Capítulo 3

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Para ella también era cansado.

Algunas veces, intentaba ver el lado bueno de las cosas, intentaba, con todo su ser que le gustara lo que hacía, pero a veces, el peso sobre sus hombros era tanto que no lo soportaba.

Tenía sus días bajos... en los que solo quería estar sola, en donde quería ver el cielo gris y sentirse miserable... en donde quería llorar sin ser juzgada.

Hoy era uno de esos días, y sin embargo, aun seguía de pie.

No había caído, porque cada vez que la depresión intentaba acabar con ella, una sonrisa se reflejaba en su rostro, haciendo que el suyo sonriera también.

Solo una noche con Jongdae, en la que no habían hecho más que hablar de la vida y mirar las estrellas, había sido suficiente para mantener la esperanza cuando todo parecía perdido... le había dado una nueva meta, una razón para seguir adelante: vería la función del circo.

Aquella noche, también fue la última que pasaron juntos. Varios días habían pasado, en los cuales por alguna razón -no es como si no quisieran- no habían podido encontrarse.

Le habían ordenado trabajar en la ciudad, ya no en las afueras, y por ello ya no podía escaparse para ver el circo.

Y Jongdae no podía visitarla, el circo debía de estar listo, para antes de la primera nevada.

Se encontraba en el mercado, haciendo algunos mandados, cuando una inesperada función irrumpió en la ciudad.

Oyó tambores a lo largo, y de todas partes salían payasos, malabaristas, y entonces, en medio de la gente y la distancia, diviso al chico de cabellos rojos a quien había visto cuando se encontró con Jongdae la primera vez.

Olvidando que estaba trabajando, olvidando que tenía cosas en las manos... olvidando todo a su alrededor, solo caminó buscando de nuevo un pedazo de aquella pequeña felicidad.

El mundo, sin embargo, no la iba a dejar ir tan fácil.

Sintió como jalaban su mano, y vio los ojos de furia de aquel que se hacía llamar "su jefe".

Veía sus ojos furiosos, las venas marcadas en su frente y cuello, veía como los labios se movían en lo que parecían gritos... Pero ella no podía escuchar nada más que las trompetas y tambores a sus espaldas.

Hasta que de la nada, en medio del caos, apareció un alegre payaso, que parecía no ser consciente de la tensa situación dentro de la tiendilla.

Tanto ella, como el hombre que tenía al frente, se volvieron hacía él.

El payaso no dijo nada, y oculto bajo una sonriente máscara, se acercó a ella, y extendió su brazo... el cual en un abrir y cerrar de ojos, paso de tener una palma vacía, a sostener un ramo de flores en ella.

La chica avanzó, deleitada con el truco, a tomar el ramo que le ofrecía.

Pero cuando su brazo tomó las flores, sintió el agarre del siempre-sonriente payaso tirando de ella, hacia él.

Fue hasta ese momento, al sentir el jalón, que se dio cuenta de que aquel hombre que tanto odiaba aun la tenía agarrada, tanto que su piel estaba marcada, pero tan pronto el payaso la había jalado, la dejó ir.

No solía demostrar su verdadero ser cuando habían testigos.

Fue algo insignificante quizá, ese pequeño acto del payaso, pero para ella significó mucho más.

Quizá, esas ni siquiera eran las intenciones del payaso, pero por un momento, sintió como que podía ser libre, como que podía soltarse de aquel agarre.

Sintió, como si hubiera sido salvada.

Era solo una pequeña demostración, un pequeño acto para atraer la atención y dejar con ansias a las personas del pueblo, para hacerlos desear asistir a la función principal... porque si así se sentía en las calles, como sería estar dentro de aquella carpa llena de colores?

Definitivamente, lo que intentaban hacer, había funcionado.

Mientras el chico de la máscara tiraba de ella, alejándola de la tienda y llevándola a las calles, su mente pensó un pequeño instante en Jongdae, y recordó sus palabras:

"Solo era un chico detrás del escenario"

Quizá se había quedado en donde estaba la carpa, quizá estaba escondido entre el público, ayudando a que la función saliera tal y como lo tenían planeado... No importó lo mucho que mirara alrededor, no lo logró divisar.

Miró al frente de nuevo, encontrándose con la espalda del payaso... Su cabello estaba oculto debajo de un gorro de pierrot, verde de un lado, rosado del otro, con un pompón adornando cada una de las puntas.

Su cuerpo completamente cubierto por las telas de diferentes tonalidades siempre manteniendo el verde como su color principal. Sus manos, ocultas bajo unos guantes blancos, y su rostro, detrás de aquella máscara sonriente.

El chico se detuvo y se volteó hacía ella, soltándola del agarre.

Sus ojos era lo único que veía detrás de la máscara, que por la sombra que esta provocaba hacían verlos completamente negros, pero reflejaban en ella un brillo que le hizo sentir, como si mirara las estrellas de nuevo.

Levantó ambos dedos índices, y los colocó en frente del rostro, para trazar con ellos una sonrisa.

Pidiéndole, en silencio, que sonriera, y ella así lo hizo.

Mostró luego su puño, y movió su brazo como si levantara una pesa.

Pidiéndole que fuera fuerte, que luchara,

Ella asintió de nuevo.

Y con ese gesto, el pierrot verde, se despidió, para volver con su grupo.

Una vez que todos los del circo estuvieron reunidos, el mismo chico que había visto la vez anterior, el presentador, habló.

-Si les gustó lo que acaban de ver, no se pierdan nuestro espectáculo... el cual comenzará cuando caiga la primera nevada.

Dio un paso al frente, y abrió las manos, mostrando a su elenco.

-Tenemos a nuestro chico del fuego, Chanyeol- el amigo de Jongdae, el chico alto de cabellos rojos, pasó al frente, con una enorme sonrisa antes de lanzar una llamarada de fuego por su boca.

-El encantador de serpientes- un chico delgado y alto, de figura marcada, cabellos blancos y semblante serio pasó al frente, mostrando un par de serpientes que se enrollaban por sus brazos y hombros-Sehun.

-Lay, el adivino... DO, el encantador de bestias... Kai, el acróbata- uno a uno, los llamados pasaban al frente.

-Y a nuestros tres pierrots- los tres pequeños payasos dieron un paso al frente, entre ellos, el chico de la máscara.

El primero en ser llamado, fue el de traje rojo y cabellos rubios... tenía una nariz roja y su rostro pintado de blanco.

-Xiumin- el chico dio vueltas, y saltos, para luego saludar.

Luego, el otro chico de rostro pintado, el pierrot celeste, fue llamado.

-Baekhyun- el nombrado hizo un pequeño baile.

Y finalmente, el chico de la máscara:

-Chen.

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