Prólogo

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Era una noche fría y oscura. La campana de la iglesia sonaba, indicando la media noche. En su interior, un grupo de encapuchados se reunían en torno al altar, iluminado por la tenue luz de unas velas.

Estaban recitando el padrenuestro en latín, hasta que uno de ellos se acercó hacia el centro, sujetando lo que parecía un papel arrugado.Toda la iglesia se quedó en silencio, solo se apreciaba el leve sonido del fuego de las velas.

-¿Estáis seguros de que son ellas?- dijo este con una voz ronca y desgarrada

-Sí, esta vez sí, no hay duda- contesto una mujer que se acercaba al altar, ayudada con una especie de bastón.

-Hemos perdido a muchos de los nuestros, no podemos fallar.

-Tranquilo, el fracaso no es una opción, está todo planeado. Los preparativos tardarán unos meses, solo hay que tener paciencia.

-Bien...- respondió el hombre mientras le entregaba el papel.- Ahora estás tú al mando.

El hombre levantó una llave mientras la miraba con los ojos húmedos. Sus manos comenzaron a temblar descontroladamente.

-Queda...tan...poco...

La mujer le pasó su mano por la espalda para tranquilizarle y le acompañó hacia uno de los bancos. Tras esto, regreso al altar y se dirigió a los demás :

-Hermanos, ya es la hora- dijo ella con una gran euforia.- ¡ A trabajar, ahora !

Tras esto, todos comenzaron a abandonar el lugar. La lluvia ya había parado, solo quedaban charcos semi congelado gracias al helador ambiente y el sonido aterrador de los búhos. Las hojas se movieron y uno de ellos salió volando hacia lo alto de una montaña que se encontraba en las cercanías.

En el interior de la iglesia, la mujer observaba al hombre recuperándose en el banco mientras sonreía.

-Si...- susurró ella, mientras sacaba un inhalador del bolsillo de su túnica.- Ha comenzado... el proyecto gamma.

Las intrépidas aventuras de Conchi y Ceferina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora