviosa.
-lo que quieras- dijo al momento que acercaba su cara con la mía
Pues a ver, te cuento los 5 segundos.- aparte mi cara.

Empecé a contar y tal como me lo esperaba, tardo 10 segundos, me dio mucha risa pero después me di cuenta de que ese no era el verdadero truco sino que después de desabrocharlo, subió aún más las manos y podía acariciarme toda la espalda. Note que se puso algo rojo pero no por timidez, claro estaba.
¿Te gusta?- me pregunto al oído.
-Sí. Mucho- que vergüenza, las palabras fluyeron solas, ni las pensé.
¿te puedo besar?- y al momento de preguntar se empezó a acercar a mi boca.
-No.-me pare y me abroche el brasier, no podía dejar que me besara.
¿Qué paso?, creí que te estaba gustando.
-Si pero…
¿Qué?-dijo al momento que se paraba y me abrazaba para hablarme en el oído.- ¿Por qué no te sientas y lo hablamos?
-No, porque yo no soy alguien con quien puedas tener un acostón.
¿Pero qué estás diciendo?, me gustas, no tenía la intención de que hiciéramos algo.
-¡ay por favor!, claro que si, por ahí iba el asunto, pero no me lo tomes a mal, te estoy haciendo un favor, dijiste que quieres volver con tu ex y dudo que regrese si se entera que te acostaste con otra chica.
Ya te dije que no íbamos a hacer nada.- se sentó y me jalo para sentarme en sus piernas.
-augusto-lo mire a los ojos y le agarre la mano- yo no quería decírtelo pero al parecer la situación me obliga. Y talvez tú ya lo sabes, me gustas, me gustas muchísimo.
Y tú a mí.- sonrió y me dio un beso en la mejilla.
-es tan bonito escuchar eso pero no es verdad, talvez te atraigo pero no me quieres. Y yo a ti sí, pero eso no significa que voy a permitir que me uses como tu premio de consolación, porque me gusta que me quieran pero solo a mí.
Si te quiero, solo que es difícil, dure mucho con ella pero si me empezaste a gustar, no es porque quiera acostarme contigo.
-creo que hay muchas niñas con las que puedes divertirte y jugar pero, conmigo no. yo solo soy tu amiga y si algún día estás listo y sentimos algo mutuamente, talvez pueda ser algo más.
Voy a pensar las cosas, con esto que acaba de pasar ya no sé si pedirle que regresemos.
Bueno.-sonreí, escuchar eso me hizo feliz, lo admito.

Como a los 15 minutos mi papá fue por mí y nos despedimos normal. No hable con mi papá en todo el camino, solo me pregunto cuándo entre al auto que como había estado mi día, le conteste que bien pero en ese bien se escondía un “maravilloso”.












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