segunda oportunidad

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El fin de semana se me hizo eterno, no podía contener la emoción de ver a mis nuevas amigas y también quería ver a Augusto, aquel muchacho con sonrisa perfecta que no había notado la semana pasada. Antes de irme a la escuela le pregunte a mi mamá como estaba, la había notado muy seria últimamente, pero me respondió con una sonrisa tierna y diciéndome que no tenía nada. Mi papá bajo las escaleras y me dijo que ya era hora de irnos, le di un beso a mi mamá el momento que me deseaba un buen día.
-bueno hija, hemos llegado, Dios te bendiga.
Gracias papi, te quiero.

No podía esconder mi emoción, camine hacia las niñas que estaban en bolita.
-buenos días Iriel- dijo Rocío con gran alegría.
Buenos días- le conteste con gran entusiasmo.
Las demás también me saludaron y sonrieron. Todas eran tan lindas. Unas vez que tocaron y subimos al salón empezaron a platicar sobre una fiesta de bienvenida en casa de Rocío.
-¿Qué te parece? ¿Vas a ir?
Me parece genial solo que, tengo un inconveniente, si es el viernes no puedo ir, tengo compromisos ese día.
-oh bueno, puedo cambiarla al sábado, no sería igual si no vas, me has caído súper bien y además es una fiesta para los de nuevo ingreso.
Muchas gracias, claro que voy- estaba tan feliz
-va a ser a las 9:30pm, te envió mi dirección al rato.
Estaré esperándola- reí.

Como había llegado el maestro de historia dejamos de platicar y nos sentamos en nuestros lugares.

-hola, ¿Qué tal tu fin?
-No podía evitar sonrojarme- muy bien y ¿el tuyo?
-nada interesante, me la pase jugando.

El profesor nos pidió que guardáramos silencio así que solo nos miramos y nos reímos, después de un rato observe que empezó a dibujar, parecía un chica interesante, misterioso y hasta ahorita yo no le veía ningún defecto.
Cuando por fin llego el descanso todas nos fuimos a una banca alejada de las demás, nos sentamos y empezamos a platicar.
-oye Iriel, tenemos curiosidad sobre algo-
¿Sobre qué?- me puse algo nerviosa-
Creemos que te gusta Augusto, ¿es verdad? O es que estamos muy locas- se rieron todas al mismo tiempo sin embargo me miraban de una manera muy seria.
-claro que no- ¡rayos! Lo habían notado, ¿acaso era tan obvia?
Bueno, no te enojes, solo que pareciera.
Pero está bien que no te guste- dijo Alisa algo aliviada.
-¿Por qué?-acaso habría algo malo con el…
Pues veras, él es una persona algo intensa, es muy grosero, altanero, irritante y tiene a humillar a las personas. Como tus amigas, no queremos que te fijes en alguien así.
-que decepción- pero era verdad, él no me gustaba, solo me atraía, solo quería ser su amiga y ya. Eso era todo.
Me puse a pensar en eso el resto del día, no lo podía creer, él se veía tan serio, tan bueno, simpático. Pero en fin, bien dicen que las apariencias engañan.
Terminando las clases, mi papá ya estaba esperándome a fuera, me despedí de todas con una sonrisa, corrí hacia donde estaba estacionando el auto, abrí la puerta, me subí, salude a mi papá y me puse el cinturón.

-¿Cómo te fue?
Bien papá, oye quiero pedirte un permiso.
-a ver, ahora qué, expreso sin mucha emoción.
Las niñas van a hacer una fiesta de bienvenida el sábado ¿puedo ir?
-si cumples con todos tus deberes, puedes ir, pero de ti depende.
Bueno, está bien.
Siempre era lo mismo con mi papá, era tan estricto pero aun así lo quería mucho, era el hombre perfecto, un buen papá y un buen esposo. O eso creía yo.


Pasaron 4 meses, ya tenía muy buenas amigas, los niños también empezaban a hablarme más, aunque para ser sincera el único que me interesaba que me hablara era Augusto, empezamos a hablar mucho, teníamos cosas en común, bueno a decir verdad, muchas. Recuerdo que me puse muy feliz cuando un día me dijo que fuera a su casa y escucháramos música o viésemos anime. Pero para mí era muy pronto ir a su casa, además, él tenía novia y ella era odiosa, era una chismosa y además hipócrita. No quería problemas con esa clase de persona, ya tenía mucho con soportar sus habladurías de el porque me juntaba tanto con augusto y porque reíamos tanto hasta que todo mundo llego a creer que quería quitarle a su novio, aunque eso no era del todo mentira puesto que a mi si me llego a gustar bastante.

Era viernes, ya sabía que tenía cita con la psicóloga, me sentía algo deprimida, había faltado dos semanas, y sí que habían pasado cosas, tenía tanto que contarle, estaba muy confundida y de alguna manera la he llegado a ver como una amiga y mi confidente.
-¡qué tal Iriel! Tiempo sin verte, ¿Cómo has estado?
Muy bien…bueno no, la verdad es que han pasado cosas.
-creo que entonces nos sentamos y empezamos, te escucho, por favor, empieza.
Hace 7 días me llamo Miguel…estaba acostada en mi cama y de repente sonó mi celular, como había borrado su número no decía quién era pero, me sabía su número así que sabía que era él. No quería contestar pero la curiosidad de porque me llamaba fue más fuerte.
-diga- contesté
-¿te acuerdas de mí?
-¿qué quieres Miguel? ¿Acaso me vas a rogar que regrese contigo?
-no, ya quisieras que te fuese a rogar, lo que quiero es saber si ya estás saliendo con otro
-¿a ti que te importa si salgo o no con alguien más? Tengo derecho pero tú no lo tienes de pedirme explicaciones.
- solo pregunto, tal vez  Augusto quiera saber que eres una cualquiera que envía fotos desnuda a todos.-se ríe-
-¡de verdad eres un patán! Yo te enviaba esas fotos por tonta y por ingenua, si tan solo hubiera sabido que me ibas a amenazar con ellas nunca te las hubiera enviado y aún más importante, ¿¡cómo sabes de augusto!? ¡Eres un acosador!, ¡qué demonios te pasa! Ya déjame en paz, te lo suplico, ya no puedo seguir así.
Soltó una carcajada- eres tan ingenua, tan dócil, tan manipulable, yo te lo dije, nunca te vas a librar de mí pero como eres una estúpida no lo entiendes.
-¿Qué es lo que quieres para dejarme en paz?- decía entre el llanto.
-mira, si vuelves conmigo, ya no te voy a insultar, ya no voy a amenazarte ni nada que pueda hacerte daño pero solo si me haces caso en lo que te diga.
-¡NO MIGUEL! Ni loca volvería a ser tu novia, eres violento, me acosas, me aíslas de las personas y además insinúas siempre que hay algo mal con mi familia. No lo permito, no lo permitiré así que la que te va a amenazar soy yo, si no me dejas en paz te demando, y ten en cuenta que eres mayor de edad y yo no, así que de que te meto a la cárcel te meto.
Se empezó a reír como loco cuando le dije eso y lo que me contesto fue…
-de verdad eres una estúpida, yo tengo mucho dinero amor, las personas, todas, tienen un precio, pero bueno, es tu decisión y ya te dije las consecuencias de no regresar conmigo, bye.

Me da tanto miedo de que si le envié las fotos a Augusto, que me siga acosando y en verdad ya estoy harta, lo que siento por el en este momento es exactamente lo contrario de lo que antes sentía.
-vaya que si te paso algo estos días.
Si, y estoy a cada momento pensando que augusto tiene esas fotos, o que lo amenazo...
-y, ¿has notado que él ha cambiado su comportamiento contigo?
No, sigue siendo igual, pero me preocupa que Miguel  si le envié esos archivos.
-puedo concluir que tu no sabías lo que hacías al enviarle esas fotos. ¿o sí?
Pues yo creía que sí, pensé que era algo normal que hacen los novios cuando se quieren.
-y además de las fotos ¿hacían más cosas? Me refiero a que si tenían sexo.
Si-me dio mucha pena contestar eso.
-y ¿consideras que era por amor?
Si yo pienso que sí, o al menos de mí parte lo era, porque no te puedo decir que era pura calentura, él no es nada atractivo, por dios, ahora que lo pienso me da asco.
-¿siempre consentías tener relaciones con él?
Sí, siempre pero, la verdad no siempre quería, solo lo hacía para que no se molestara, para que estuviéramos un rato bien.
-¿es decir que nunca estaban bien a menos que tuvieran sexo?
Así parece,- estaba sorprendida, era la primera vez que lo pensaba de esa manera- porque siempre que lo hacíamos estábamos alegres, platicábamos, o a veces dormíamos.
-¿tus papás lo saben?
¡Claro que no!, lo matan y luego a mí.
-bueno ya tenemos un punto importante del porque estabas tan aferrada a él.
Eso si ya lo había pensado.- y era cierto, me sentía tan suya, y él se encargó de reafirmarlo siempre.
-pero tú ya no sientes nada por el o ¿estoy equivocada?
No, es la verdad, lo único que siento es miedo por lo que pueda hacer con las fotos.
-yo pienso que si se tomó en serio lo de la demanda, dices que ya no te ha molestado.
Sí, estoy feliz por una parte pero por otra me preocupa.
-creo que deberías seguir con tu vida normal, deja de pensar en él y lo que pueda hacer, y si vuelve a insistir, hacemos la demanda.
Bueno es verdad que ahorita no tengo porque mortificarme por él, se supone que debo pensar en mí, de eso se trataban estas pláticas, de superar lo que paso.

Una vez que llegué a mi casa, me metí al baño, me empecé a bañar y me quedé pensando en lo que me había pasado con Miguel, mientras me caía agua calientita en la espalda. Me di cuenta de que lo nuestro nunca fue amor, solo era codependencia y lamentablemente llego a un punto donde se nos fue la situación de las manos. Sé que no es toda culpa de él, pero si la mayoría, sabía que yo lo insultaba y le llegue a dar unas cuantas cachetadas pero en cambio yo recibió malos tratos, insultos incluso enfrente de la gente, miradas feas delante de mis papás y puro sufrimiento. Creo que lo único que le falto fue pegarme, pero jamás lo hizo y es lo único que le valoro.
Era el día de la fiesta, sábado, estaba muy emocionada, me vestí diferente a otros días ya que siempre uso pantalón pero esta vez opte por un vestido rojo con blanco. Rocío fue la que me recibió, ya había llegado bastante gente y busque donde estaba mi grupito. Me acerque a ellas y me senté a charlar. No paso mucho tiempo cuando de repente Rocío me dijo que quería hablar conmigo.


-Iriel, ¿Por qué tienes ocupados los viernes?
Voy al psicólogo- ¿Por qué Rocío me preguntaba eso?
-¿de verdad?, ¿tienes algún problema?, ¿te puedo ayudar en algo?
Es una larga historia y muy deprimente, digamos que voy para superar algo, aunque yo diría que ya lo supere un 90%.
-cuéntame, somos amigas y cuentas con mi apoyo incondicional, tal vez ese 10% restante se deba a que no te has desahogado del todo.
Bueno si lo pones así, te contare lo más resumido que pueda.- suspiré-
-te escucho.
Hace más o menos 7 meses termine con un novio que tuve con el que dure dos años, pero era una relación enfermiza, llena de desconfianza el uno al otro, celos injustificados, insultos y algunas veces golpes pero de parte mía no de él.
Él ya había entrado en la universidad y vivía en otra ciudad pero como a 3 horas de aquí, venia todos los fines de semana a verme, pero un fin de semana me mandó un mensaje de que ya estaba en la ciudad y que pasaría por mi a las 12:00, solo me bañe porque cuando salí del baño tenía como mil llamadas perdidas y cuando por fin conteste me grito horrible y me dijo que le tenía que contestar aunque me estuviera muriendo, le trate de explicar que me estaba bañando pero nada funciono.
-¡por Dios que tipo!
Si y ese día le rogué que fuera por mí, que ya estaba lista, que no volvía a pasar y le rogué y le rogué pero el solo seguía insultándome diciendo que yo era una cualquiera. Estaba llorando como si me hubiera pasado lo peor. Y sí, me paso lo peor. Mi mamá entro a mi cuarto y al verme llorar de esa manera me pidió el teléfono para hablar con él, me negué al principio pero tuve que dárselo, era una orden. Leyó cada palabra de la conversación, se enojó tanto, creo que las ganas de cachetearme se las aguanto porque estaba furiosa. Le llamo a la mamá de Miguel y le dijo que si se volvía a acercar a mi iba a tomar medidas drásticas. Y así fue como “rompí” con él.
-no lo puedo creer, ¿sabes? Es la primera vez que escucho algo así, digo, hasta tu mamá se tuvo que meter.
Le agradezco tanto a mi mamá, de no ser por ella seguramente seguiría con ese patán y seguiría dependiente de él.
-pero ya paso, estas en una nueva etapa, no debe de dolerte, ahora tienes amigas y amigos y al menos yo no permitiré que alguien te vuelva a lastimar.
Si lo peor ya pasó pero, me da tanta vergüenza, y más que nada con mi mamá, ahora ella piensa que soy manipulable.
-tu mamá te ama, no creo que piense eso, yo no lo pienso, creo que eres fuerte por poder pasar de página.
Gracias por tu apoyo y por no pensar que soy una tonta. Pero, así me siento, tonta.


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